¿Qué robaron los traficantes del Louvre de Irán?
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Antigüedades iraníes en el Museo del Louvre de París
Pars Today - Muchas de las antigüedades iraníes que se conservan actualmente en el Museo de Louvre de París fueron trasladadas al extranjero como resultado de excavaciones arqueológicas, compras y ventas dudosas, y en ocasiones, saqueos durante la debilidad política de Irán.
La transferencia de antigüedades iraníes a museos occidentales, especialmente al Museo del Louvre de París, es un tema importante en el ámbito del patrimonio cultural y el derecho internacional. Estas obras, que representan antiguas civilizaciones iraníes, han sido sacadas del país en circunstancias específicas, a menudo durante períodos de debilidad política y la ausencia de leyes de protección adecuadas.
En los siglos XIX y XX, numerosos funcionarios occidentales intentaron transferir o robar antigüedades de Irán valiéndose de influencias diplomáticas, permisos de excavación y encubrimientos científicos. La debilidad de las estructuras legales y regulatorias en Irán, especialmente durante los períodos Qajar y Pahlavi, allanó el camino para la exportación ilegal de artefactos.
El capitel del palacio de Darío I, uno de los artefactos aqueménidas más emblemáticos, fue trasladado desde los antiguos yacimientos de Susa (sur de Irán) al Museo del Louvre en París. Inscripciones elamitas y acádicas, incluyendo tablillas cuneiformes de antiguas civilizaciones del suroeste de Irán, también fueron transferidas al Museo del Louvre. Bajorrelieves de arqueros aqueménidas, que demuestran la destreza artística y militar de la corte aqueménida, se encontraban entre los artefactos robados de la historia antigua iraní.
La sección iraní del Museo del Louvre es un tesoro de la antigua civilización iraní que, si bien es motivo de orgullo, también recuerda los períodos de abandono del patrimonio cultural y la influencia de potencias extranjeras. Actualmente, se debate la devolución de estas piezas a Irán, pero su consecución requiere voluntad política y jurídica a nivel internacional.
Desde la perspectiva del derecho internacional, el robo y el tráfico de antigüedades se consideran graves violaciones del patrimonio cultural de las naciones y están sujetos a persecución penal en virtud de los marcos jurídicos internacionales. La Convención de la UNESCO de 1970 para la Prevención del Tráfico y la Transferencia Ilícitos de Bienes Culturales es el documento internacional más importante en el ámbito de la prevención de la exportación ilícita de antigüedades y, en caso de ser descubierta, su devolución a su país de origen.
Incluso en ausencia de un tratado formal, el principio de respetar el patrimonio cultural de las naciones y prevenir su saqueo se ha aceptado como norma internacional. Irán es signatario de la Convención de la UNESCO de 1970 y en los últimos años, en cooperación con Interpol y la UNESCO, ha logrado la devolución de algunas piezas. Muchos de los objetos transferidos se conservan en museos occidentales, como el Louvre, el Metropolitan y el Museo Británico, y su devolución enfrenta desafíos legales. Irán y otros países han realizado esfuerzos para devolver objetos históricos. Estas acciones ahora se consideran violaciones del patrimonio cultural de las naciones según el derecho internacional.
El papel de las autoridades occidentales en el robo o la transferencia de antigüedades iraníes fue una combinación de influencia política, relaciones diplomáticas y explotación científica. Este proceso no solo amenazó el patrimonio cultural de Irán, sino que también es un ejemplo de colonialismo cultural del siglo XX. Revisar esta historia y emprender acciones legales internacionales podría ser un paso hacia la realización de los derechos de las naciones.
La transferencia de antigüedades iraníes al extranjero es un ejemplo de colonialismo cultural del siglo XX que no solo ha amenazado el patrimonio nacional, sino que también ha afectado la identidad histórica de las naciones.