CGRI de Irán protege las fronteras en pleno conflicto Bakú-Erevan
El Cuerpo de Guardianes de Irán vuelve a advertir sobre las provocaciones cerca de las fronteras del país persa en el marco de la guerra en Nagorno Karabaj.
“La República Islámica se opone a cualquier ocupación y agresión (..) Respetamos la integridad territorial de los países vecinos, pero cualquier cambio en la geopolítica fronteriza es una línea roja para la República Islámica de Irán”, dijo el sábado el comandante de la Fuerza Terrestre del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), el general de brigada Mohamad Pakpur.
De este modo, el alto mando militar persa reaccionó a la caída de varios proyectiles de mortero en el lado iraní, lanzados desde las fronteras de Armenia y Azerbaiyán, en medio del enfrentamiento de estos dos países por la región de Nagorno Karabaj.
Desde los primeros días del conflicto, enfatizó el mando castrense persa, la Fuerza Terrestre del CGRI ha estado monitoreando los acontecimientos en la frontera con Armenia y Azerbaiyán. Además, ha desplegado unidades en esa zona limítrofe con el objetivo de proteger los intereses nacionales y mantener la seguridad y la paz en la región.
“Cualquier inseguridad o amenaza en nuestras fronteras que dañe la seguridad (…) de nuestro querido pueblo se enfrentará a nuestras contramedidas. Básicamente, la seguridad del pueblo y los intereses nacionales de nuestro país son nuestra línea roja”, recalcó Pakpur.
Azerbaiyán y Armenia viven enemistadas desde el inicio del conflicto Nagorno Karabaj en 1988, cuando este enclave, con apoyo del Gobierno de Armenia, decidió independizarse de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán. A finales de septiembre reanudaron enfrentamientos en esta región fronteriza, acusándose mutuamente de haber desatado esta espiral bélica.
En las últimas semanas, esos enfrentamientos han resultado en que las partes en conflicto disparen varios cohetes y misiles en algunas aldeas y zonas adyacentes a la frontera entre los dos países con Irán. En consecuencia, varias casas han sido dañadas y un niño de 6 años ha resultado herido.
Eso mientras, desde el primer momento, Teherán invitó a Bakú y Ereván a la moderación, el diálogo, y el cese inmediato de los ataques, a la vez que advirtió de que “esa alarmante violencia” amenazaba la estabilidad regional.
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