“Bastarán tres días para retomar la producción [de crudo a los] niveles previos a la reducción”, anunció a la prensa el martes el ministro del Petróleo de Irán, Biyan Namdar Zanganeh, al margen de una conferencia celebrada en el Ministerio que dirige.

 

Irán continuará vendiendo su petróleo en los mercados internacionales pese a las sanciones de Estados Unidos, explica el ministro iraní, si bien aclara que para promover las exportaciones el país necesita mejorar sus relaciones exteriores.

 

También aseguró que la producción petroquímica en Irán se ha duplicado en comparación con el año 2013 y, de hecho, para 2021 —insiste— se excederá el objetivo que se marcó en su momento, es decir, alcanzar los 100 millones de toneladas anuales de productos refinados.

 

Estados Unidos se retiró en mayo de 2018 del acuerdo nuclear con Irán —conocido como el Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés)— y de seguido reimpuso sanciones unilaterales contra el país persa: su objetivo era reducir a cero las exportaciones de crudo iraní y de este modo infligir un daño severo a la economía de la República Islámica.

Teherán, por su parte, ha negado tajantemente que la política de restricciones de Washington haya tenido un impacto paralizante en su capacidad para vender petróleo a sus clientes. Ya antes el propio Zanganeh aseguró que ningún país podrá llenar el vacío dejado por el crudo iraní.

 

Al respecto, el presidente del Banco Central de Irán (BCI), Abdolnaser Hemati, anunció en junio que las ventas de crudo iraní estaban aumentando pese a los estrictos embargos de EE.UU.

 

El lunes, los medios locales reportaron, citando a la Dirección de Exploración de la Compañía Nacional de Petróleo de Irán (Niocexp, por sus siglas en inglés), que Irán ha descubierto nuevas reservas de petróleo en Dezful, en el suroeste del país persa.

 

Asimismo, algunos de los principales clientes del crudo persa han prometido defender sus intercambios bilaterales con las compañías iraníes, entre ellos China, que, de hecho, actualmente ha aumentado su importación de crudo iraní.

 

Efectivamente, las vastas reservas de petróleo y gas de la República Islámica y el hecho de que sigue vendiendo su crudo a sus socios comerciales han permitido que el país no se haya quedado excluido de los mercados mundiales de energía, como deseaba la Administración estadounidense, presidida por Donald Trump.