El máximo clérigo chií de Irak, el ayatolá Seyed Ali Sistani, ha urgido este viernes al fin del derramamiento de sangre en el país árabe.
En un comunicado, el gran ayatolá ha advertido de que la reciente ola de protestas que ha dejado docenas de muertos puede degenerarse en el caos y una guerra civil en Irak.
El ayatolá Sistani ha lamentado los continuos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad que han causado la muerte de muchas personas de ambos lados y daños a propiedades públicas y privadas.
“La sangre inocente derramada durante las últimas semanas es muy valiosa para nosotros. Se deben tomar medidas para evitar más derramamiento de sangre”, ha indicado el clérigo, al tiempo que ha insistido en evitar que el país se deslice hacia otra destrucción.
Esto, ha proseguido el ayatolá Sistani, solo es posible con la unión de todos para resolver la crisis actual con buena fe y alertas ante los individuos o grupos dentro y fuera de Irak que intentan abusar de las protestas.
El ayatolá Sistani también ha condenado una vez más toda medida violenta injustificable contra los manifestantes pacíficos y ha pedido que se investiguen a los que han recurrido a los asaltos y acciones violentas.
El Gobierno de Bagdad ha dejado claro que reconoce el derecho a expresarse en calles, pero rechaza la violencia. Asimismo, las autoridades iraquíes han denunciado la presencia de extraños detrás de las protestas desatadas el 1 de octubre para exigir el fin de la corrupción, el paro, la carestía de los productos básicos.
Distintos movimientos y partidos políticos iraquíes apuntan a EE.UU. y su aliado Israel de estar aprovechándose de las protestas para provocar el “caos” en el país árabe.
Las autoridades iraquíes procuran satisfacer las demandas de los manifestantes y, en este sentido, el Gobierno informó el jueves de la celebración de elecciones anticipadas, bajo una nueva ley electoral más justa e integral.
Además, el presidente iraquí, Barham Saleh, anunció la disposición del primer ministro, Adel Abdul-Mahdi, de “dimitir”, si los bloques en el Parlamento se ponen de acuerdo sobre un sustituto.
Entre tanto, el Parlamento iraquí aprobó el lunes una serie de reformas para responder a las demandas populares y frustrar los planes desestabilizadores de los infiltrados en las marchas.
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