¿Cuál es la condición de la mujer en el Islam?
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Imagen de una madre musulmana, centro de la familia
Pars Today - La condición de hombres y mujeres en la sociedad y el papel de cada uno en el cambio social han sido desafíos históricos para el pensamiento humano.
A lo largo de la historia, las actitudes individuales y sociales hacia la condición de hombres y mujeres han experimentado cambios significativos, que en ocasiones han provocado intensos enfrentamientos entre ambos sexos. En la sociedad en la que surgió el Islam, las mujeres se veían privadas de muchos derechos humanos básicos. En la sociedad árabe preislámica, la condición de la mujer era muy precaria y se la consideraba una mercancía. En este artículo de Pars Today, se analiza la condición de la mujer en el Islam.
Poseedores de un alma humana perfecta
El Islam considera que las mujeres, al igual que los hombres, poseen un alma humana perfecta, voluntad y libertad, y las ve en el camino de la perfección, que es la meta de la creación. Por lo tanto, las coloca a ambas en el mismo rango y las dirige con los apelativos "¡Oh humanidad!" y "¡Oh creyentes!", y ha establecido programas educativos, morales y científicos necesarios para ellas.
Dios, en el Corán, afirma en aleyas como: «وَ مَنْ عَمِلَ صَالِحًا مِنْ ذَکَرٍ أَوْ أُنْثَی وَ هُوَ مُؤْمِنٌ فَأُوْلَئِک یدْخُلُونَ الْجَنَّةَ» [aleya 40 de la Sura Ghafir]. (Pero quien haga buenas obras, ya sea hombre o mujer, siendo creyente, entrará al Paraíso y ese Día recibirá el reconocimiento completo).
Él ha prometido a ambos sexos que disfrutarán de completa felicidad, y con aleyas como:
«مَنْ عَمِلَ صَالِحًا مِنْ ذَکَرٍ أَوْ أُنْثَی وَ هُوَ مُؤْمِنٌ فَلَنُحْیِیَنَّهُ حَیَاةً طَیِّبَةً وَ لَنَجْزِیَنَّهُمْ أَجْرَهُمْ بِأَحْسَنِ مَا کَانُوا یعْمَلُونَ»
[aleya 97 de la Sura An-Nahl]; (A quien haga buenas obras, ya sea hombre o mujer, siendo creyente, le daremos una vida buena y le recompensaremos con lo mejor de sus obras), ha dejado claro que todo hombre y mujer puede alcanzar el desarrollo espiritual y material siguiendo los principios del Islam y encaminarse hacia una vida buena, pura y llena de paz.
Independientes y libres
El Islam considera a las mujeres, al igual que a los hombres, independientes y libres en todos los sentidos. El Corán, con aleyas como
«کُلُّ نَفْسٍ بِمَا کَسَبَتْ رَهِینَةٌ» [aleya 38 de la Sura Muddathir] (Cada uno es responsable de sus propias acciones) o «مَنْ عَمِلَ صَالِحًا فَلِیْنَفْسِهِ وَ مَنْ أَسَاءَ فَعَلَیْهَا» [aleya 46 de la Sura Fussilat] (Quien hace el bien, lo hace por su propio bien, y quien hace el mal, lo hace contra su propia alma), expresa esta libertad para todos los individuos, tanto hombres como mujeres.
Por otro lado, dado que la independencia es un requisito previo para la voluntad y la elección, el Islam la incluye en todos los derechos económicos y permite a las mujeres todo tipo de relaciones financieras, considerándolas dueñas de sus ingresos y capital.
En la aleya 32 de la Sura An-Nisa, también se afirma: «لِلرِّجَالِ نَصِیبٌ مِّمَّا اکتَسَبُوا وَ لِلنِّسَاءِ نَصِیبٌ مِّمَّا اکتَسَبْنَ» (Los hombres tienen una parte de lo que ganan, y las mujeres tienen otra parte). Considerando la palabra “Iktsab” (adquisición), em contraposición de “Kasab”(ganancia), para la adquisición de riqueza, cuyo resultado pertenece a quien la adquiere, y considerando también la regla general: «الناس مسلطون علی اموالهم» (Todas las personas son dueñas de sus propios bienes), entonces, es evidente que el Islam respeta la independencia económica de las mujeres y no hace ninguna diferencia entre hombres y mujeres.
División del trabajo
El Islam considera a hombres y mujeres iguales desde una perspectiva humana, pero en otros aspectos, como los deberes sociales, existen diferencias entre ellos, que de ninguna manera significan discriminación ni desigualdad legal. Más bien, el objetivo del Islam con estas diferencias es regular y dividir el trabajo de tal manera que cada uno pueda desempeñar sus funciones de la mejor manera posible. Estas diferencias buscan, en realidad, optimizar el funcionamiento social y natural de cada uno de los sexos en la sociedad.
Finalmente, el Corán reconoce la posición de la mujer como ser humano con derechos y deberes independientes, y enfatiza que, desde la perspectiva divina, no hay diferencia de valor entre hombres y mujeres. Por lo tanto, el criterio para la superioridad humana ante Dios es la piedad y el comportamiento correcto, no el género.