“Mossad y CIA están detrás de actos violentos en Irak”
Los servicios de inteligencia de Israel y EE.UU. han construido bases en Irak, desde donde urden complots para violentar el país, alerta un político iraquí.
Qais Jazali, líder del grupo Asaib Ahl al-Haq —que forma parte de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe)— reveló el lunes los planes nefastos del régimen de Tel Aviv y Washington, apoyados por ciertos países árabes ribereños del Golfo Pérsico, para provocar una guerra civil en Irak.
En esta misma línea, el notable dirigente iraquí indicó que “Israel cuenta con una base en el norte de Irak” y el servicio de espionaje israelí (el Mossad) opera en varias partes del país, incluidas Suleimaniya y Erbil, ambas situadas en el Kurdistán Iraquí.
El Mossad tiene asimismo “una base conjunta” con la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés) en el aeropuerto de Bagdad (la capital iraquí), agregó.
“Para materializar el complot, han recurrido a mercenarios locales y a los baasistas, quienes han estado muy activos en los recientes acontecimientos en Irak”, afirmó Jazali.
Tenemos importantes informaciones sobre conspiraciones contra Irak. La parte israelí es más peligrosa que EE.UU. al respecto. Y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) financia esa intriga”, denuncia Qais Jazali, líder del grupo Asaib Ahl al-Haq. que forma parte de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), sobre el papel de Washington, el régimen de Tel Aviv y Abu Dabi en los actos violentos registrados en las protestas en Irak.
Según el líder del grupo iraquí Asaib Ahl al-Haq, Israel y Estados Unidos buscan, entre otros objetivos nefastos, causar enfrentamientos entre las fuerzas populares iraquíes y los manifestantes, que desde el 1 de octubre pasado han salido a las calles para protestar contra la corrupción, el paro y los ineficaces servicios básicos.
Las fuerzas populares iraquíes han neutralizado no obstante ese plan israelí-estadounidense, y han emitido un comunicado en el que defienden el derecho del pueblo a expresarse en las calles y exigir sus demandas legítimas.
El Gobierno iraquí ha declarado que reconoce el derecho a expresarse en las calles, pero rechaza la violencia. Asimismo, las autoridades han denunciado que ciertos infiltrados armados se valen de las manifestaciones pacíficas del pueblo para instigar la violencia, perpetrar actos salvajes y atacar a la multitud y a las fuerzas de seguridad.
La Policía iraquí ha detenido hasta el momento a muchos de estos elementos armados. Las Fuerzas Armadas de Irak ha anunciado también haber neutralizado los intentos de los individuos infiltrados de bloquear varias carreteras en el país.
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