Bachelet: Protestas revelan discriminación racial endémica en EEUU
La ONU asegura que las masivas protestas en EE.UU. tras el asesinato de George Floyd ponen de relieve “la discriminación racial endémica” en este país.
“En EE.UU., las protestas desatadas por la muerte de George Floyd están resaltando no solo la violencia policial contra las personas de color, sino también las desigualdades en salud, educación y empleo, así como una discriminación racial endémica”, ha indicado la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, en un comunicado publicado este martes.
Bachelet también se ha referido al “impacto devastador” que ha dejado el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, en las personas de raza negra, tanto en EE.UU. como en otros países, y ha insistido en un mejor acceso a las pruebas y a la atención médica para las minorías raciales y étnicas en el mundo.
“Este virus está exponiendo desigualdades endémicas que han sido ignoradas por mucho tiempo”, ha agregado la alta comisionada de la ONU para los DDHH, manifestando así la gran preocupación que la embarga por la disparidad racial que sufren los afroamericanos en lo que a la atención médica se refiere.
Anteriormente, Bachelet había instado a las autoridades norteamericanas a tomar medidas más serias a raíz de la trágica muerte de Floyd, que se suma a “una larga lista de asesinatos de negros desarmados por parte de agentes de policía”.
Floyd, un afroamericano de 42 años, murió el 25 de mayo a manos un policía blanco en la ciudad de Mineápolis, en el estado de Minesota (norte). La víctima colapsó después de estar al menos 10 minutos bocabajo, contra el suelo, mientras un agente policial lo inmovilizaba presionando con una de sus rodillas su cuello, de acuerdo con el audio de un vídeo de varios minutos filmado por un transeúnte.
Este terrible suceso ha generado amplias protestas a lo largo y ancho de EE.UU., e incluso allende sus fronteras, en contra del racismo, la xenofobia y los abusos policiales contra las minorías raciales. Mientras tanto, el mandatario norteamericano, Donald Trump, ha agudizado la situación al tachar de “matones” a los manifestantes y amenazar con ordenar que disparen a los indignados si no cesan las marchas.
La trágica muerte de Floyd ha desenterrado otros casos similares, como el de Eric Garner, que murió asfixiado en 2014 por el abrazo mortal de un policía en Nueva York tras gritar, hasta en 11 ocasiones: “No puedo respirar”, y que se volvió símbolo del movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan); o el caso de Michael Brown, de 18 años, que murió en Ferguson (Misuri) a manos de otro oficial blanco en 2014.
La comunidad afroamericana también ha sido víctima de una conducta discriminatoria de la Administración de Trump frente a la proliferación del patógeno entre la población negra en algunos estados estadounidenses,
incluidos Michigan, Illinois y Wisconsin, pues el porcentaje de afroamericanos que ha muerto en los hospitales a causa de la COVID-19 supera el del resto de la población.
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