Buscan matones por encargo
May 07, 2019 09:05 UTC
Medios de prensa atribuyen a Erik Prince, el fundador de Blackwater, el grupo paramilitar y mercenario de triste recordación en Irak, luego conocido con el nombre de Academi, de buscar unos 40 millones de dólares para financiar lo que denominan como “su aventura militar”.
El uso de mercenarios contra Venezuela forma parte de la estrategia estadounidense luego de fallidos intentos de utilizar a países vecinos para consumar la agresión y el fracaso de los planes de “atraer” a las fuerzas militares locales a un golpe de Estado.
Medios de prensa atribuyen a Erik Prince, el fundador de Blackwater, el grupo paramilitar y mercenario de triste recordación en Irak, luego conocido con el nombre de Academi, de buscar unos 40 millones de dólares para financiar lo que denominan como “su aventura militar”.
Según un artículo del diario argentino Pagina 12, los mercenarios están listos para intervenir en Venezuela, una opción ofrecida al mandatario estadounidense, Donald Trump, para derrocar al presidente constitucional Nicolás Maduro.
También un artículo de la agencia británica Reuters brinda detalles sobre la intención de esa compañía de formar una fuerza irregular de cuatro o cinco mil combatientes para apoyar el golpe de Estado.
Una acción que para algunas fuentes partiría desde Colombia, donde ya hay presencia mercenaria y están, además, los llamados “cascos blancos”, una organización con presuntos fines humanitarios y especializada en simular actos de guerra para acusar a gobiernos contarios a Washington.
La cercanía del grupo a la política de Trump no es de extrañar atendiendo a que el empresario y exmarine que mueve sus hilos fue un donante importante en la campaña de presidencial de 2016 y recientemente, en abril, se reunió con multimillonarios exiliados venezolanos.
Fuentes de crédito llaman a no descartar esta amenaza contra la soberanía de Venezuela pese a las negativas de Marc Cohen, el vocero de Prince, quien negó la existencia de esos planes.
Los medios sostienen que la fuerza mercenaria estaría integrada por peruanos (cerca de dos mil hace meses se entrenan en la Amazonia de ese país), ecuatorianos, colombianos e hispanohablantes”, según dijo un informante que argumentó que esas nacionalidades son “más aceptables políticamente que los contratistas estadounidenses”.
El informe divulgado por Reuters precisa en los antecedentes de Academi como contratista de la CIA y el Departamento de Estado estadounidense y señala que están necesitados en estos momentos de herramientas para “esconder” lo que ya es un secreto a voces, “la Casa Blanca teme empantanarse en Venezuela y acudirá a cualquier medio sin importar su oscuridad”.
No obstante, Trump y sus asesores repiten que la opción militar está sobre la mesa, pero algunos dudan que el presidente esté dispuesto a una aventura militar cuando busca sacar a sus marines de Siria y Afganistán.
Pero, la acción de los mercenarios está entre las opciones, y según fuentes de crédito que solicitaron el anonimato, esta pudiera ir acompañadas de acciones desestabilizadoras internas que atraigan a sectores militares y la reiteración de un atentado contra la vida del presidente venezolano.
Tampoco es de extrañar que en el plan contra Caracas se incluya un despliegue naval y terrestre con el objetivo de "no provocar violentamente, pero sí advertir con firmeza", según enumeró el congresista republicano Jim Banks, muy activo en cuestiones militares.
Pero muchos expertos dudan que se piense seriamente en emprender una guerra con un país que pocos estadounidenses consideran como una amenaza, incluso entre los miembros más duros del gobierno estadounidense.
Según el analista venezolano Álvaro Verzi Rangel, la Casa Blanca está consciente de que difícilmente el Congreso le autorice una aventura militar que puede causar muchas víctimas estadounidenses.
Sin embargo, tras la negativa de los militares colombianos y brasileños que se oponen a una agresión armada contra Venezuela, el equipo del presidente Trump parece inclinado a financiar parcialmente a un ejército mercenario.
El grupo mercenario estaría integrado por “unos cuatro o cinco mil mercenarios contratados en nombre del opositor Juan Guaidó y reclutados entre paramilitares colombianos y de otros países de la región”.
Sobre esta situación y la reciente intentona golpista de los opositores en la base aérea de la Carlota, en Caracas, los funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca evitaron hacer comentarios.
No obstante, los vínculos de Academi (Blackwater), fundada en 1997 por Erik Prince y Al Clark, la ubican como una herramienta idónea en los planes de Trump y comparsa, dado sus contactos con el Pentágono y el Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Los integrantes de esta “aventura bélica”, de difícil pronóstico, contarían con armamentos de última generación, ya probados en Iraq, Afganistán, Yemen y en otros escenarios donde colombianos, chilenos, ecuatorianos y peruanos, entre otros, participaron como mercenarios con total impunidad.
Cabe recordar que, en 2007, en la plaza Nisur, de Bagdad, un convoy de Blackwater con cuatro vehículos blindados, que cargaban ametralladoras de 7,62 milímetros mataron a 17 civiles, algo que pudiera replicarse en una agresión contra territorio venezolano.
Como transnacional del crimen no extrañan las correrías de esta agencia. Hace pocos meses el gobierno de Qatar confirmó que el grupo entrenó a unos 15 mil empleados, “gran parte de ellos de nacionalidad colombiana y suramericana”, en la base militar emiratí de Liwa.
A esto habría que añadir la presencia de asesores de Israel en Brasil, para situaciones “humanitarias”, lo que pudieran aportar “experiencias” a las “tropas” de Academi, una de las tantas alternativas agresivas de la política estadounidense contra el pueblo y el gobierno de Venezuela.
Por: Luis Beatón
Fuente: Al-Mayadeen
A/FSH/C
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