Enfoque intervencionista de Macron en El Líbano; doble discurso
ParsToday - Los últimos desarrollos políticos en El Líbano han estado marcados por el enfoque intervencionista del Occidente, especialmente de Francia y EE.UU., tras las explosiones en el puerto de Beirut en agosto pasado que derivaron en la dimisión del Gobierno anterior y el intento fallido de Mustafa Adib, designado como nuevo primer ministro, de formar el gabinete.
El presidente francés, Emmanuel Macron, adoptó el domingo por la noche un doble enfoque en una conferencia de prensa sobre El Líbano, afirmando en una parte de sus declaraciones que las sanciones de EE.UU. contra funcionarios libaneses han hecho tensa la situación del país.
Los comentarios de Macron se basan en el hecho de que en la actual coyuntura crítica, Washington busca obtener las máximas concesiones de El Líbano y explotar la grave situación actual en línea con los intereses del régimen israelí, así como la campaña electoral de Donald Trump. Para Washington, la única vía posible es ejercer la máxima presión, tomar como rehén la vida económica de los libaneses y colocar a todos los órganos gubernamentales al borde del colapso.
Pero, por otra parte, Macron ha adoptado un enfoque completamente intervencionista hacia Beirut. Tras señalar que la situación actual en ese país es inédita desde la guerra civil, Macron subrayó que una clase política corrupta domina el poder y que las autoridades libanesas no han cumplido con sus compromisos.
El mandatario galo dijo que durante su visita a El Líbano en agosto, los grupos políticos se comprometieron a formar un gabinete en 15 días.
Un punto importante en los comentarios del mandatario galo fue su crítica al estado actual del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) afirmando que “este grupo no puede ser simultáneamente un ejército que combate a Israel, un grupo armado que combate en Siria y un partido político en El Líbano”.
Macron aseguró que París no dejará a Beirut a su suerte y que la hoja de ruta trazada sigue estando vigente.
Así, las declaraciones de Macron sobre el país del cedro tienen dos aspectos diferentes. Por un lado, critica la actitud negativa de Washington con respecto a El Líbano que, como en otros casos, se basa únicamente en imponer sanciones para lograr objetivos políticos, considerando que tal percepción genera tensión. Y, por otro lado, el propio enfoque de Macron respecto a los acontecimientos en Beirut es una mirada de arriba a abajo y autoritaria.
La pregunta que surge es ¿quién ha permitido a Macron supervisar El Líbano desempeñando el papel de gobernante?
Aparentemente, él mira a El Líbano siguiendo el viejo enfoque colonialista hacia este país y, como un gobernante colonialista, cree que tiene derecho a ordenar a los libaneses lo que deben hacer o no a la hora de gestionar los desarrollos políticos en su país. Sobre todo, porque Macron ignora deliberadamente y, de hecho, quiere limitar cada vez más el papel crucial de Hezbolá, que ha impedido la implementación de los malévolos planes del régimen sionista contra El Líbano y, al mismo tiempo, como un movimiento político y social, juega un papel trascendental en el escenario político y social del país.
Refiriéndose a la entrada de dos corrientes estadounidense-saudí y francesa a El Líbano, el Dr. Bilal al-Laqis, profesor de ciencias políticas, dice: parece ser que las soluciones de Francia son diferentes de las de EE.UU., pero los objetivos de París no son distintos de los de Washington y, de hecho, Francia no puede mantenerse alejada de Estados Unidos. Desde luego, es obvio que la solución política prevista por Macron, es trabajar para alcanzar el objetivo principal de los occidentales, que es fortalecer la posición de los pro-occidentales en El Líbano y debilitar a los partidarios del Eje de Resistencia y de Hezbolá.
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