‘Occidente ansía un mundo unipolar que ni Rusia ni China aceptan’
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, afirma que los países occidentales intentan resucitar el modelo de un mundo unipolar, pero ni Rusia ni China se lo permitirán.
“Occidente está intentando resucitar el modelo unipolar del orden mundial, pero es poco probable que logre someter a polos como Rusia y China”, precisó el martes Lavrov en una reunión del Consejo de Rusia para Asuntos Internacionales.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso señala, asimismo, que la Unión Europea (UE) ha renunciado a ser uno de los polos de un sistema multipolar a juzgar por cómo interactúa en la órbita de Estados Unidos. “La política de Alemania nos confirma que es así como quiere actuar Berlín siempre y cuando mantenga su liderazgo de la UE”, añade.
Una clara muestra de la dependencia de Bruselas respecto a Washington—agrega Lavrov— es el hecho de que el bloque regional, por complacer a EE.UU., ha aceptado imponer un nuevo régimen de sanciones contra Rusia sin dirigirse a los organismos respectivos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El lunes, los ministros de Asuntos Exteriores de la UE aprobaron un nuevo régimen de sanciones en una reunión celebrada en Bruselas, capital belga, y la norma entra en vigor este mismo martes.
El jefe de la Diplomacia rusa advierte que los europeos a instancia de EE.UU. tratan de desacreditar a las Naciones Unidas en la medida de lo posible tras aprobar “el mecanismo genérico para la imposición de sanciones por violación de los derechos humanos” sobre Rusia.
“Occidente promueve el concepto de ‘orden mundial basado en reglas’, reglas que se inventan sobre la marcha en distintas reuniones a puerta cerrada, sin acudir a los organismos correspondientes de la ONU”, denuncia. Y ha repetido que estos organismos pasan por tiempos difíciles, ya que los países occidentales tratan de deslegitimar sus funciones, y si no, en última instancia “subordinarlos a su voluntad”.
Rusia y los países occidentales no han conseguido suavizar las tensiones en sus relaciones desde la incorporación de Crimea a la Federación de Rusia en 2014 vía referéndum. Desde entonces, Washington y sus socios europeos han impuesto medidas punitivas contra Moscú bajo cualquier pretexto posible.
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