Pars Today

Iraquíes repudian el asesinato de los comandantes de la Resistencia, en vísperas de cumplirse el 1.º aniversario de este brutal crimen perpetrado por EE.UU.

El 3 de enero de 2020, Estados Unidos efectuó una operación terrorista en Bagdad (capital iraquí) que acabó con la vida del teniente general Qasem Soleimani, comandante de Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, y del subcomandante de las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) de Irak, Abu Mahdi al-Muhandis, y otros compañeros.

El sábado, un grupo de iraquíes, compuesto por fuerzas populares y sus partidarios, celebró una manifestación en la plaza Tahrir de Bagdad (capital) para condenar dichos crímenes.

Según los medios locales, vehículos militares y ambulancias acompañaron a los manifestantes que asistieron de manera numerosa. Además, la Policía iraquí cerró todas las calles que conducían al lugar donde se habían reunido manifestantes.

El general Soleimani, iniciador de la lucha contra el terrorismo en Asia Occidental, desmanteló las bases de grupos terroristas en Irak, Siria y Afganistán, por lo que se convirtió en símbolo del Eje de la Resistencia a nivel internacional.

Al respecto, el secretario general de la organización iraquí Badr, Hadi al-Ameri, resaltó el viernes el papel crucial del comandante iraní en la lucha contra el terrorismo y la eliminación de la banda takfirí Daesh.

Por lo tanto, las autoridades persas consideran el asesinato de Soleimani como un “gran regalo” de EE.UU. a los terroristas y sus patrocinadores, mientras han prometido seguir su legado.

Solo cinco días tras el asesinato, la División Aeroespacial del CGRI respondió atacando con misiles la base Ain Al-Asad en Al-Anbar (oeste de Irak), ocupada por tropas norteamericanas, y una base en Erbil, capital del Kurdistán iraquí, también en poder de los estadounidenses. Sin embargo, Teherán dice que eso fue solo una bofetada y ha prometido una dura venganza.

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