Chilenos salen a las calles para pedir la renuncia de Piñera
Cientos de manifestantes salieron a las calles de Santiago, capital chilena, para protestar contra el Gobierno del presidente Piñera y pedir su renuncia.
Se trata de una protesta, convocada el miércoles para las 17.00 (hora local), a la altura de la sede de la Universidad de Chile, en las cercanías del Palacio de la Moneda (sede del Ejecutivo).
En dicha manifestación, anunciada en las redes sociales bajo la etiqueta #Todosalamoneda, han participado unas 500 personas, que han pedido la renuncia del presidente chileno, Sebastián Piñera, por la violencia y represión policial durante más de un año de protestas sociales que se saldaron con más de una treintena de muertes.
No obstante, durante el transcurso de la marcha de la jornada de hoy se han registrado fuertes disturbios. La Policía militarizada de Chile —conocida como Carabineros— ha intentado reprimir las protestas disparando gases lacrimógenos y lanzando potentes chorros de agua contra los indignados, razón por la cual se han desencadenado duros enfrentamientos.
Un manifestante, identificado como Alex Acuña, ha dicho a la agencia francesa de noticias AFP que “siempre se ha pedido la renuncia de Piñera desde un inicio”, así como el cese de las sistemáticas violaciones de los derechos humanos que causaron la muerte, lesiones y el arresto de varias personas.
“No hay responsable. Los altos mandos nunca salen juzgados o van a la cárcel”, ha denunciado.
Chile empezó a experimentar multitudinarias protestas a partir del 18 de octubre de 2019 en rechazo a las políticas neoliberales del Gobierno. Estas manifestaciones comenzaron con el alza en el precio del transporte, pero fueron incluyendo nuevas demandas, como mejoras sociales y laborales, y además la redacción de una nueva Carta Magna y la renuncia de Piñera, entre otras.
En la actualidad, la tensión política en Chile se mantiene y ello pese a la victoria del Apruebo en el plebiscito celebrado el 25 de octubre para reformar la Constitución del país.
El proceso de reforma constitucional, que durará al menos dos años, viene a saldar una deuda de la democracia chilena desde el final de la dictadura de Augusto Pinochet (1990), creador de la Carta Magna aún vigente.
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