Decenas de personas vuelven a manifestarse en Nigeria en contra de la detención del líder musulmán el sheij Ibrahim al-Zakzaky y exigen su inmediata liberación.

Durante la manifestación, celebrada en la ciudad capitalina de Abuya y otras partes del país africano, los nigerianos han reclamado la inmediata liberación de Al-Zakzaky, cuyo estado de salud corre peligro debido a las draconianas limitaciones a las que le somete el Gobierno.

Los manifestantes han apuntado el dedo acusador al presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, como responsable de la ilegal detención y del envenenamiento  del prominente clérigo, detenido desde hace más de tres años.

El jueves, el Tribunal Superior del estado de Kaduna aplazó la audiencia para atender la solicitud presentada por el líder musulmán y su esposa para recibir atención médica en el extranjero.

El líder del Movimiento Islámico de Nigeria (IMN, pot sus siglas en inglés) y su esposa, Mallima Zeenah, habían solicitado a la corte permiso para poder trasladarse hasta Nueva Delhi, La India, para internarse en el hospital Medanta a fin de que los galenos les provean los tratamientos que requieren.

Al-Zakzaky y su esposa fueron detenidos en diciembre de 2015, tras una violenta redada policial en su residencia, en la ciudad norteña de Zaria, en el estado de Kaduna. Durante el brutal arresto, apoyado por fuerzas saudíes, tres de sus hijos perdieron la vida, su esposa sufrió heridas graves y más de 300 de sus seguidores fueron asesinados.

El 6 de julio domingo, el hijo de Al-Zakzaky advirtió sobre el deterioro de la salud de su padre, explicando que los médicos han encontrado altos niveles de plomo y cadmio en su sangre, por lo que resulta necesario que el clérigo de 66 años sea atendido.

Durante los últimos días, miles de nigerianos se han movilizado para reclamar la liberación de Al-Zakzaky y condenar el silencio de la comunidad internacional ante las crímenes del régimen nigeriano contra el líder musulmán y sus partidarios.

Las marchas, no obstante, se tornaron violentas después de que los agentes antidisturbios dispararan munición real contra los manifestantes, dejando varios muertos y decenas de heridos entre ellos.  

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