Las promesas de paz de Trump y la sangrienta realidad de Yemen; Matanza de civiles a la sombra del silencio global
Pars Today - En una clara contradicción con las promesas de paz de Donald Trump, las bajas civiles han aumentado significativamente a medida que continúan los ataques aéreos estadounidenses en Yemen.
Los informes muestran que en menos de tres meses después de la toma de posesión del presidente estadounidense Donald Trump, el número de víctimas civiles ha crecido drásticamente, mientras que la nueva estrategia militar de Washington ha ignorado las restricciones anteriores sobre la protección de los civiles.
Según informes independientes, sólo los ataques estadounidenses en Yemen, en una operación reciente llamada "Jinete Violento", han matado al menos a 158 civiles y herido a cientos más.
Esta estadística representa un aumento preocupante en comparación con la presidencia de Joe Biden (85 muertes en un año). Uno de los ataques más sangrientos fue el bombardeo de un centro de detención de inmigrantes en Saada, que dejó 68 muertos.
Según Pars Today, citando a la Agencia de Noticias de Estudiantes Iraníes (ISNA), Trump en su campaña electoral afirmó que era el "candidato de la paz", pero sus operaciones militares en Yemen no sólo no han conducido a una reducción del conflicto, sino que, han profundizado la crisis humanitaria al intensificar los bombardeos.
Mientras Yemen después de 11 años de guerra sufre la hambruna y la devastación, los recientes ataques estadounidenses a instalaciones vitales como el puerto de Ras Issa (con 80 muertos) ha hecho la situación más crítica. Hay indicios de que el Pentágono, bajo el liderazgo de Trump, ha debilitado las políticas anteriores para reducir las bajas civiles.
El cierre de la Oficina de Política de Reducción de Daños Civiles por parte del Secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegsett, es prueba de esta afirmación. Este enfoque es similar a las acciones del régimen israelí en la Franja de Gaza y ha suscitado preocupaciones sobre una violación del derecho internacional. Esta política también ha socavado las alianzas tradicionales de Estados Unidos con aliados como Gran Bretaña.
Londres no ha participado en las últimas operaciones e incluso ha detenido el reabastecimiento en vuelo de aviones de combate estadounidenses. Esto refleja el desacuerdo entre los aliados occidentales sobre la escalada de violencia. Aunque el Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM) afirma que los ataques estadounidenses han reducido las operaciones de Ansarolá en un 69 por ciento, los datos comerciales muestran que la seguridad en el Mar Rojo aún no ha vuelto a la normalidad.
Los expertos creen que la solución duradera no está en la escalada de la guerra, sino en la diplomacia y un alto el fuego general. En general, las políticas militares de Trump en Yemen no sólo han violado sus promesas de paz, sino que también, han intensificado la crisis humanitaria.
El aumento de las bajas civiles, la disminución de los compromisos humanitarios y la respuesta negativa de la comunidad internacional ponen de relieve los desafíos que enfrenta esta estrategia. Parece que la única salida es volver a las negociaciones y poner fin a la violencia infructuosa.