¿Cómo está Estados Unidos desfuncionalizando las instituciones globales?
Pars Today – En los últimos años, las acciones de Estados Unidos hacia las organizaciones internacionales e instituciones globales han llevado a una pérdida de funcionalidad y eficacia de estos organismos.
Tras la Primera Guerra Mundial, la institucionalización del sistema global llamó la atención y se incorporó a la agenda internacional.
El objetivo principal era fomentar la cooperación a través de instituciones globales para prevenir futuras guerras. Sin embargo, el estallido de la Segunda Guerra Mundial marcó el fracaso de la Sociedad de Naciones.
Pese a ello, las potencias mundiales volvieron a intentarlo con la creación de la ONU y diversas instituciones económicas globales, buscando aprovechar el potencial de estos organismos para promover la paz, la seguridad y evitar nuevos conflictos bélicos.
Los acontecimientos del siglo XXI, especialmente a partir de 2011, demuestran que las instituciones globales particularmente organismos como la ONU y el OIEA han perdido su función y se han convertido en instrumentos al servicio de los intereses de las grandes potencias y del régimen sionista.
La primera razón en este sentido es el uso instrumental del veto por parte de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, especialmente Estados Unidos.
Esto ha sido particularmente evidente en los últimos 22 meses, durante los cuales el régimen sionista ha cometido y continúa cometiendo un genocidio en Gaza.
Pese a ello, EE.UU. y sus aliados occidentales han vetado sistemáticamente cualquier resolución que condene los crímenes del régimen sionista o exija un alto al fuego en Gaza.
La impunidad del régimen sionista es la causa principal de la continuidad del genocidio en Gaza, mientras que António Guterres, Secretario General de la ONU, y diversos mecanismos de derechos humanos de la organización, han advertido en repetidas ocasiones sobre los crímenes de Tel Aviv y la catástrofe humanitaria en la franja de Gaza.
El segundo factor en la pérdida de funcionalidad de las instituciones globales es el enfoque político y selectivo que Estados Unidos y los países europeos aplican a estos organismos.
Un ejemplo reciente es el ataque conjunto de EE.UU., y el régimen sionista contra instalaciones nucleares de Irán, así como agresiones a centros militares, científicos, residenciales y el asesinato de comandantes, científicos y civiles iraníes.
Aunque el Consejo de Seguridad de la ONU celebró una sesión sobre estos hechos, no emitió ninguna resolución condenando las acciones ilegales de Washington y Tel Aviv.
Este doble rasero no solo ha debilitado la credibilidad de las Naciones Unidas, sino que también, ha contribuido a la pérdida de funcionalidad de esta crucial institución global.
Otro factor sobre la pérdida de funcionalidad de las instituciones globales es la alineación de estas instituciones y sus funcionarios con los intereses y prioridades de las grandes potencias, especialmente Estados Unidos.
Un ejemplo claro y reciente es el desempeño del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y su director general, Rafael Grossi, en el caso del programa nuclear iraní.
Según múltiples informes y declaraciones de autoridades de la República Islámica de Irán, Grossi habría proporcionado información sobre los científicos nucleares iraníes a los sionistas, facilitando así su asesinato.
Al mismo tiempo, Grossi -bajo la influencia de los sionistas, Estados Unidos y países europeos ha preparado el terreno para ataques contra las instalaciones nucleares iraníes mediante informes falsos sobre el programa nuclear de Irán.
Este comportamiento ha llevado a una pérdida de credibilidad y funcionalidad del OIEA como institución internacional.
Atendiendo a las razones mencionadas, Abas Ali Koddahdadi, director del Instituto de Investigación del Consejo de Guardianes, destacó que el institucionalismo en la esfera internacional se basaba en principios y normas reconocidas, tales como, la igualdad entre los Estados, su independencia y soberanía, el no recurso a la fuerza y la no intervención en los asuntos internos de los países, entre otros. Sin embargo, la imposición de los valores e intereses occidentales, especialmente los de Estados Unidos, hizo que en lugar de mantenerse el principio de no recurrir a la fuerza y no intervenir preceptos que constituían un conjunto de normas y principios preestablecidos, se persiguieran ciertos objetivos sociales como el poder y la riqueza. Por tanto, estas instituciones se desviaron de su función principal original.