Trump defiende el uso de fuerza contra manifestantes antirracismo
El presidente estadounidense ignora el racismo como origen de las manifestaciones y eleva las tensiones al pedir “mano dura” con los manifestantes.
A pesar de que varias personas han perdido la vida en las protestas desatadas por la violencia policial contra los afroestadounidenses, Donald Trump, sin recurrir a ningún tipo de tono conciliador, rehusó hablar el miércoles, en un evento para conmemorar el fin de la Segunda Guerra Mundial en Wilmington, Carolina del Norte, de racismo e injusticia social y se limitó a aseverar que aquellos que participan en las marchas “solo entienden la fuerza”.
Mientras tanto, el candidato por el Partido Demócrata a la Presidencia de EE.UU., Joe Biden, anunció que viajará este jueves a esta Kenosha (estado de Wisconsin) para reunirse con los familiares de la última víctima de la brutalidad policial, Jacob Blake, un afrodescendiente que ha quedado paralítico de cintura para abajo después de que un policía blanco le disparara siete veces por la espalda, hace una semana, pese a que iba desarmado.
El viaje de Biden se produce tras la visita el martes, a la misma ciudad, del magnate neoyorquino, que desoyó la petición que le formulara el gobernador de dicho estado, Tony Evers, en una carta que le remitió el domingo, en la que le rogaba que “reconsiderase” su viaje ante el temor de que ello caldeara más los ánimos.
Trump, nada más conocer las intenciones de su rival en las elecciones presidenciales de noviembre, escribió el mismo miércoles en su cuenta de Twitter que el que fuera vicepresidente del país norteamericano “no está del lado de las fuerzas del orden”, algo que, en su opinión, le resultó “espectacularmente evidente” durante su visita a Kenosha.
Asimismo, durante sus declaraciones en la mencionada cita, el mandatario estadounidense cargó contra los descontentos, a los que tildó de “saqueadores y alborotadores”, para luego afirmar que, “si hay muchedumbres violentas, solo me tienen que llamar y lo solucionamos en una hora”, en una clara alusión a comentarios anteriores, en los que manifestó que estaba dispuesto a azuzar “perros feroces” contra los indignados, e incluso dar la orden de disparar.
Desde el 25 de mayo, cuando el afrodescendiente George Floyd murió a manos de la Policía de Minesota, muchas ciudades del país norteamericano se han convertido en escenario de multitudinarias protestas en contra del racismo sistemático y la violencia policial.
La brutalidad de la Policía de EE.UU., que es la sexta causa de muerte entre los jóvenes afrodescendientes, ha sido ampliamente criticada por diversas organizaciones de derechos civiles, que afirman que expone las grietas que existen dentro de un sistema inherentemente racista y aseguran que el aumento de la violencia racial en el país norteamericano en los últimos años se debe a las políticas segregacionistas de Trump.
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