Teherán rechaza alegatos de EEUU sobre nexos de Irán con Al-Qaeda
Irán rechaza las acusaciones “sin fundamentos y viejas” del secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, que vinculan a Teherán con el grupo terrorista Al-Qaeda.
El portavoz de la Cancillería iraní, Said Jatibzade, condenó el martes las declaraciones de Pompeo, quien esta misma jornada ha acusado a la República Islámica de dar refugio a varios miembros de Al-Qaeda después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Lanzar esas acusaciones falsas por parte de Pompeo es una señal de desesperación y fracaso de la política de máxima presión de la saliente Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, ha subrayado el diplomático persa.
Sin embargo, Jatibzade ha afirmado que “el régimen terrorista de EE.UU.” ni siquiera puede recuperar su credibilidad o corregir sus políticas erróneas “recurriendo a acusaciones viejas y sin fundamentos”.
La República Islámica de Irán, ha proseguido, ha sido durante años víctima del terrorismo de Estado de EE.UU. y ha sufrido ataques terroristas perpetrados por grupos extremistas patrocinados por Washington, y al mismo tiempo, ha luchado contra bandas ultraviolentas como Al-Qaeda y Daesh.
Desde Nueva York también han respondido a las declaraciones antiraníes de Pompeo, donde el portavoz de la misión iraní ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Alireza Miryusefi, ha calificado las acusaciones como parte de un último esfuerzo de la Administración de Trump para vilipendiar a Teherán antes de una transición de poder.
“Estas acusaciones falsas y absurdas no son nada nuevo y solo refuerzan el hecho de que la Administración de Trump continúa desesperadamente con su política fallida de atacar a Irán”, ha dicho Miryusefi a la revista estadounidense Newsweek.
El diplomático persa ha alabado a Irán por ser un baluarte contra las organizaciones terroristas como Al-Qaeda, contra las que Teherán también ha luchado en países como Irak y Siria. Ha dicho que eran EE.UU. y sus socios los responsables de las condiciones que permitían que esos grupos prosperaran en el centro y oeste de Asia.
“Es un hecho bien conocido que Irán fue y es el enemigo más odiado de los grupos terroristas y que el fundador de Al-Qaeda y muchos de sus seguidores provienen de un aliado cercano de EE.UU. en Asia Occidental”, ha aclarado Miryusefi en alusión a Arabia Saudí.
El diplomático ha concluido, diciendo que “los funcionarios estadounidenses han reconocido repetidamente su papel en la creación de grupos extremistas en la región, incluida Al-Qaeda”.
Al-Qaeda fue fundada en 1988 por el ciudadano saudí Osama Bin Laden con el propósito de luchar, gracias al apoyo de la CIA, contra la presencia soviética en Afganistán.
Pese a los esfuerzos de la saliente Administración estadounidense por vincular a Irán con Al-Qaeda y los atentados del 11-S, varios informes han sacado a luz el involucramiento del régimen de los Al Saud —familia que rige Arabia Saudí— en dichos sucesos. De igual forma, hay que recordar que 15 de los 19 terroristas que realizaron estos ataques en 2001 eran ciudadanos saudíes.
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