Yousef Mozafari
Almagro, un enemigo cercano
En este artículo doy a conocer el papel cumplido por esos políticos denominados “ladinos o zorros” en el argot latinoamericano. Un político que ha jugado un papel vicioso y profundamente negativo en los asuntos políticos de los países latinoamericanos.
Un político de 57 años, con pasado en el Frente Amplio uruguayo, que trabajó con el ex presidente Pepe Mujica, quien lo ayudó a impulsar su carrera en lo que actualmente se desempeña: Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA). Una Organización que funciona como el ministerio de las colonias estadounidense. Como una de las muchas alas de la política exterior de Washington, para generar un proceso de hegemonía y dominio en la región sea en América Central, Caribe y Sudamérica. En repetidas ocasiones este Almagro, uno de los secretarios generales de la OEA más sumisos que haya tenido esta organización continental, le ha dicho esta frase a su monarca, Estados Unidos: "Tenemos la oportunidad de trabajar juntos contra los regímenes autoritarios"poniéndose completamente al servicio del departamento de Estado norteamericano.
Visualicemos algunos de sus comentarios:
Con relación a Venezuela, por ejemplo: el 17 de mayo de 2019, el presidente Nicolás Maduro anunció que había comenzado un nuevo proceso para iniciar conversaciones con la oposición del país, con la ayuda de los esfuerzos de mediación de los representantes noruegos. Buscaba una solución clara para acabar con la horrible pesadilla que ha provocado la oposición ultraderechista venezolana, aliada de Bogotá y empleada incondicional del gobierno estadounidense. Tal como es el caso de Juan Guaidó, quien se declaró presidente interino en enero de 2019 en una autoproclamación tan ridícula como peligrosa. La política de máxima presión de Washington contra Venezuela, avalado por la derecha venezolana ha generado una crisis económica de envergadura, con serias dificultades para la obtención de combustible y divisas y al mismo tiempo tratando de convertir a Nicolás Maduro en un personaje diabólico para el pueblo venezolano.
Frente a esta situación, Luis Almagro, mientras se encontraba de visita en la ciudad colombiana de Cúcuta, en una tarea de desestabilización junto al grupo de Lima, acompañado del presidente colombiano Iván Duque y del chileno, Sebastián Piñera, y en una declaración nada sorprendente dijo que: “El último paso de la responsabilidad de proteger es el uso de la fuerza ... un proceso incremental en el que obviamente tienen que salir resultados "O no se puede descartar la" intervención militar "para" derrocar "al gobierno de Nicolás Maduro. Analizando esta declaración, de un representante de un organismo regional, cuyo objetivo es coordinar esfuerzos para la paz regional surge la pregunta “¿este político uruguayo realmente busca la tranquilidad de los venezolanos o generar un proceso de desestabilización que genere la caída del gobierno de Maduro y llevar el poder a sus amigos de Washington? La respuesta es evidente.
Tomemos el caso de Panamá y en esto volvamos atrás en la historia, hasta el año 1989 para constatar que en cada ocasión en que se ha requerido del papel de la OEA en beneficio de la paz esta yerra el camino. En diciembre de ese año 1989 se genera la llamada Invasión de Panamá, que llega justo después de fallidos intentos de golpe y sanciones económicas tras la decisión de Washington de destituir a su ex aliado y agente de la CIA, el general Manuel Antonio Noriega. Un Estados Unidos que suele gritar a los cuatro vientos ¡democracia! Y que suele violarla cuando sus intereses están en juego. Es la doble moral, la hipocresía de un país que parece ser el gendarme del mundo. En Panamá, sólo en una noche, la del 24 de diciembre, las tropas invasoras estadounidenses, asesinaron 100 veces más panameños que en más de 21 años de gobierno militar.
En una sola semana, hubo 100 veces más presos políticos que durante los cinco años del régimen de Noriega ”. Según el libro “La verdad sobre la invasión” Almagro justificó esta invasión, esta masacre exigiendo que se mirara con perspectiva histórica, como un intento de “restaurar la democracia ahogada por Noriega”. Almagro con sus tristes comentarios, justifica esta masacre como una “perspectiva histórica” o como un intento de “restaurar la democracia”. La bobería de Almagro, su aparente inocencia con estas declaraciones muestra simplemente a un político oportunista.
Sobre libros y para conocer más de este personaje polémico que ha dirigido la OEA desde el año 2015 recomiendo la lectura del libro “Luís Almagro no pide perdón” donde, en más de 500 páginas, 100 entrevistas y 19 capítulos, los periodistas uruguayos Martín Natalevich y Gonzalo Ferreira intentan descifrar la vida y la carrera del titular de la OEA. Puede ser un sacrificio necesario.
En su visita a Ecuador en 2019, el “viejo zorro” Almagro felicita al converso Lenín Moreno, ex vicepresidente bajo la revolución ciudadana del ex presidente Rafael Correa y que lo convierte en un político con un viraje ideológico como no se había visto en años en Latinoamérica y que manejó la crisis que vivió su país ese año 2018 a punta de bala y represión. Desde la OEA todo fue felicitaciones y críticas “al mundo izquierdista que desea socavar la democracia en Ecuador” sobre la represión gubernamental “ni una palabra”.
Misma visión complaciente y cómplice que se tiene con el narcoestado colombiano y su presidente Iván Duque, uno de los mandatarios preferidos de Washington y Almagro. Un gobierno que suele ser punta de lanza en los ataques a Venezuela. Una Colombia títere a la cual le permiten silenciar sus cientos de asesinatos de líderes sindicales, gremiales, campesinos, estudiantiles que año a año son asesinados a mansalva en este país, convertido en el surtidor de drogas a Estados Unidos más grande del mundo. Colombia, sólo entre los años 2002 al 2018 tuvo más de 6 mil civiles asesinados por las Fuerzas Armadas bajo el marco de lo que llaman “falsos positivos".
Me viene a la mente una vaga pregunta, ¿Almagro está a favor de las víctimas o de los asesinos?
Fue reelegido porque Estados Unidos lo quería a cargo de sus actos maliciosos en los países. Estados Unidos lo necesita para dar a entender la doctrina de James Monroe: América Latina constituía un 'patio trasero' donde Estados Unidos no toleraría interferencias extranjeras. El cambio de poder en la política estadounidense y Biden en la oficina no cambiará ninguna de las políticas estadounidenses hacia los países de América Latina y el Caribe. América continúa por el mismo camino; cerrar la democracia y, sin embargo, pretender ser democrático.
Por: Yousef Mozafari
Notas:
(1). http://bdigital.binal.ac.pa/bdp/laverdadsobrelainvasion.pdf
(2). https://www.planetadelibros.com/libro-luis-almagro-no-pide-perdon/329599