Las ilusiones del secretario de Seguridad Nacional de EEUU en tiempos de George W. Bush sobre un cambio de régimen en Irán
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Tom Ridge, el primer secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos
Pars Today – Tom Ridge, el primer secretario de Seguridad Nacional de EE.UU. (2001-2003) y político conservador estadounidense, ha publicado un artículo en el que da sus "recomendaciones" para un cambio de régimen en Irán.
Tom Ridge, el primer secretario de Seguridad Nacional de EE.UU. (2001-2003) y político conservador, publicó un artículo titulado "El pueblo de Irán sigue siendo la mejor esperanza para un cambio de régimen" en la revista estadounidense Newsweek (21 de julio de 2025). En su análisis, Ridge describe la situación actual de Irán desde su perspectiva y ofrece recomendaciones para lo que él considera un "cambio de sistema" en el país.
El exministro de Seguridad Nacional de EE.UU. en la época de George W. Bush afirma que "46 años después de la Revolución Iraní de 1979, la verdadera debilidad del sistema iraní no son las presiones externas ni las guerras, sino el creciente poder de su pueblo y su resistencia organizada. Los gobernantes no electos y no responsables se enfrentan a ciudadanos cada vez más audaces y rebeldes. Frente a cada nueva ola de protestas, huelgas o actos de desobediencia civil, el régimen responde no con reformas, sino con represión".
Tom Ridge asegura que los camioneros, maestros, jubilados, agricultores y estudiantes han salido a las calles. El sistema responde no con diálogo, sino con balas, horca y censura.
Fundamentalmente, Tel Aviv y Washington, en el marco de un plan detallado y complejo, presumían que con un ataque extranjero directo (con el objetivo de eliminar a los líderes políticos y militares y desmoronar las bases del sistema), el pueblo iraní —que según ellos "está descontento"— aprovecharía la oportunidad y, con una insurrección generalizada, derrocaría al sistema de la República Islámica.
Contrario a esta percepción errónea, el pueblo iraní demostró una cohesión inquebrantable. Frente a la agresión externa, los iraníes de todos los estratos sociales, grupos políticos e incluso opositores (dentro y fuera del país) mostraron una unidad sin precedentes rechazando al régimen sionista y a EE.UU., apoyando a la República Islámica como sistema soberano.
Incluso los mismos camioneros, al tiempo que condenaban los ataques israelíes y estadounidenses, enfatizaron su apoyo a la República Islámica de Irán y anunciaron su disposición a ayudar.
Esto demuestra que el pueblo iraní, aunque atraviesa algunos problemas económicos y sociales, no ve la solución en la intervención extranjera y pone énfasis en mantener la independencia y la libertad de Irán. Los iraníes buscan soluciones a sus problemas no en el exterior, sino a través del diálogo interno.
Otra afirmación de Tom Ridge es que "EE.UU. y Occidente no deben lanzar un 'salvavidas' al sistema iraní en su punto más débil, sino apoyar al pueblo y su resistencia organizada. Deben reconocer el derecho iraní a la autodeterminación —independientemente de cualquier dictadura real o religiosa— y afirmar explícitamente el derecho a enfrentarse al Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica y a los medios de represión.
El exfuncionario estadounidense califica este cambio de "moralmente necesario y estratégico para la estabilidad regional" y, en apoyo explícito a Maryam Rajavi (líder del grupo antirrevolucionario MKO), afirma: "La solución para Irán no está en el apaciguamiento ni en la guerra, sino en un cambio de régimen por parte del pueblo y su resistencia organizada".
Contrariamente a la afirmación de Ridge de que Occidente está "lanzando una cuerda para salvar al régimen", las posiciones y acciones de Occidente -especialmente de Estados Unidos durante las últimas décadas- muestran que nunca han dejado de ser hostiles a la República Islámica. Los ejemplos incluyen:
El amplio apoyo militar (incluyendo armas químicas) al régimen baasista de Irak durante la guerra de 8 años impuesta contra Irán.
El apoyo abierto y encubierto a los grupos terroristas de los múnafiqún del MKO (con un historial de haber asesinado a miles de iraníes) y dar asilo de sus remanentes en Albania bajo la presión de Estados Unidos.
La presión máxima de Occidente bajo el pretexto del programa nuclear pacífico de Irán, particularmente, la campaña de sanciones de Trump durante sus primeros y segundos períodos presidenciales.
El ataque de 12 días del régimen sionista con la cooperación de Estados Unidos y el apoyo indirecto de Europa para derrocar el sistema.
La confesión del primer ministro alemán (Friedrich Merz) quien calificó el ataque de Israel contra Irán como "un trabajo sucio" que se realizó "en nombre de Occidente".
Conclusión:
Las recomendaciones del secretario de Seguridad Interna de Estados Unidos durante la presidencia de George W. Bush sobre la llamada "liberación de Irán" se expresaron en un momento en que George Bush, al desatar dos grandes guerras en Afganistán en 2001 (bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo) y en Irak en 2003 (bajo el pretexto de liberar al pueblo iraquí), y al cometer numerosos crímenes de guerra por parte de las fuerzas estadounidenses, provocó la muerte de cientos de miles de personas en esos dos países y causó enormes daños a la infraestructura y las instalaciones de Afganistán e Irak, cuya reconstrucción llevará mucho tiempo.
Sin embargo, frente a los continuos esfuerzos y conspiraciones de Occidente, encabezados por Estados Unidos, para derrumbar o derrocar el régimen de la República Islámica de Irán –desde apoyar al régimen sionista y construir coaliciones regionales hasta severas sanciones económicas y guerra psicológica para separar al pueblo del régimen–, la República Islámica de Irán permanece firmemente de pie con el amplio apoyo popular y la poderosa resistencia frente a las hostilidades de Occidente.