Trump: el “arreglador” de problemas

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se autoproclama un “arreglador” de problemas en países que no comulgan con la política de la Casa Blanca y son blancos de las más variadas formas de agresión, las que lógicamente crean la inestabilidad que el mandatario compondrá.

En la reciente visita a la Casa Blanca de la “Primera Dama” venezolana, Fabiana Rosales, Trump insistió en que 'todas las opciones están sobre la mesa' para presionar por la salida del presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro, una frase que repite desde hace meses, al ser consultado sobre una eventual intervención norteamericana en la nación suramericana.

“En este momento están bajo mucha presión. No tienen dinero, no tienen petróleo, no tienen nada. No tienen electricidad", señaló como forma de acentuar los resultados de su política criminal contra ese pueblo.

“Aparte de militar, no se puede tener más presión de la que tienen... Todas las opciones están abiertas", dijo. "Esto nunca debería haber pasado en Venezuela. Es una tragedia. Las administraciones pasadas permitieron que esto sucediera (...) Pero lo arreglaré”, prometió el componedor de crisis que ellos mismos crean.

El 7 de marzo un apagón nacional que dejó paralizada a Venezuela durante una semana y el lunes 25, otro apagón volvió a oscurecer Caracas y otras 16 entidades.

El gobierno venezolano denunció que los apagones son culpa de múltiples ciberataques sin descontar que sanciones de Washington afectan el mantenimiento y la buena marcha del sistema de generación en el país.

Los apagones son culpa de múltiples ciberataques

La situación tiene entre sus causas, las sanciones económicas impuestas por el gobierno estadounidense que dejaron a Miraflores, sede del gobierno, sin la capacidad de resolver la crisis eléctrica por su cuenta.

El enorme sector eléctrico de la patria de Bolívar depende en gran medida de partes y servicios obtenidos a través de empresas internacionales, entre ellas General Electric (GE) y Siemens, las cuales fabrican la mayoría de los generadores eléctricos empleados en la industria petrolera de Venezuela y gran parte del equipo principal utilizado en las plantas hidroeléctricas del país.

Esta situación es parte del entramado de la derecha para asaltar el poder en Venezuela, sin importar vender al país y ser cómplice en la agresión en la cual hace del pueblo, sin importar filiación, la principal víctima.

Según Juan Martorano, abogado y activista por los Derechos Humanos, es un bien articulado plan “a fin de generar las condiciones proclives para incrementar el caos, la inestabilidad política y la ingobernabilidad”.

También, indicó, buscan escalar en las acciones militares (internas y externas, mercenarias, paramilitares o de grupos de fuerzas especiales de fuerzas militares regulares de países enemigos de Venezuela) que conlleven al derrocamiento del actual Jefe de Estado venezolano.

Retomando el arma de los apagones, un articulo de Max Blumenthal, un periodista galardonado y autor de varios libros, el Plan de Cambio de Régimen de Washington propone apagones en Venezuela como ‘evento decisivo'.

El opinador denuncia que la organización Centro de Acción y Estrategias No Violentas Aplicadas ( CANVAS, financiada por Estados Unidos, que entrenó a Juan Guaidó y sus aliados, elaboró un memorando en 2010 sobre la explotación de los apagones eléctricos e instó a la oposición a "aprovechar la situación... para responder a sus necesidades".

Un memorando de septiembre de 2010, del CANVAS, identifica el colapso potencial del sector eléctrico del país como "un evento decisivo" que "probablemente tendría el impacto de galvanizar el malestar público de tal manera que ningún grupo opositor podría esperar generar jamás".

Este grupo hospedó a Guaidó y a los dirigentes clave de su partido Voluntad Popular en una serie de sesiones de entrenamiento, transformándolos en una "Generación 2007" decidida a fomentar la resistencia contra el entonces presidente Hugo Chávez y sabotear sus planes para implementar el "socialismo del siglo XXI" en Venezuela.

El memorándum de 2010, identificó explícitamente la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar (El Guri) como un punto de fricción, enfatizando que "los niveles de agua en la represa de Guri están bajando, y Chávez no ha sido capaz de reducir el consumo lo suficiente para compensar el deterioro de la industria".

El escenario esbozado por CANVAS se está desarrollando casi exactamente como se imaginó, según analistas.

En ese escenario destacan pronunciamientos del senador estadounidense Marco Rubio quien prometió "un período de sufrimiento" para Venezuela horas antes del primer apagón.

Asimismo, en un tweet del 8 de marzo, el Secretario de Estado Mike Pompeo enmarcó el apagón como una etapa crucial en los planes de Estados Unidos para el cambio de régimen: No food. No medicine. Now, no power. Next, no Maduro. (Sin alimentos, sin medicinas. Ahora, sin luz. Después sin Maduro), remarcó el funcionario.

Las declaraciones de Rubio, por ejemplo, plantean que “Venezuela va a entrar en un período de sufrimiento que ninguna nación de nuestro hemisferio ha enfrentado en la historia moderna", lo cual reafirma la inmoralidad de los dirigentes estadounidenses al crear problemas o crisis que ahora Trump dice resolverá, cómo, es la gran interrogante pero, lo que está claro es que Washington persistirá en su empeño por adueñarse de Venezuela y de sus riquezas.

El pueblo es una víctima “colateral” contemplada en la aplicación de estas políticas. No está demás decir que CANVAS es un grupo financiado en gran medida a través de la National Endowment for Democracy, un apéndice de la CIA que funciona como el principal brazo del gobierno de Estados Unidos para promover el cambio de régimen.

Por: Luis Beatón

Fuente: Al Mayadeen en Español

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