El Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, emite este viernes un mensaje televisivo con motivo del Año Nuevo persa (Noruz).
El ayatolá Jamenei ha iniciado sus declaraciones con unas oraciones que se recitan en Irán al inicio de Noruz:
En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso
¡Oh, Reformador de los corazones y las mentes!
¡Oh, Regente del día y de la noche!
¡Oh, Transformador de los estados y las circunstancias!
¡Cambia nuestro estado al mejor posible!
¡Dios, guíanos por el camino como aquellos que han sido guiados y otórganos la fuerza para poder ser como los diligentes!
El Líder ha conmemorado el aniversario del martirio del sexto Imam de los musulmanes chiíes, Yafar Ibn Mohamad, conocido como Yafar al-Sadiq (la paz sea con él) y ha felicitado el Noruz a la nación iraní, en concreto a las familias de los mártires y los heridos de la guerra, y al personal médico que han hecho grandes sacrificios para luchar contra el nuevo coronavirus 2019 (COVID-19). “Feliz año a todos”, ha señalado.
Ha aprovechado la ocasión para ofrecer felicitaciones y condolencias a las prestigiosas familias de los mártires que sacrificaron la vida, defendiendo las fronteras del país, los santuarios sagrados para los musulmanes y la salud de los iraníes.
Entre los mártires, el ayatolá Jamenei ha destacado al teniente general Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán; el subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis, y sus compañeros, que cayeron mártires en Irak a manos de EE.UU.
El Líder ha recordado a las familias de varios ciudadanos que murieron el 7 de enero, debido al hacinamiento de los enlutados congregados en la ciudad de Kerman (sureste) para recibir el cuerpo del general Soleimani, y las de los mártires del trágico accidente aéreo del avión ucraniano, que se produjo un día después de la tragedia de Kerman.
Pese a las tragedias que ocurrieron el año que pasó, según el calendario solar, a las que se suman inundaciones y terremotos, el Líder se ha mostrado convencido de que todo terminará favoreciendo a la nación.
“El año 1398 (que termina hoy según el calendario solar) fue un año lleno de agitaciones, que comenzó con masivas inundaciones y terminó con el coronavirus. Durante el año también fuimos testigos de diferentes acontecimientos que incluían el crimen terrorista de Estados Unidos de asesinar al prestigioso general Soleimani, y los momentos difíciles que vivió la nación”, ha resaltado el ayatolá Jamenei.
El año 98, de acuerdo con el Líder, “fue un año duro”, en que también se registró además de dificultades, “distintos logros, algunos de ellos sin precedentes. La nación iraní iluminó literalmente”, ha subrayado.
En las inundaciones que coincidieron con el inicio del Noruz pasado, ha recordado el Líder, la gente, entre jóvenes y ancianos, salió rumbo a las ciudades y aldeas afectadas por las lluvias torrenciales y protagonizaron “escenarios hermosos” de ayuda a los compatriotas damnificados terriblemente en el incidente, aliviando sus dolores.
El Líder elogia masiva participación en funeral del general Soleimani
En cuando al trágico asesinato del teniendo general Soleimani, el ayatolá Jamenei se ha jactado de la participación masiva de miles de millones de iraníes en el funeral del alto estratega militar en las ciudades de Teherán (capital), Qom (centro), Ahvaz (suroeste), Isfahan (centro), Mashad (noreste), Tabriz (noroeste) y Kerman (sureste), la ciudad natal del alto comandante iraní, donde yace eternamente.
Semejantes congregaciones, de acuerdo con el Líder, no se repiten con esta magnitud, multitud e intensidad en ningún lugar del mundo, “eso también fue inédito en la historia” de Irán, algo que selló la credibilidad y la grandeza del país y de la nación.
El Líder agradece a los soldados de la salud ante el brote del COVID-19
En alusión al brote del temible virus, el ayatolá Jamenei ha destacado los sacrificios hechos al respecto, que han provocado el aplauso de distintas personas que viven fuera del país.
Entre los ciudadanos que han participado y están participando en la lucha contra el COVID-19, destacan los médicos, los enfermeros, el personal médico, los altos responsables y funcionarios en los hospitales, a los que se suman los voluntarios, los miembros de la Fuerza de Resistencia Popular de Irán (Basich) y los clérigos y estudiantes en escuelas religiosas de Qom, ha afirmado el Líder.
Entre los voluntarios, el ayatolá Jamenei, ha añadido a los ciudadanos que se dedican en sus propias casas a proveer mascarillas y guantes para el uso público y hospitalario, además que se encargaron gratuitamente de desinfectar las calles y los centros públicos.
El Líder ha recordado la generosidad de los compatriotas que distribuyeron mascarillas y guantes gratis entre la gente o quienes tardaron en cobrar el alquiler, debido a la difícil situación económica que se deriva de la rápida propagación del COVID-19, para lo cual aún no se ha encontrado una vacuna. “Les agradezco a todos y que Dios les bendiga”, ha recalcado.
El año 98 contenía pruebas difíciles
El año 1398, según el calendario solar, contenía pruebas difíciles, sin embargo, superar las dificultades, conservando el ánimo, “fortalecen a la nación y les dan el poder y la credibilidad”.
De hecho, los acontecimientos, sean naturales, como inundaciones o terremotos, o impuestas por los extranjeros, como las sanciones, obligan a la nación mirar dentro, descubrir sus debilidades y vulnerabilidades y trabajar, con la ayuda de Dios, para superarlos, ha remachado el ayatolá Jamenei.
El ayatolá Jamenei se ha referido al inicio del Año Nuevo iraní y ha pedido a Dios todopoderoso que lo convierta en un año lleno de “grandes victorias” para la gente. Ha asegurado a la nación que, tras las dificultades, conforme con la promesa divina, “en verdad, junto a la dificultad viene la facilidad”.
Con toda certeza, una facilidad espera a la nación iraní. No cabe duda de ello. Si hay algunos que se imaginan que en tal punto de la administración del país se está trabajando poco, este servidor no confirma tal cosa. Yo soy testigo de cerca y lo veo: todos están trabajando, cada uno en la medida de sus capacidades. Los grupos científicos y de investigación, de una manera; los actores sociales, de otra; los responsables gubernamentales y judiciales, de otra. Y, si Dios quiere, todos estos esfuerzos recibirán Su bendición, y la nación pasará este atolladero con plena salud y la cabeza en alto, Dios mediante, ha enfatizado.
Al respecto, el Líder se ha referido a los esfuerzos brindados por el Gobierno, presidido por Hasan Rohani y les dio las gracias a todos los miembros del gabinete, los ministros y los funcionarios.
Lema de Año Nuevo “Salto de la producción”
En alusión al lema que había elegido para el año pasado, como es de costumbre —la prosperidad de producción— el Líder ha afirmado que este año será la continuación del año anterior en este tema, por lo que ha denominado este año “el salto de la producción”.
Ha explicado que muchos expertos iraníes celebraron la divisa del año anterior tanto en palabras como en la práctica.
“Déjenme decirle a la querida nación iraní que esa en un primer momento la acogieron bien los expertos, diciendo que la producción era la cuestión esencial, pero también fue bien recibida en la práctica. De acuerdo con informes veraces que hay a disposición de este servidor, la producción del país ha experimentado una activación. Algunas fábricas que habían caído en un estancamiento y habían parado han vuelto a la actividad, y algunas que trabajaban por debajo de su capacidad han alcanzado un buen nivel. Han entrado en acción empresas basadas en el conocimiento, los distintos organismos se han esforzado y han trabajado, la producción ha experimentado una activación”, ha explicado.
Además, en el campo de la investigación —que es la fuente de la producción—, este año se ha trabajado en el país con seriedad, y yo mismo he visto muestras de ello. Bien, esas cosas se han hecho. No es cierto que no se haya trabajado. Ahora, lo que yo quiero decir es que el trabajo que se ha hecho hasta ahora es posible que no sea ni una décima parte de lo que necesita el país, aunque si digo una décima parte no lo hago basándome en datos precisos, sino a modo de aproximación, es decir, que quizá haga falta trabajar diez veces más, ya se trate de trabajo, de investigación, de trabajo productivo o de trabajo de distintos tipos, para que la expansión de la producción tenga efecto en la vida de la gente.
En el año 98, “nuestra producción experimentó un impulso, se activó y echó a andar hasta cierto punto, pero en la vida de la gente el efecto no se sintió. Debemos llevar la producción a un punto en el que surta efectos en la vida de la gente. Claro está que son muchas las cuestiones económicas que se plantean al país: la cuestión de las reformas bancarias, las reformas aduaneras, reformas fiscales, mejora del entorno empresarial y otras similares”.
Pero la producción cumple una función única e irremplazable. Consigamos poner en marcha la producción, gracias al vasto mercado interno del país, aunque la producción requiera ventas en los mercados exteriores, porque, además de poder estar en contacto con los mercados externos, el mercado fundamental para nuestras ventas está en el interior del país, en esta población de ochenta millones de personas.
Si logramos, Dios mediante, dar un impulso a la producción y sacarla adelante, con toda certeza los problemas económicos se terminarán y estos embargos que han impuesto acabarán beneficiándonos. Por ahora, es cierto, han causado daños, pero a la vez ha habido también beneficios: nos ha obligado a pensar en nuestros propios medios, a pensar en obtener lo necesario para vivir y satisfacer las necesidades del país a través de los medios del interior, lo que para nosotros es muy valioso, y eso, si Dios quiere, continuará.
De manera que seguimos necesitando producir. Este año es el Año del Salto de la Producción. Esa es la divisa de este año: que los encargados actúen de tal manera que, si Dios quiere, la producción dé un salto y en la vida de la gente se opere, si Dios quiere, un cambio sensible.
Por supuesto, eso requiere labores de planificación: del Instituto de Planificación, a su manera; de la Asamblea de Consulta Islámica y su Centro de Investigaciones, a la suya; del Poder Judicial, por su parte —porque la Judicatura tiene también una función—; de los complejos basados en el conocimiento, a su manera; y a la suya de los grupos de jóvenes y de iniciativa, que, gracias a Dios, son muchos en el país y un servidor ha mantenido reuniones excelentes y muy provechosas con algunos de ellos a lo largo de este año que termina, el 98, y en el año anterior, viéndolos de cerca, escuchándolos de cerca: jóvenes con interés por trabajar, dispuestos a trabajar, llenos de esperanza, energía, motivación, talento e inventiva. Esos jóvenes, gracias a Dios, están ahí y deben participar todos ellos en la planificación, para que, de esa manera, esta tarea avance, si Dios quiere.
“Espero que este año traiga bendiciones para todos ustedes, que traiga bendiciones para todos ustedes la venturosa fiesta de la Misión Profética y, si Dios quiere, que sean ustedes objeto de la atención divina, y la nación iraní vea incrementarse día a día su buena disposición, su recurso a la ayuda divina y su espiritualidad”, ha concluido el ayatolá Jamenei.
Con ustedes la paz, la misericordia de Dios y Sus bendiciones.
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