“Es cierto que hemos estado fortaleciendo las posiciones de nuestras tropas allí (en Idlib). No podemos permitirnos tener puntos débiles allí”, ha comunicado este lunes Erdogan a los periodistas.

 

El mandatario turco ha destacado que si Turquía no fortalece sus puntos de observación, entonces otros pueden tomar la iniciativa en esta región. Alega que los 12 puntos de observación de Ankara en Idlib (noroeste) tenían como objetivo proteger a los civiles.

 

Ankara ha establecido una docena de puestos de observación militar en torno a Idlib, reforzados con tropas y equipos en las últimas semanas, según fuentes rebeldes turcas y sirias.

Afirma, a su vez, que Turquía está lista para cooperar con Rusia en la lucha contra los grupos terroristas en Idlib, pero no contra los grupos armados opositores, que también operan en esta región y gozan del apoyo de Ankara.

Erdogan partirá este lunes a Rusia para mantener conversaciones con su homólogo ruso, Vladimir Putin.

Idlib es el último bastión de los grupos terroristas, en particular, del Frente Al-Nusra (autoproclamado Frente Fath Al-Sham), que, según varios informes, cuenta con el apoyo de EE.UU., el Reino Unido, Turquía y algunos Estados árabes ribereños del Golfo Pérsico.

Mientras el Ejército sirio se prepara para lanzar una gran batalla para recuperar Idlib, el Ejército de Turquía ha amenazado con hacer frente a las fuerzas sirias, si estas atacan a los grupos armados allí ubicados.

Ankara ha contribuido en gran medida a crear, armar y financiar a los grupos terroristas durante el conflicto sirio. Además, ha hecho todo lo que estaba en su mano para convertir Idlib en una “zona segura” entre sus fronteras y el campo de batalla contra los kurdo-sirios. Si bien, la recuperación de la provincia por Damasco supone el fin del proyecto geográfico de Turquía en el país árabe.