Pars Today

En un comunicado emitido  jueves, el Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Islámica de Irán lamentó los hechos ocurridos en los últimos días en varias partes del país vecino debido a las manifestaciones producidas por los problemas económicos.

 

“Irán confía en que el Gobierno y la nación iraquí trabajarán con todos los grupos, partidos y personalidades, en particular con los máximos clérigos religiosos y otros líderes religiosos y políticos, para calmar la actual situación y no permitirán la continuación de los agravios que algunos movimientos pudieran seguir ocasionando contra el pueblo”, aseveró.

 

El Gobierno iraquí convocó el miércoles una reunión de emergencia para evaluar los hechos ocurridos en las protestas antigubernamentales. Luego, en un comunicado emitido este jueves, estableció un toque de queda en Bagdad (la capital).

 

La cita se celebró después de que un grupo de manifestantes y la Policía iraquíes volvieran a chocar por segundo día consecutivo en las calles de Bagdad tras las protestas violentas del martes, en contra del Gobierno y en demanda de soluciones en los servicios básicos.

 

Ningún movimiento político ha apoyado dichas protestas por lo que su surgimiento, aun por causas económicas, ha provocado dudas sobre su organización.

 

Por otra parte, los disturbios se han producido luego de que el Gobierno iraquí anunciara los resultados de las investigaciones de los ataques a las bases militares de las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) y afirmara la implicación del régimen israelí en dichas agresiones.

 

Considerando la firme postura de las fuerzas populares para responder las acciones de Israel, cada vez se refuerza esta idea que las autoridades de EE.UU. el Reino Unido e Israel están programando un plan para involucrar a Al-Hashad Al-Shabi en una crisis interna.

 

Eso, mientras algunos medios occidentales y árabes, en particular de Arabia Saudí, exageran las protestas con la intención de alentar la violencia en el país árabe y acusar a las fuerzas de las Unidades de Movilización Popular de reprimir los manifestantes.

 

Sin embargo, dichas fuerzas populares básicamente fueron organizadas para luchar contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), un deber realizado perfectamente durante la lucha contra terrorismo de este país.