Netanyahu se acerca a Estados árabes para romper aislamiento de Israel
(last modified Fri, 07 Dec 2018 03:03:50 GMT )
Dic 07, 2018 03:03 UTC

E: Estimados oyentes en este programa tenemos un invitado de honor, él es Libardo Orejuela, profesor y rector de la Universidad Libre de Cali, Colombia, quien nos atiende justamente desde  Colombia para abordar los recientes esfuerzos abiertos del régimen de Israel para acercarse a diversos Estados árabes.

En contexto, en octubre, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, junto con otros representantes de su gabinete, viajó a Omán y luego manifestó su deseo de establecer nexos con los Estados árabes ribereños del Golfo Pérsico. “Pronto habrá visitas similares a otros países árabes”, dijo el premier israelí y, dicho y hecho, se fue a Emiratos Árabes Unidos y a Catar. Ninguno de estos países mantiene relaciones bilaterales ni multilaterales con el régimen de Israel, excepto Egipto y Jordania. Aunque sus contactos son un secreto a voces, el conflicto palestino había impedido hasta ahora que se reconozcan.

 

Señor Orejuela, ¿Qué ha llevado al primer ministro Benjamín Netanyahu a hacer públicas sus relaciones con algunos países árabes, incluida Arabia Saudí?

LO: Mira, en primer lugar, habría que recordar que Israel es un formato político que se encuentra, de cierta manera, aislado en el mundo. Las delegaciones en la Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU) condenando a Israel por el asunto palestino, con una aplastante mayoría, que obliga a EEUU a ejercer el derecho a veto y con dos o tres votos de solidaridad con Israel, prueban o denotan el estado de aislamiento de Israel en la escena internacional.

 

Hoy Israel procura romper como una actividad política y diplomática ese estado de aislamiento y sabe en su estrategia que debe empezar a romperlo en países que son vulnerables políticamente, por ejemplo, países de América Latina, países centroamericanos que son vulnerables, pobres y debilitados de Centroamérica e incluso saludaron la pretensión de Israel de pasar su política y administrativa a la ciudad sagrada de Jerusalén. Lo segundo es romper el mundo árabe, porque saben que existe una comunidad árabe, pero no existe una política panárabe, y no existe porque varios de los regímenes árabes son regímenes que se han colocado contra la voluntad de sus pueblos y que prefieren cercanía con Israel que hacerlo con naciones del Cercano o Próximo Oriente que tienen una política de acercamiento o de solidaridad con el pueblo y la causa palestina. Eso es absolutamente histórico e incluso hay que coincidencias que son para Israel muy afortunadas y que son para la historia muy desagradables. Tanto Israel como Arabia Saudí, aparentemente dos países de comportamientos culturales, étnicos e históricos distintos son cada uno a su lado el socio mayor en la región —en la gran región del Cercano Oriente— de Washington, de la política norteamericana. E Israel avala, con la observación también muy estratégica, como Arabia Saudí, por un lado, agrede de forma criminal al pueblo de Yemen, y por otro, procura agredir al pueblo, a la nación y al estado iraní, e intenta intervenir en los asuntos de Irak y Siria. Es decir, países como Arabia Saudí y como Israel, sus estados no sus pueblos, sus gobiernos, y sus comunidades, sus poderes y no sus naciones, coinciden en comportamientos políticos similares.

De otra parte, hay una actitud coincidente entre la política de Israel y la política de Arabia Saudí en la escena internacional. Ambos estados parecen ser, el uno a la diestra y el otro a la siniestra, los socios mayores de Washington en lo que atinente a Extremo Oriente. Arabia Saudí agrede al pueblo de Yemen, es decir, hay una actitud de los saudíes que es coincidente absolutamente con la política de Israel. Tienen todas las condiciones para que sean aliados naturales y la muerte del periodista saudí (Jamal Khashoggi) en la embajada de su país en Estambul, Turquía, prueba hasta dónde se extiende la capacidad criminal de ese régimen. Israel esto lo tiene observado, sabe que puede romper entonces el mundo árabe. Romperlo políticamente, pues insisto que hay una comunidad árabe, hay un pueblo árabe dispuesto a resistir las históricas agresiones a las que viene siendo sometido. Entonces, esa es la estrategia israelí: romper su aislamiento en la comunidad internacional, empezando por penetrar Estados de Centroamérica, de América Latina y también Estados del llamado mundo árabe.

 

E: ¿Acaso, Netanyahu busca apoyo a la propuesta de EEUU del llamado "acuerdo del siglo" para soluciona el tema israelo-palestino? Aunque está por verse, claro está, porque la parte palestina representada por el presidente Mahmud Abás ha rechazado este pacto e incluso la mediación de EEUU en el conflicto. Adelante con su apreciación por favor.

 

E: Sí, por supuesto. Para Israel la única salida al asunto palestino, es que el mundo palestino y el mundo árabe se plieguen a su política unilateral y, en tal sentido, el gobierno actual es buen discípulo de la política norteamericana. El señor (Mike) Pompeo, secretario de Estado de EEUU, acaba de decir que, prácticamente, hay que erradicar la OEA, la ONU y la UE porque eso no le sirve a los intereses de EEUU y que el único Estado del mundo que está preocupado por los parabienes del orden político internacional es EEUU. Lo que quiere decir, entonces, es que si esos organismos no se pegan a nuestra voluntad, deben ser desconocidos, porque lo que tiene que imponerse es la voluntad de Washington. Israel actúa de la misma manera y trata de imponer la voluntad de Tel Aviv, lo que trata de imponer es la defensa de los intereses de Israel, pero además el primer ministro israelí sabe que tiene problemas internos de orden político, que ha derivado en la renuncia de algunos ministros e incluso con el crecimiento de voces en el interior de Israel planteando la necesidad de una política de diálogo para resolver no solo el problema con Palestina sino todos los problemas del Medio Oriente, es decir, los problemas con otros tipos de Estado o de naciones.