Guerra y desdicha, fruto de presencia de extranjeros en la región
(last modified Mon, 10 Dec 2018 15:03:05 GMT )
Dic 10, 2018 15:03 UTC
  • Guerra y desdicha, fruto de presencia de extranjeros en la región

ParsToday – El ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, declaró que los líderes con afán de poder solo han traído guerra y desdicha para la región añadiendo que ahora no se necesitan dirigentes que buscan el poder, sino una región poderosa.

Desde su cuenta en Twitter, Zarif se refirió al discurso de Hasan Rohani, presidente iraní en la reciente cumbre de los presidentes de los parlamentos de seis países de la región en Teherán en el que se destaca la necesidad de diálogo entre las naciones, y puntualizó: Ahora la región requiere diálogo, respeto a la legislación internacional, la construcción de redes de seguridad, cooperación económica y mayores contactos de pueblo a pueblo.

Teherán albergó el sábado 8 de diciembre dicha cumbre, enfocada en prevención y lucha contra el terrorismo, pero que también llamó la atención de los medios israelíes desde otro punto de vista.

El periódico israelí The Jerusalem Post publicó el domingo en un análisis donde consideró la celebración exitosa de esta cumbre bajo sanciones y presiones de EE.UU. contra Irán, como un indicio de refuerzo de las comunicaciones interregionales y añadió: Al albergar una importante conferencia internacional y al presentar la imagen de un Estados Unidos aislado, Irán sigue incrementando su influencia en la región y más allá.

A ojos de esta publicación sionista, “Las crecientes relaciones entre Rusia, Irán, China, Turquía y Paquistán no llevan un buen mensaje para la política mediooriental e internacional de EE.UU. Estos países no solo forman parte juntos las más importantes economías y ejércitos del mundo, sino que se consideran un desafío para Washington en distintas regiones, mientras que las políticas norteamericanas en Oriente Medio al igual que las relaciones con Arabia Saudí y el enfoque en Siria, han perdido claramente su orden”.

El entendimiento sobre el eje de una seguridad sostenible con la participación de los países de la región constituye sin duda un acontecimiento importante para las naciones de la zona.

Obviamente, con tal enfoque, la cumbre de Teherán no es, para el Jerusalem Post, un buen acontecimiento para EE.UU, Israel y desde luego Arabia Saudí, especialmente en condiciones en que la presencia norteamericana en la zona durante tantos años en la región incluyendo Afganistán, Irak y el Golfo Pérsico, no ha contribuido a la estabilidad y seguridad sino que ha provocado inseguridad y crisis en la zona. En este sentido, también el terrorismo se ha convertido en el enemigo común de los Estados de la región.

Hace años que Estado Unidos se considera a sí mismo como la cuna de la libertad y el principal defensor de los derechos humanos y la democracia en el mundo, pero la publicación American Herald Tribune escribió en un informe: La verdad es que está leyenda no es absolutamente palpable y creíble fuera de las fronteras de EE.UU. mientras que también dentro del país norteño se está aumentando día a día la desconfianza en ello.

El renombrado teórico estadounidense Noam Chamsky dice en una entrevista: Estado Unidos califica a Irán como la mayor amenaza contra la paz, mientras que el resto del mundo considera a EE.UU. como amenaza.

Lo que pasa es que el historial de EE.UU. desde su independencia está salpicado de guerras y derrames de sangre en distintas partes del mundo, ya sea de forma directa o por delegación; en una situación tal lo que requiere la región es la cooperación y el apoyarse en los potenciales regionales.

A juzgar por Irán, la seguridad de la región debe definirse basándose en los intereses comunes de los países de la misma para que se abone el terreno para cortar la intervención de las potencias extranjeras.

Desde esta óptica, la celebración exitosa de la cumbre de Teherán evidencia la capacidad de Irán en las interacciones regionales y su influencia en la configuración de la convergencia de seguridad en el área. Como ha señalado el canciller iraní Zarif, ahora se necesita una región poderosa y no líderes que buscan el poder.