Pueblo nicaragüense solo quiere paz
La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, afirmó que el Estado es el garante de la voluntad del pueblo que desea vivir en paz, sin odio y sin violencia.
Tras el acto conmemorativo por el 39.º aniversario de la Revolución Sandinista, la vicepresidenta nicaragüense aseguró que el compromiso del Gobierno es lograr la reconciliación para “convivir como hermanos” y con “amor de familia”.
“Nosotros no andamos con prácticas satánicas y prácticas terroristas; nosotros somos puro amor y puro amor por la paz (…)”, manifestó la vicepresidenta y esposa del jefe de Estado, Daniel Ortega.
Murillo reiteró que es importante dejar atrás el odio y la violencia que tanta destrucción y muertes está dejando en el país. Llamó a los nicaragüenses a no llenarse el corazón de odio y de afán de venganza, por el contrario pide confiar en la justicia y en las instituciones.
Asimismo, expuso que todas esas prácticas violentas solo pretender humillar y generar sentimientos de vergüenza en los sandinistas.
“¿Por qué vamos a tener vergüenza los sandinistas?, si nos sentimos orgullosos de todo lo que avanzamos con un Gobierno Cristiano, de amor cristiano; un Gobierno socialista y un Gobierno solidario como nunca ha habido en nuestro país”, indicó.
Rosario dijo que como “potencia moral” que son, el pueblo se dispone todos los días a “crear la paz, confiando en Dios”, por lo que no pueden tomar venganza por sus propias manos.
“No olvidamos, pero tenemos que disponernos a convivir otra vez pacíficamente para poder construir la paz todos los días, y retomar las sendas, los caminos de bien común, que nos lleven a trabajar y a prosperar, que es lo que todas las familias queremos en Nicaragua, seguir prosperando, seguir cambiando la vida”, manifestó.
La vicepresidenta indicó que se trabaja para alcanzar una “paz completa” a favor de todas las familias nicaragüenses, y anhela que Nicaragua llegue al 40 aniversario con un panorama diferente.
La violencia en el país centroamericano estalló tras la entrada en vigor de una reforma del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS), aprobada por el Ejecutivo con el objetivo de incrementar la contribución de las empresas y de los trabajadores, aunque después fue revocada por la Administración de Ortega.
