Ene 19, 2019 05:20 UTC
  • Torra desafía al Gobierno pidiendo a EE.UU. que ayude a impedir los juicios del 1-O

El presidente catalán se reúne con influyentes congresistas para pedirles que medien en la crisis por el independentismo

Las ofertas de diálogo al independentismo de Pedro Sánchez, con las generosas concesiones en los Presupuestos de por medio, han sido recibidas por Quim Torra con un nuevo órdago: una visita a EE.UU. donde se ha reunido con influyentes congresistas para pedirles que medien en el «conflicto» provocado por un Gobierno español autoritario que «ha quebrantado los derechos civiles en Cataluña».

Torra se reunió en el Capitolio con al menos cinco diputados demócratas y republicanos ante los que se presentó como presidente de una nación oprimida cuyos líderes se enfrentan a juicios de corte político por organizar un referéndum. «Tenemos gente en el exilio, hay cientos de catalanes represaliados y España no respeta nuestro derecho a la autodeterminación», dijo Torra tras las reuniones.

La visita del presidente autonómico fue organizada por la ‹embajada› catalana en EE.UU., reabierta hace dos meses y que tiene un coste estimado de un millón de euros al año. Tras dar una charla en la universidad de Stanford, Torra visitó empresas tecnológicas en Silicon Valley y se desplazó a Washington para verse con legisladores como el histórico demócrata John Lewis, que luchó por los derechos humanos con Martin Luther King, o el republicano de ascendencia cubana Mario Díaz-Balart.

Cuando en 2017 el Gobierno de Mariano Rajoy aplicó el artículo 155 de la Constitución y suspendió la autonomía catalana por la celebración de un referéndum declarado ilegal por el Tribunal Constitucional, una de sus primeras medidas fue desmontar la paradiplomacia catalana, responsable entre otras cosas de blanquear el separatismo con una constante labor de ‹lobby›. Hoy esa paradiplomacia vuelve a funcionar a pleno rendimiento.

Tras las provocaciones de Torra en EE.UU., el ministro de Exteriores, Josep Borrell, calificó el jueves la visita de «infructuosa para sus ambiciones». «El limitado eco que ha tenido y la poca receptividad de las autoridades estadounidenses solo reflejan una cosa: que las mentiras suelen tener corto recorrido», dijo.

Es cierto que ningún medio norteamericano prestó atención a la visita de Torra y que este no fue recibido ni por el Gobierno de Donald Trump ni por ningún senador. Pero los políticos con los que se encontró Torra son influyentes en sus partidos, y sin duda tanto la ‹embajada› catalana como la organización sin ánimo de lucro Catalan American Council, que lideran antiguos funcionarios despedidos por el 155, seguirán haciendo presión en Washington.

A Torra le acompañó en el viaje el asesor Josep Lluis Alay, cuya causa reabrió precisamente el jueves la justicia. La Audiencia Nacional le imputa a él, al empresario Josep Maria Matamala y a dos policías autonómicos un delito de encubrimiento de la rebelión por viajar con Carles Puigdemont cuando fue detenido en Alemania y era ya prófugo de la justicia.

Con Torra viajó una comitiva de una decena de personas, entre altos cargos y asesores, y un nutrido grupo de periodistas de medios públicos catalanes. El coste de las corresponsalías de TV3 y Cataluña Ràdio en EE.UU. es de medio millón de euros al año.

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