“Poderío naval de Irán es el ancla de estabilidad de la región”

“La reputación de disuasión de las Fuerzas Armadas de la República Islámica de Irán, especialmente la Fuerza Naval del Ejército ha tenido eco en todo el mundo, y amigos y enemigos por igual reconocen el hecho innegable de que nuestra defensa naval y disuasiva, como un punto de confianza, tranquilidad y seguridad para la nación iraní, es el ancla de la estabilidad y la seguridad duradera en el Golfo Pérsico, en el estrecho de Ormuz y en el mar de Omán”, ha indicado el Ministerio de Defensa del país persa en una nota dada a conocer este viernes en el marco del Día de la Marina en Irán.

 

En este sentido, el texto enfatiza que el poderío incomparable de Teherán en garantizar los intereses estratégicos del pueblo iraní en las aguas jurisdiccionales e internacionales se debes a la determinación revolucionaria de los comandantes de la República Islámica de Irán, quienes, ha especificado el texto, al lograr establecer nuevas medidas para defender el país, “asustan a los enemigos”.

 

Según el Ministerio de Defensa, los enemigos del país persa, principalmente Estados Unidos, saben perfectamente que en el caso de cometer un error contra Teherán, “se verán abrumados por la dura y destructiva respuesta” de las fuerzas navales iraníes.

 

 

La nota ha hecho énfasis en que después de los ocho años de la sagrada defensa durante la guerra impuesta por Irak, la Armada del Ejército iraní, con una “velocidad excepcional”, ha logrado aumentar su capacidad defensiva, convirtiendo así el poderío de producción interna en una “realidad” que puede aumentar la seguridad en las aguas de la región.

 

En los últimos años, las fuerzas navales del Ejército y del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) han incrementado su presencia en las aguas internacionales para velar por la seguridad de las rutas navales ante los ataques piratas y para contrarrestar los barcos estadounidenses que violan repetidamente la soberanía de las aguas jurisdiccionales de Irán.

 

Sin embargo, Irán, además de asegurar que no busca una guerra con nadie, advierte que responderá a la más mínima intención de socavar su seguridad, especialmente en el Golfo Pérsico, zona que es considerada una de las líneas rojas de la República Islámica.