Mar 17, 2021 06:54 UTC

En este programa, preparado con motivo del nacimiento del Imam Husein, presentamos algunas características de aquel Hazrat.

La ciudad de Medina, en el tercer día de Shaaban, del año cuarto de la hégira lunar, fue anfitriona de la llegada de un bebé en la familia del Profeta, una familia que después de la revelación de la aleya Tathir, ha sido reiteradas veces saludada con el título “Ahlul-Beit del Profeta”. En aquel día bondadoso, el Profeta estaba de pie al lado de habitación de Fátima. Él estaba esperando el amanecer de la luz de la existencia de Husein. Cuando el mundo se iluminó con los rayos de este nacimiento, el Profeta exclamó: “Asma, tráeme a mi hijo”. Asma dijo: “Ya Rasul-olah, todavía no le ha limpiado y preparado”. El Profeta sorprendido dijo: “¿Usted lo está lavando?”. Asma, entonces, entendió que el Profeta quería atender el mismo a Husein, su nieto, y se lo llevó al Profeta. El Profeta abrazó, besó y habló en voz baja con él.

 

Estimados oyentes felicitando el aniversario del nacimiento de Imam Husein, les hablaremos sobre su dignidad y generosidad.

 

Husein fue muy querido por el Profeta. Él se tranquilizaba en sus brazos, mientras el alma del Profeta se llenaba de alegría cuando estaba con el Imam Husein. La niñez del Imam Husein está plena de recuerdos alegres de los momentos que pasaba con su gran abuelo. A veces, el Profeta llevaba en sus hombros a su pequeño nieto y otras entre sus brazos. Todos eran testigos de las muestras del cariño del Profeta hacia su nieto, como besos en la mejilla y hasta la manera de hablarle, como un niño. Este cariño era tanto que a veces sus compañeros se quejaban. Pero el Profeta específicamente decía: “mi amor y cariño está en su interior, está más allá de lo que ustedes pueden ver”. Y con estas palabras, todos entendieron que el verdadero cariño del Profeta de Dios hacia este niño no era un cariño ordinario y familiar sino que era un cariño divino. Tal como se sabe el Profeta de Dios no era un hombre ordinario como los otros hombres y, según el sagrado Corán, sus dichos y hechos, no eran producto de su voluntad personal. Al respecto, nos referimos a las aleyas 3 y 4 de la sura La estrella:

 

 No habla por propio impulso.

 

  No es sino una revelación que se ha hecho.

 

El Señor dice: su comportamiento debe ser un modelo para los demás. Tal como la aleya 21 de la sura La coalición dice:

 

 En el Enviado de Alá tenéis, ciertamente, un bello modelo para quien cuenta con Alá y con el último Día y que recuerda mucho a Alá.

 

Por otro lado, el Profeta tenía muchas hijas e incluso hijos, pero no expresó su amabilidad hacia ellos como lo hizo con el Husein y el Imam Hasan (la paz sea con ellos).

 

Desde el día del nacimiento de al-Hussain Ibn `Ali (P), que tuvo lugar el cuarto año de la hégira, hasta el día en que murió su amado abuelo, el Mensajero del Islam (P), aproximadamente seis años y algunos meses después, los musulmanes, a través del afecto y amor que expresaba el Profeta (P) por Husein (P), descubrieron la eminencia y grandeza de este tercer Imam.

Salmán el Farsi cuenta: “Vi un día que el Mensajero de Dios (P) sentó a Husein en su regazo y mientras lo besaba decía: –Tú eres un eminente, hijo de un eminente y padre de los eminentes; tú eres un Imam, hijo de un Imam y padre de Imames; tú eres la prueba de Dios, hijo de la evidencia de Dios y padre de todas las evidencias del Todopoderoso que son nueve y la última de ellas, después de un período de estar ausente, se rebelará y terminará con la tiranía en el mundo –refiriéndose a Imam Mahdi (P)

 

Uns Ibn Malik narra: “Cierto día preguntaron al Mensajero de Dios (P) por cuál miembro de su familia sentía más afecto, Él respondió: –Por al-Hasan y al-Husein.”

 

En reiteradas ocasiones tomó a sus dos nietos en su regazo, besándolos y apretándolos fuertemente contra su pecho.

Abu Hurairah, que fue uno de los mercenarios y seguidores de Mu’awiyah y enemigo de la familia de los purificados Imames, declaró: “Vi al Mensajero de Dios (BP) que sentaba a al-Hasan y al-Husein sobre sus hombros mientras se me acercaba, entonces me dijo: Quién ame a éstos –refiriéndose a al-Hasan y al-Husein– es como si me hubiese amado a mí, y quién sea su enemigo es como si se hubiese enemistado conmigo”.

 

La frase más eminente, pronunciada por el Enviado de Dios (P), que demuestra la relación espiritual y trascendental entre el Profeta (P) y al-Husein (P) fue esta: “al-Husein es parte mía y yo soy parte de al-Husein”.

 

 El Hazrat Husein, los primeros seis años de su infancia los pasó junto a su honorable abuelo y después del fallecimiento del Profeta (P) vivió treinta años junto a su padre. Fue un padre ejemplar, que no gobernó excepto con justicia, que no vivió excepto con pureza y devoción, que no vio, no deseó ni encontró a nadie excepto a Dios. Hombre al cual molestaron constantemente durante su gobierno, tal y como cuando le negaron su derecho al califato, época en la cual el Imam Husein (P) obedecía las ordenes de su padre. Durante los años que el Imam Ali (P) ocupó el califato, Husein, al igual que su hermano Hasan se preocupaba por lograr los objetivos del Islam, participando también en las guerras como en Yamal, Siffin y Nahravan.

 

 Fue así como al-Husein Ibn `Ali (P) apoyaba a su padre, el Emir de los Creyentes, y a la religión de Dios; y en repetidas ocasiones protestó públicamente por la usurpación del califato.

 

Un día, durante el gobierno de Umar, Imam Husein (P) entró en la mezquita mientras que el segundo califa se encontraba dando un sermón desde el púlpito que había pertenecido al Mensajero de Dios (P). Entonces el honorable Imam exclamó: “¡Baja del púlpito de mi padre…!

 

Entre otras características de aquel Hazrat, fue su preponderancia a dar limosna en secreto lejos de la vista de las personas. Durante la noche llevaba alimentos y otros enseres a los necesitados. Por eso durante el Día de Ashura se vio en algunas partes de su cuerpo los signos de las cargas pesadas. Cuando le preguntaron al Imam Sayad el motivo de esas huellas, dijo: “son los signos de llevar limosnas y regalos ocultos que mi padre lleva durante las noches a huérfanos y privados de la comunidad”.

 

 Uno de los entusiastas dolidos, al respecto, dijo: los hombros y la espalda que durante la noche llevaron el pan a los necesitados de nuestra comunidad, la tarde de Ashura fueron rotos por los crueles.