Oct 27, 2020 11:20 UTC

Parstoday- Entrevistador (E): Hola qué tal queridos oyentes bienvenidos a un nuevo programa de Entrevistas, que trasmitimos los domingos y miércoles. Este programa se ocupa de política internacional sobre temas que muchas veces ciertos medios masivos no tocan. Ahora vamos a consultar al analista peruano Luis Maraví (LM) quien abordará una arista de las elecciones en Bolivia, en las que el partido Movimiento al Socialismo (MAS) del expresidente Evo Morales ha ganado con Luis Arce

En contexto, tras el triunfo del candidato presidencial Arce el 18 de octubre, muchos políticos afirmaron que esa victoria revelaba que nunca hubo fraude en las elecciones de octubre del año pasado que las ganó Evo Morales, pero, un informe impreciso de la Organización de los Estados Americanos (OEA) animó a los opositores a perpetrar un golpe de Estado, obligando a Morales a renunciar, pues la violencia había acabado con varias vidas en el país andino.

LM: Bueno, pues, por boca de su secretario general (de la OEA), Luis Almagro, se había pedido, una y otra vez, que el presidente Evo Morales deje su postulación al proceso, cometiendo así la intromisión en un proceso electoral y de una decisión solamente boliviana, pero, luego del fraude entre comillas, luego del proceso golpista que se vivió en Bolivia, la situación de la OEA fue claramente de regocijo, pues según Almagro, se había cometido precisamente el fraude en las elecciones de octubre (del año pasado), un fraude que hasta el día de hoy no se ha podido probar y que, más bien, según fuentes muy bien autorizadas e independientes nunca existió, pero parece que, para Almagro y la OEA, el fraude había existido y cuando el presidente Evo Morales renunció, la OEA, por boca de Almagro, una vez más, celebró esa renuncia y celebró también el rol que las fuerzas armadas habían tenido, un rol en el cual habían sugerido entre comillas —es risible el verbo pero así fue— al presidente Morales la salida del poder. Entonces, todos estos hechos han permitido mostrar un rol de la OEA muy amable, por decirlo en palabras bastantes suaves, con Estados Unidos; lo real es que ha habido una coincidencia muy grande de intereses, que en muchos casos es altamente sospechosa, también si queremos de verla desde ese punto de vista bastante amable, en buena onda, porque en la práctica lo que ha ocurrido, desde la misma creación de la OEA, es una clara instrumentalización de dicho organismo al servicio de EEUU.

E: Ahora, el triunfo de Luis Arce ¿podría marcar un antes y un después de la OEA, incluido su fin, ya una organización con mucho descrédito ¿qué opina al respecto?   

LM: Hay que indicar que, después del proceso golpista, originado luego del 20 de octubre de 2019, la OEA y su celebración del supuesto fraude carga con crímenes, dado que el proceso golpista estuvo acompañado de masacres, de muertos y heridos en diferentes lugares de Bolivia. En realidad, el triunfo de Arce no hace más que reafirmar la bancarrota histórica en la que se encuentra la OEA; ya ha habido muchos procesos en la larga historia de la OEA, muchos acontecimientos que han probado el rol sumiso que este organismo tiene frente a EEUU y el rol de meterse en las decisiones soberanas de muchos países. El presidente Luis Arce ha pedido la renuncia de Almagro, pero aún si se da, sería sustituido por otra persona afín también de esa filosofía de trabajo de la OEA y eso no indicaría mucho, de ahí que más que la OEA haga o deje de hacer, hablando de una imagen que está muy deteriorada, es muy importante lo que los países soberanos hagan realmente. En el caso de Bolivia, debería estar alerta y saber que no cuenta con una organización amiga en la OEA, de hecho, no es por nada que cuando (Jeanine) Áñez asume el poder (de facto en Bolivia) busca desvincularse lo más rápido posible de organismos internacionales como la Celac, la Unasur, para correr a los brazos de organismos claramente serviles a los intereses de EEUU, como es el famoso pro-Sur, del cual nunca se supo nada; entonces, más bien, de lo que se trata ahora es de fortalecer, precisamente, esos organismos que permiten un contrapeso, que esperemos que en un momento, permitan también anular el histórico rol nefasto que ha cumplido la OEA en América Latina, de ahí que la presencia de la OEA como instrumento servil, para desestabilizar países o cuando menos para celebrar desestabilizaciones, debe ser una advertencia para nuestros países y para futuros procesos integradores. Ha sido, de hecho, una advertencia para nuestro país (Perú) mismo que está ad portas de un proceso electoral y también debe servir, como ya indicamos, de una forma de estimular la reorganización de organismos dedicados a la integración y de reforzar relaciones con países que realmente luchan por la soberanía frente a EEUU. Áñez cortó los vínculos que Bolivia tenía con Cuba, con Venezuela con Irán y no lo hizo precisamente por adivinación sino porque realmente significaba una complicación a sus planes y a los planes de quien la tenía entre sus cuerdas, como una marioneta. Entonces eso es lo que podemos indicar sobre el triste rol de la OEA en Bolivia que esperemos que, tarde o temprano, por ese rol la OEA tenga que desaparecer para ceder su lugar a organismos más progresistas, más integradores en Latinoamérica y, sobre todo, organismos que realmente representen el sentir de los pueblos y no sean marionetas, lacayos de intereses internacionales, que todos sabemos muy bien a quién responden.           

E/NL

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