Crisis de seguridad en Estados Unidos
(last modified Tue, 12 Jan 2021 13:25:09 GMT )
Ene 12, 2021 13:25 UTC
  • Crisis de seguridad en Estados Unidos

ParsToday - El asalto de los partidarios violentos de Donald Trump a la sede del Congreso de EE.UU. el pasado 6 de enero, y la amenaza de continuar tales acciones, sumada a la renuncia de las autoridades de seguridad, han dado lugar a la gestación de una crisis de seguridad en el umbral de la toma de posesión del presidente electo Joe Biden.

En el último acontecimiento en este sentido, Chad Wolf, secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional, anunció que dejará su puesto a ocho días de la inauguración de la nueva Administración norteamericana, mencionando los recientes incidentes, incluido el asalto al Capitolio, como la razón de su dimisión.

 

Previamente, Wolfe pidió a Trump que condenase la violencia excesiva durante dicho ataque para que él permaneciera en su cargo.

 

Ello, unido a la renuncia de otros altos cargos de la Administración Trump, supone un duro golpe a la reputación del mandatario en sus últimos días en la Casa Blanca.

 

Entretanto, la renuncia de Wolf apunta a un claro vacío en lo que se refiere al mantenimiento de la seguridad en el país norteño en estos momentos delicados y críticos. Sobre todo, porque el desarrollo de los acontecimientos augura una gran tormenta en los próximos días.

 

Según la cadena Fox News, “el Departamento de Seguridad Nacional es el organismo principal para garantizar la seguridad de la toma de posesión de Biden, por lo que esta dimisión podría afectar los planes de seguridad para el 20 de enero”.

 

La perspectiva de la situación de seguridad de EE.UU. parece sombría en los próximos días, dadas las repetidas amenazas de las milicias pro-Trump de provocar agitaciones y disturbios callejeros.

 

El Buró Federal de Investigaciones​ (FBI) de EE.UU. ha recibido información sobre un grupo armado que planea viajar a Washington el 16 de enero, advirtiendo este grupo que habrá amplios altercados si el Congreso intenta destituir a Trump invocando la 25 enmienda de la Constitución.

 

En el informe del FBI, se lee que manifestaciones armadas están programadas frent

e a los parlamentos de todos los 50 estados del país, del 16 al 20 de enero, y en la capital estadounidense, del 17 al 20 de enero.

En la coyuntura actual, Estados Unidos está atravesando una inédita crisis política, a la que hay que agregar también la crisis de seguridad. De hecho, la crisis actual está cobrando día a día aspectos más amplios en el escenario nacional e internacional.

 

Como presidente aún en el poder, Trump sigue tocando el tambor de fraude electoral y, si bien en una marcha atrás táctica y tras el asalto al Capitolio anunció que entregaría el poder a Biden, ha vuelto a su posición anterior de permanecer en el poder y de no dimitir, mientras han aumentado las solicitudes para su renuncia.

 

Entretanto, en la dividida sociedad norteamericana, los partidarios violentos de Trump continúan insistiendo en apoyarlo, incluso a costa de disturbios armados en todos los 50 estados del país.

 

La experiencia del incidente del Capitolio puso de manifiesto que la Policía no es capaz de enfrentarse con estos individuos y grupos paramilitares armados, por lo que el gobierno federal está obligado a desplegar ampliamente a la Guardia Nacional, que ya ha anunciado que desplegará 15 mil efectivos para garantizar la seguridad de la investidura de Biden.

 

Aun así, existe el riesgo de que el evento se vea afectado por la presencia de miles de seguidores de Trump en Washington, D.C. En este caso, la democracia de la que los estadounidenses siempre se han orgullecido, se expondrá a un nuevo escándalo.

 

Dicho de otra forma, Trump y millones de seguidores de él no quieren aceptar la opinión de la mayoría del pueblo que votó por Biden con 85 millones de votos, e incluso están dispuestos a llevar a la sociedad estadounidense a la agitación.

 

Según Steve Schmidt, ex estratega republicano, los trumpistas, y el trumpismo en general, son un movimiento despótico con tintes fascistas.

 

Para Estados Unidos, que tiene el más elevado gasto militar en el mundo, sería extremadamente humillante no poder controlar la situación y mantener su seguridad interna.

 

C/FE/RH