Los países árabes y la mediación entre Irán y Estados Unidos; un cambio en el juego de roles
Pars Today - El intento de los países del Golfo Pérsico de mediar entre Irán y Estados Unidos no es sólo una maniobra de corto plazo, sino más bien parte de una transformación estructural del papel de estos países en el sistema internacional.
Según Pars Today, citando a la agencia de noticias Mehr, mientras las tensiones geopolíticas entre Irán y Estados Unidos aumentan, los estados miembros del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico están adoptando un enfoque pragmático y están tratando de desempeñar un papel mediador para reducir las tensiones.
Esta estrategia no sólo refleja la profunda preocupación de estos países por las consecuencias de la inestabilidad regional, sino que también está fuertemente ligada a sus intereses económicos a largo plazo, especialmente en el contexto de planes de desarrollo como la Visión 2030 de Arabia Saudí y los megaproyectos de los Emiratos Árabes Unidos.
Entendiendo la relación inherente entre la estabilidad regional y su seguridad económica, los países del Golfo Pérsico buscan convertirse en actores importantes en la gestión de las tensiones en la región.
Arabia Saudí, de la confrontación a la desescalada selectiva
Riad, otrora conocido como el líder del frente antiraní en la región, ha demostrado ahora que ha redefinido sus prioridades al restablecer relaciones diplomáticas con Teherán en 2023. Este cambio no es sólo una maniobra táctica, sino parte de una estrategia más amplia que considera el desarrollo económico como el principal motor de la política exterior. Arabia Saudí, que ha sido sede de conversaciones entre Rusia, Ucrania y Estados Unidos, busca desempeñar un papel similar en el caso de Irán. Sin embargo, Riad enfrenta limitaciones, incluida su proximidad histórica a Washington, que puede hacer que Teherán sospeche de su neutralidad. Sin embargo, el Reino de Arabia Saudita está tratando de establecer su posición como mediador creíble.
Catar, diplomacia multifacética e inversión en credibilidad internacional
Catar, apoyándose en una compleja red de relaciones internacionales y en su exitosa experiencia como anfitrión de negociaciones como las conversaciones entre los talibanes y los Estados Unidos o entre HAMAS e Israel, se ha presentado como un actor inigualable en la mediación. Doha, que decidió resistir la presión de sus vecinos para cortar lazos con Teherán durante la crisis de bloqueo de 2017, ahora está utilizando esta decisión como capital político.
Emiratos Árabes Unidos, el pragmatismo económico y el papel indirecto
Los Emiratos Árabes Unidos, especialmente a través de Dubai, siempre han mantenido sus relaciones económicas con Irán incluso en los momentos más álgidos de las tensiones políticas. El país, que alberga a decenas de miles de ciudadanos iraníes y tiene arterias comerciales vitales, no puede permitirse la inestabilidad. La entrega de la carta de Donald Trump a Irán por parte de Anwar Gargash, asesor del primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos, demostró que Abu Dabi, a pesar de su alianza de seguridad con Washington, está dispuesto a mantener abierto el canal de comunicación con Teherán. Comprendiendo su vulnerabilidad inherente a las tensiones en el estrecho de Ormuz, los Emiratos Árabes Unidos prefieren utilizar el camino de la diplomacia y las negociaciones privadas para reducir la fricción.
Omán; La arquitectura de la diplomacia silenciosa y el legado del sultán Qaboos
Pero el papel más importante y complejo lo desempeña el Sultanato de Omán. Mascate, apoyándose en el legado diplomático del Sultán Qaboos y en su estilo único de resolución de conflictos, es conocido como el intermediario más confiable entre Teherán y Washington. La geografía política de Omán –su proximidad a Irán por un lado y sus vínculos de seguridad con Occidente por el otro– le ha otorgado al país una posición favorable. La elección de Omán como anfitrión de las próximas conversaciones no es casual. Al crear un espacio seguro, este país permite la transmisión de mensajes importantes y vitales entre las partes. La experiencia ha demostrado que Mascate es capaz de transmitir advertencias de un lado al otro sin sesgos; Una habilidad que también quedó demostrada en abril de 2023 al coordinar la llegada de la delegación saudí-omaní a Saná para mantener conversaciones con Ansarolá de Yemen.
El Sultanato de Omán también ha logrado ganarse la confianza de Irán manteniendo relaciones avanzadas con Teherán, que a veces llegan incluso a la cooperación en materia de seguridad. Esto es vital para Washington como garantía de la implementación de cualquier posible acuerdo.
Los esfuerzos de los países del Golfo Pérsico para mediar entre Irán y Estados Unidos no son solo una maniobra de corto plazo, sino más bien parte de una transformación estructural del papel de estos países en el sistema internacional. Convertirse en potencias medias con capacidad de influir en las ecuaciones globales requiere de una estabilidad regional que garantice sus proyectos de transformación económica.