Irán achaca a tropas extranjeras aumento de extremismo en la zona
La presencia de tropas extranjeras en Oriente Medio da alas al extremismo, advierte el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamad Yavad Zarif.
“La presencia de fuerzas extranjeras en la región nunca ha incrementado la estabilidad y, desde un punto histórico, siempre ha contribuido al aumento del extremismo”, ha dicho Zarif hoy miércoles en la conferencia interministerial sobre Afganistán de la ciudad suiza de Ginebra.
El canciller ha abordado también en concreto en su intervención el conflicto de Afganistán, asegurando que la actual situación de dicho país no se puede resolver mediante la guerra, por lo que ha llamado a las partes en conflicto a entablar conversaciones a fin de lograr un acuerdo político.
Zarif también ha advertido sobre la creciente presencia del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en Afganistán y la rivalidad entre los grupos terroristas allí presentes para ocupar tantas zonas como les sea posible.
“Nadie se beneficiará del traslado de los extremistas a Afganistán y a Asia Central. Este proceso debe frenarse antes de que alcance proporciones catastróficas”, ha afirmado el dignatario, exigiendo que se haga frente al extremismo en el país asiático.
Por otra parte, el jefe de la Diplomacia iraní ha señalado la relación entre terrorismo y contrabando de drogas en Afganistán, para luego apostar por el desarrollo económico de esta nación con el fin de reducir y hacer menos rentable y lucrativo el negocio de los estupefacientes, una de las principales fuentes de ingresos de los grupos terroristas.
Después de más de 17 años de una guerra que se ha cobrado la vida de más de 2200 militares estadounidenses y decenas de miles de civiles afganos, los insurgentes talibanes controlan el 61 % del territorio afgano, según un artículo de The New York Times —cifras que contradicen los datos ofrecidos por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y EE.UU., que sitúan en un 44 % ese dominio talibán—.
La intervención militar de la OTAN, que pretextaba el objetivo de derrocar al grupo Talibán, luchar contra los terroristas e intensificar la lucha antidrogas, no ha hecho más que empeorar las condiciones ya de por sí malas del país asiático, mientras los talibanes se hacen más fuertes y se vislumbra una nuevo actor en el escenario: el grupo terrorista takfirí Daesh está tomando posiciones en el país.