Mensaje del Líder de Irán al gran congreso anual del Hach+Video
El Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, ha emitido un mensaje con motivo de la peregrinación anual del Hach.
En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso
La alabanza es para Dios, Señor de los mundos, y las bendiciones de Dios van a Su Mensajero, Muhammad, y a su familia pura, y a sus Compañeros aprobados y a quien bien lo siga hasta el Día de la Recompensa.
La temporada de Hach que siempre ha sido temporada de sentir la dignidad, la grandeza y la prosperidad del mundo islámico, este año está experimentando la tristeza y el arrepentimiento de los creyentes, quienes han sufrido el sentimiento de separación y el fracaso de los ansiosos. Los corazones sienten nostalgia tal y como siente Kaaba, y los gritos de los separados se mezclan con lágrimas y suspiros.
Esta privación es de corta duración y no durará mucho con la presencia de Dios, pero la lección de apreciar la gran bendición de Hach debe ser sostenida hasta que nos libere de la negligencia. Debemos sentir, y pensar más que nunca este año en el secreto de la grandeza y el poder de la Ummah (comunidad islámica), con sus diversos grupos de creyentes en la explanada que rodea la Kaaba, y el santuario del Profeta del Islam (la paz sea con él y las bendiciones de Dios van a su familia) y los imanes de Al-Baqi.
Hach es un deber incomparable; se considera como una flor de cien hojas entre los deberes islámicos; es como si todos los aspectos importantes tanto individuales y sociales como terrenales y celestiales, e históricos y universales, de la religión sean revisados en él.
La espiritualidad está en ello, pero sin aislamiento, reclusión y soledad. Hay comunidad en él, pero lejos de conflictos, calumnias y malicia. Por un lado, tiene el disfrute espiritual de las oraciones, la devoción y el recuerdo de Dios, y, por otro lado, la conexión de la unidad y la comunicación popular.
El haji mira con un ojo su conexión de larga data con la historia, con Ibrahim, Ismael y Hayar, con el Mensajero de Dios cuando entró triunfante con la multitud de creyentes en la Mezquita al-Haram, y con otro ojo ve la multitud de sus contemporáneos, que cualquiera de ellos puede ayudar para que se aferran fuertemente todos juntos, con la cuerda de Dios.
Pensar y contemplar el fenómeno del Hach lleva al peregrino a creer que muchos de los ideales y aspiraciones de la religión para la humanidad no darán resultado sin la simpatía y la cooperación de un grupo de personas religiosas, y con la aparición de esta solidaridad y cooperación, los trucos de los enemigos no pueden generar problemas significativos en este camino.
El Hach es una maniobra de poder contra los arrogantes que son epicentros de la corrupción, la opresión, el asesinato y el saqueo, y hoy el cuerpo y el alma de la Umma islámica están ofendidos y ensangrentados por su opresión y malicia. Hach es una muestra de las habilidades duras y suaves de la Ummah.
Esta es la naturaleza y el espíritu del Hach y forma parte de sus objetivos más importantes, esto es lo que el difunto Imam Jomeini llamó el Hach abrahámico, y esto es lo que si los responsables del Hach -que se hacen llamar los custodios de los dos santuarios-, sinceramente lo obedecen, en lugar de complacer al gobierno de los EE.UU., eligen complacer a Dios, así se puede resolver los grandes problemas del mundo islámico.
Hoy, como siempre, y más que nunca, el interés obligatorio de la Ummah islámica reside en la unidad para hacer frente a las amenazas y enemistades, y gritar en voz alta al demonio encarnado, el agresor estadounidense y su perro el régimen sionista.
Este es el significado del mandato divino que decía: “Y aferraos fuertemente todos juntos, con la cuerda de Alá y no os dividáis”.
El sabio Corán presenta la Ummah islámica en el contexto de: “Quienes están con él son firmes contra los incrédulos y compasivos entre sí”.
Y pide este deber: “No toméis por amigos a Mis enemigos y a los vuestros, Dios no concederá a los incrédulos ningún medio para prevalecer contra los creyentes, entonces combatid a esos jefes de la incredulidad”.
Y para definir el enemigo emite este orden: “Respecto a quienes no han luchado contra vosotros en razón de vuestra religión y no os han expulsado de vuestras casas”.
Estos mandamientos importantes y cruciales nunca deben separarse de nuestro sistema intelectual y de valores como musulmanes y nunca deben olvidarse.
Hoy, más que nunca, el terreno para este cambio fundamental está disponible para la nación y los intelectuales. Hoy, el despertar islámico significa que la atención de las élites y los jóvenes musulmanes a sus posesiones epistemológicas y espirituales es un hecho innegable. Hoy, el liberalismo y el comunismo, que hace 150 años fueron considerados los dones más destacados de la civilización occidental, han desaparecido por completo y se han revelado sus defectos incurables. Uno de estos sistemas sufrió colapso mientras que el otro entró una crisis profunda y está al borde del colapso.
Hoy, no solo el paradigma cultural occidental, que desde el principio ha surgido con vergüenza y escándalo, sino incluso su paradigma político y económico, a saber, la democracia basada en el dinero y el capitalismo discriminatorio, ha demostrado su ineficiencia y corrupción.
Hoy en día, no son pocas élites en el mundo islámico que, con la cabeza alta y con orgullo, desafían todas las afirmaciones de la epistemología y la civilización de Occidente y muestran explícitamente las alternativas islámicas. Hoy, incluso algunos pensadores occidentales, que anteriormente proclamaban con orgullo el liberalismo como el fin de la historia, inevitablemente retractan esa afirmación y admiten su confusión teórica y práctica.
Una mirada a las calles de Estados Unidos, al trato de las autoridades estadounidenses con su gente, a la profunda distancia social en este país, a la humillación y a la estupidez de los elegidos gobernantes de ese país, a la horrible discriminación racial, a la brutalidad de un oficial encargado de matar a sangre fría y torturar, a un civil frente a los transeúntes, revelan la profundidad de la crisis moral y social de la civilización occidental y la invalidez de su filosofía política y económica.
El trato de Estados Unidos a las naciones débiles es una versión ampliada del comportamiento de un policía que puso su rodilla en el cuello de un hombre negro indefenso y lo apretó hasta la muerte.
Los demás gobiernos occidentales, cada uno por su parte y a su alcance, representan otros ejemplos de esta situación catastrófica.
El Hach abrahámico, es el fenómeno brillante del Islam frente el Paganismo Moderno y una muestra simbólica de la vida de la sociedad islámica; una sociedad en la que la convivencia coherente de los creyentes en torno al eje del monoteísmo representa el mayor símbolo; el distanciamiento de los conflictos y oposiciones, evitar la discriminación y ventajas aristocráticos, abstenerse de la corrupción y polución son las condiciones imprescindibles. La lapidación de Satanás, el rechazo a los politeístas, solidaridad con los humildes, ayudar a los necesitados e izar la bandera de los creyentes figuran entre los principales deberes; y lograr los intereses y conveniencias públicas, junto con el recuerdo de Dios, su agradecimiento y adoración son, respectivamente, los objetivos medianos y finales. Lo explicado es una imagen a grandes rasgos de la sociedad islámica en el espejo del Hach abrahámico. La comparación de esta imagen con la realidad de las jactanciosas sociedades occidentales, llena de entusiasmo el corazón de cualquier musulmán perseverante y lo anima a luchar y combatir para lograr la sociedad descrita.
Nosotros como pueblo de Irán, bajo el liderazgo del gran Imam Jomeini, dimos pasos en este caso con dicho entusiasmo y fuimos victoriosos. No alegramos haber podido materializar absolutamente todo lo que conocemos y deseamos, pero afirmamos haber tenido grandes avances y superado muchos obstáculos en este camino. Con la bendición de las promesas del Corán, nuestros pasos siguen siendo firmes. El mayor Satanás engañoso y atracador de nuestra época, es decir el régimen de Estados Unidos, no ha podido intimidarnos, o vencernos con sus engaños, ni ha tenido éxito en bloquear nuestro desarrollo material ni espiritual.
Consideramos como nuestros hermanos a todos los pueblos musulmanes, y nos comportamos con piedad y justicia con los no musulmanes siempre que no entren en el frente oponente. Consideramos la tristeza y los problemas de las sociedades musulmanas como los nuestros, y nos esforzamos para solucionarlos. La ayuda a la oprimida Palestina, la compasión con el herido Yemen y la inquietud para los musulmanes bajo opresión en cualquier parte del mundo es nuestro compromiso eterno. Consideramos como un deber aconsejar a los líderes de ciertos países musulmanes; los estadistas que, en vez de contar con su hermano musulmán, se refugian en los brazos del enemigo, se someten a la humillación y arbitrariedad del enemigo para sus beneficios personales efímeros, y venden a bajo precio el orgullo e independencia de su pueblo, los que contemplan la sobrevivencia del usurpador y tirano régimen sionista y les dan la mano de amistad públicamente o en secreto. Les aconsejamos, y advertimos de las amargas consecuencias de su conducta. Consideramos la presencia de Estados Unidos en la región del Oeste de Asia como un perjuicio para los pueblos de esta región y la causa de la inseguridad y destrucción y subdesarrollo de los países. Bajo las actuales circunstancias en Estados Unidos y la emergencia del movimiento antirracista en este país, nuestra postura definitiva es estar al lado del pueblo y condenar el comportamiento brutal del Gobierno racista de dicho país.
En conclusión, saludo al espíritu del Imam de los Tiempos (que nuestras almas se sacrifiquen por él), conmemoramos al difunto imam Jomeini y rendimos saludos a las santas almas de los mártires, y suplico ante Dios, el elevado, por un Hach seguro, aceptado y bendito para la Ummah Islámica en un futuro cercano.
Y saludos a los siervos piadosos de Dios
Seyed Ali Jamenei