El Reino Unido al borde de la crisis; ¿Impuestos más altos o colapso de los servicios públicos?
Pars Today - Las últimas estadísticas oficiales indican que el déficit presupuestario del Gobierno británico alcanzó una preocupante cifra de 151,9 mil millones de libras esterlinas al final del último año financiero; una cifra que no sólo es una de las más altas de la historia, sino que además ha puesto nueva presión sobre el Gobierno de Keir Starmer para aumentar los impuestos y controlar el gasto.
Según Pars Today, citando a la agencia de noticias IRNA, la Oficina de Estadísticas Nacionales del Reino Unido anunció que la brecha entre los ingresos y gastos del gobierno en los 12 meses hasta marzo de 2025 aumentó en más de £20 mil millones en comparación con el mismo período del año pasado, y fue un 10 % más alta que lo que la Oficina de Presupuesto e Inclusión (OBR) pronosticó el mes pasado. Los expertos advierten que, si esta tendencia continúa, el Gobierno se verá obligado a aumentar las tasas impositivas o recortar los servicios públicos; Ambas opciones podrían suponer un alto coste político para el gabinete de Starmer. Mientras tanto, el índice compuesto de gerentes de compras (PMI), que se considera uno de los indicadores más importantes de la salud económica en el sector privado, también muestra una tendencia preocupante.
Según S&P Global, el índice compuesto de actividad manufacturera y de servicios del Reino Unido cayó a 48,2 en abril de 2025. Esta cifra no solo está por debajo del umbral de crecimiento (50), sino que también es la más baja de los últimos 29 meses, lo que indica una disminución de la actividad económica y una disminución de la confianza corporativa en el futuro económico del Reino Unido.
Gobierno de Starmer busca recursos financieros; ¿más deuda, bonos e impuestos?
Las estadísticas muestran que el presupuesto actual del Gobierno británico también se ha registrado como aproximadamente 14 mil millones de libras más alto que las previsiones, alcanzando los 74,6 mil millones de libras. De hecho, el aumento de los pagos de asistencia social, de los costos de los servicios públicos y de los intereses de la deuda han ejercido una presión adicional sobre el Tesoro. La Oficina de Planificación y Presupuesto del Reino Unido ha anunciado que aumentará el volumen de emisión de bonos en 5000 millones de libras el próximo año para cubrir los costes. La decisión se produce cuando los rendimientos de los bonos gubernamentales a 30 años alcanzaron su nivel más alto desde 1998, lo que genera preocupaciones sobre la sostenibilidad de la financiación gubernamental.
Mientras tanto, los datos publicados por S&P Global muestran que las ventas de exportaciones manufactureras del Reino Unido han caído al ritmo más rápido desde la crisis financiera de 2009 (excluyendo la pandemia de COVID-19). Esta disminución se debe principalmente a una caída de la demanda en los mercados mundiales y a la escalada de las tensiones comerciales, especialmente a la luz de los nuevos aranceles estadounidenses a los productos británicos.
En su último informe, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también ha reducido la previsión de crecimiento económico del Reino Unido para 2025 del 1,6 al 1,1 por ciento, identificando al país como uno de los factores que contribuyen al aumento de la deuda global. En general, el gobierno del Reino Unido se enfrenta a una prueba difícil a la luz del repentino aumento del déficit presupuestario y la fuerte caída de la actividad del sector privado. Aunque la ministra de Finanzas británica, Rachel Reeves, ha intentado allanar el camino para la reducción de la deuda con reformas como el aumento de las contribuciones de los empleadores al Seguro Nacional y la revisión del gasto público, los expertos advierten que el espacio de maniobra fiscal del Gobierno es muy limitado.
Por otra parte, las presiones para aumentar los impuestos o recortar los servicios públicos en un momento en que la inflación es alta y la recesión económica se está profundizando pueden afectar significativamente la popularidad del Gobierno. Los analistas creen que, si el Gobierno no logra contener el déficit y restablecer el crecimiento económico, puede enfrentar una crisis de legitimidad y un desafío político más amplio.