¿Han llevado las acciones de Grossi a la OIEA a una crisis de legitimidad?
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Pars Today – Ante los informes tendenciosos y el silencio del OIEA respecto a los ataques contra las instalaciones nucleares, Irán respondió con una contundente medida disuasoria, desbaratando el juego mediático occidental y poniendo en entredicho el camino tomado por Grossi.
(last modified 2025-07-10T16:45:25+00:00 )
Jul 10, 2025 16:37 UTC
  • Rafael Grossi, Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)
    Rafael Grossi, Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)

Pars Today – Ante los informes tendenciosos y el silencio del OIEA respecto a los ataques contra las instalaciones nucleares, Irán respondió con una contundente medida disuasoria, desbaratando el juego mediático occidental y poniendo en entredicho el camino tomado por Grossi.

Mientras que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) tiene oficialmente un deber técnico, imparcial y de supervisión sobre los programas nucleares pacíficos, los recientes acontecimientos han demostrado una vez más que, bajo la dirección de Rafael Grossi, este organismo se ha convertido en una herramienta política para aumentar la presión sobre Irán, en lugar de promover la transparencia científica. 

Según informa ParsToday, citando a la agencia de noticias Mehr, las acciónes como el comportamiento ambiguo y informes contradictorios, dependencia selectiva de fuentes no confiables y preparación del terreno mediático para las medidas hostiles de EE.UU. y el régimen sionista han cuestionado gravemente la gestión de Grossi. 

Irán no ha sido un mero espectador en esta situación, y ha respondido de manera adecuada e inteligente a esta jugada política mediante herramientas legales, diplomáticas y técnicas. 

Las respuestas de Irán: legítimas, precisas y disuasivas

A raíz de los informes provocadores y del posterior y cuestionado silencio de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) frente a los ataques militares directos contra las instalaciones nucleares pacíficas de Irán en Natanz, Fordo e Isfahán, el Parlamento del Consejo Islámico de Irán, aprobó una ley estratégica y basada en los principios del derecho internacional, mediante la cual suspendió oficialmente el nivel de cooperación voluntaria de Irán con la Agencia.

Esta decisión se tomó con base en cláusulas explícitas del artículo 36 del Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC) y el artículo 19 del TNP y desde los puntos de vista técnico y legal, es totalmente legítima y defendible; ya que cada miembro tiene derecho a dejar de cumplir voluntariamente con algunos de sus compromisos en caso de que el otro lado viole sus obligaciones. A raíz de esto, se analizó el papel del director general de la Agencia, Rafael Grossi, y sus posturas sesgadas contra Irán, lo que dio lugar a rumores sobre la posible prohibición de el ingreso de Grossi al territorio iraní.

Su desempeño no solo carecía de imparcialidad, sino que en algunos casos incluso filtraba el contenido de los informes a medios occidentales e israelíes antes de su publicación oficial; esto indicó que Grossi, se había definido efectivamente como una figura mediática en el escenario de presión internacional contra Irán, más que un funcionario técnico imparcial.

Prohibir la entrada de una persona que ha jugado un papel directo en intensificar el entorno hostil contra un país miembro, es una medida que tiene precedentes en el derecho diplomático internacional, y que Irán ha utilizado correctamente como herramienta disuasiva. 

Finalmente, Irán, considerando el contexto de seguridad, las evidencias de filtración de información y las acciones tensivas de la Agencia, limitó o suspendió el acceso de algunos inspectores específicos. Esta decisión también es defendible dentro del marco de las disposiciones del Estatuto de la Agencia y del Artículo 9 de su Reglamento Fundamental, especialmente en lo referente a la verificación de la identidad de los inspectores. 

¿Cómo perdió la Agencia su credibilidad en Irán? 

1. Publicación de informes políticos en lugar de evaluaciones técnicas.

Uno de los indicios más evidentes de la desviación técnica del OIEA ha sido la emisión recurrente de informes que no se basaban en criterios científicos ni en salvaguardias y se alimentaban claramente de fuentes externas no verificables y parciales, particularmente del régimen sionista. 

Un ejemplo claro son los informes que mencionaban "partículas de uranio" en lugares como Mariwan o Turquzabad, los cuales se basaron exclusivamente en acusaciones hechas inicialmente por el primer ministro del régimen sionista en un espectáculo mediático y fueron incorporadas sin verificación técnica a los informes del OIEA. 

2. Preparación del terreno para un ataque militar

La forma en que se elaboraron los informes de la Agencia y el tono de las declaraciones de Grossi en las semanas previas al ataque militar de Estados Unidos y el régimen sionista contra los sitios nucleares de Irán, dejaron en claro que esta institución no solo actuó como un observador técnico, sino también, como un facilitador o introductor de las operaciones militares. 

3. Conductas dobles e ignorar las agresiones contra Irán

Otra manifestación evidente de la politización de la Agencia ha sido su absoluto silencio frente a la agresión militar clara contra las instalaciones nucleares pacíficas de Irán. Tras los ataques con drones y misiles contra las instalaciones de Natanz, Fordo e Isfahán, se esperaba que el Organismo, como autoridad imparcial, condenara enérgicamente estas acciones, que violan el principio fundamental de la Carta del Organismo de que la seguridad nuclear de los Estados miembros no debe verse amenazada. 

Sin embargo, Grossi no solo no emitió ninguna declaración condenando estas agresiones, sino que en algunas de sus declaraciones utilizó expresiones como «peligrosidad del programa iraní» o «necesidad de cooperación urgente», implícitamente otorgando una apariencia de legitimidad al comportamiento agresivo de los actores occidentales. 

Esto ocurre a pesar de que, según el párrafo 4 del Artículo 2 del Estatuto de la Agencia, esta institución está obligada a tomar una postura firme frente a cualquier amenaza potencial o real contra las instalaciones pacíficas de sus Estados miembros. 

¿Está llegando el juego a su fin? 

A medida que se cumplen cinco años y siete meses desde que Rafael Grossi asumió la dirección de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), esta institución enfrenta como nunca antes una crisis de credibilidad, legitimidad y neutralidad. Aquella organización que debía funcionar como un ente científico y técnico encargado de supervisar los programas nucleares pacíficos de los países, ahora es considerada por una parte significativa del mundo especialmente por los países miembros del Movimiento de Países No Alineados como un instrumento político al servicio de Occidente y del régimen sionista. 

Informes sin fundamento, divulgación de información confidencial, parcialidad abierta contra los ataques militares y declaraciones amenazantes, son una serie de conductas que han socavado gravemente la imagen profesional de esta institución. 

Además, la erosión de su coherencia jurídica, la debilidad ante agresiones flagrantes contra instalaciones pacíficas y la incapacidad para mantener su independencia técnica han degradado al OIEA de Autoridad global neutral a Instrumento de la "red de presión política" contra países independientes 

Parece que el juego de Grossi con la carta de Irán está llegando a su fin. La pérdida de confianza, la pasividad frente a las agresiones y la transformación de la Agencia en una plataforma coordinadora de la presión occidental, han hecho que esta institución ya no sea reconocida no solo en Teherán, sino en gran parte del mundo, como una organización independiente y capacitada para ejercer un arbitraje técnico. 

Si continúa por este camino, los países sometidos a presión no solo reducirán el nivel de sus cooperaciones, sino que efectivamente sacarán a la Agencia de su rol de supervisor global y la convertirán en un actor político ineficaz. 

Por lo tanto, con sus recientes acciones, Irán no sólo ha defendido sus intereses nacionales, sino que también, ha advertido a la estructura que gobierna el orden internacional, sobre la importancia y las consecuencias de perder la confianza.