Paquistán entrega a La India el piloto que había capturado tras derribar su caza el miércoles, día en que se desató una confrontación aérea entre las partes.

Tensa calma entre Paquistán y La India; en un gesto de paz, Islamabad libera al piloto indio capturado el miércoles pasado.

Tras casi cuatro horas de retraso y entre una gran expectación de medios de comunicación y ciudadanos de a pie, el piloto Abhinandan Varthaman, comandante de las Fuerza Aérea de La India (IAF, por sus siglas en inglés), cruzó el paso fronterizo paquistaní-indio.

En diversas partes de La India la gente salió a las calles para celebrar la liberación del piloto. Mientras en Paquistán, los ciudadanos seguían protestando contra las medidas hostiles de Nueva Dehli.

La India asegura que la entrega de su piloto por Islamabad “no es pieza de negociación”. Eso después de que la parte contraria se ofreciera para dialogar sobre el terrorismo, la clave que desató una confrontación bélica entre las dos potencias nucleares.

Pues la génesis de este enfrentamiento fue un atentado que el 14 de febrero acabó con la vida de 44 soldados indios en Cachemira, perpetrado por un grupo terrorista, presente en el lado paquistaní de la frontera.

El martes pasado, La India decidió vengar esas muertes, bombardeando un campamento de entrenamiento de la organización terrorista en Paquistán.

Al día siguiente se desató el enfrentamiento entre las fuerzas aéreas de los dos países asiáticos. Ambas partes anunciaron haber derribado cazas del otro. Islamabad capturó al piloto.

Por ahora los tambores de guerra han bajado de tono, aunque la tensión persiste en la región de Cachemira, objeto de disputas desde la partición del subcontinente indio tras su independencia del Imperio británico en 1947.