Pars Today

Pars Today - El ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudí, Faisal bin Farhan al-Saud, en declaraciones contradictorias, por un lado, afirmó que Riad busca detener la guerra en Yemen y, por otro lado, dio la bienvenida a la antigua administración estadounidense que calificó a Ansarolá de terrorista.

Otros dos meses, la guerra saudí contra Yemen entrará en su séptimo año. Este conflicto ha provocado la mayor catástrofe humana del siglo XXI. Más de 100 000 muertos, cientos de miles de heridos, alrededor de 4 millones de desplazados y la destrucción de la infraestructura civil fueron consecuencias tangibles de la guerra de Arabia saudí contra Yemen. El canciller saudí en su más reciente declaración, anunció su disposición a poner fin a la guerra.

La razón principal de la posición del Ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudí se debe al temor de Al-Saud a las consecuencias de la continuación de la guerra. Al-Saud inició la guerra contra Yemen durante la administración demócrata de Barack Obama continuándola sin ninguna presión externa durante el gobierno republicano de Donald Trump. 

Estados Unidos ha jugado un papel importante en la formación de la mayor catástrofe humanitaria de Yemen, y ha apoyado los crímenes de Al Saud, actos que ha puesto en tela de juicio su afirmación de defender los valores y las normas de derechos humanos.

Parece que la nueva administración estadounidense ha colocado en la agenda el mejoramiento de su imagen perdida, y en ese sentido, existe la posibilidad de revisar la política de Washington en la guerra contra Yemen.

Un portavoz del Departamento de Estado de EE.UU. dijo que este departamento ha comenzado una investigación sobre el anunció de Ansarolá como un movimiento terrorista por parte del exgobierno de EE.UU. para llegar a un resultado y luego tomar una decisión al respecto.

Gary Sick, profesor de la Universidad de Columbia y miembro del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos en los tres gobiernos de Gerald Ford, Jimmy Carter y Ronald Reagan, también dijo que Joe Biden se oponía firmemente a la idea de la guerra contra Yemen y ahora buscaba ponerle fin.

Gary Sick enfatizó que si Estados Unidos, el Reino Unido y Francia cortan su apoyo logístico a Arabia Saudí, este país ya no podrá mantener sus cazas y equipos militares, y no podrá tolerar mucho tiempo.

Teniendo en cuenta estos comentarios sobre un posible cambio en la política estadounidense en la guerra contra Yemen, Arabia Saudí tienen n miedo a la continuación de esta guerra y la intensificación de las presiones mundiales contra Riad y el canciller saudí anunció su disposición a poner fin a la guerra.

Otro tema es que el ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudí afirmó que la coalición contra Yemen no obstaculiza el alto el fuego en este país, sino que Ansarolá de Yemen es el principal obstáculo para alcanzar el acuerdo de alto el fuego en este país afectado por la guerra. También elogió y defendió la medida del expresidente de Estados Unidos en los últimos momentos de su mandato de cuatro años de calificar como terrorista al movimiento Ansarolá de Yemen.

Al-Saud describió a Ansarolá como un obstáculo al alto el fuego, esto sucede mientras que hasta ahora Ansarolá en varias ocasiones, incluso después del Acuerdo de Estocolmo en diciembre de 2018 se ha adherido y aplicado el alto el fuego propuesto por la ONU. Arabia Saudí con sus ataques diarios contra Yemen, violó el alto el fuego.

Mientras tanto, la medida del canciller saudí de acoger la inclusión de Ansarolá en la lista de grupos terrorista por parte del exgobierno de EE.UU. se contradice con la afirmación de Faisal bin Farhan para poner fin a la guerra ya que  es imposible terminar la guerra sin negociar con Ansarolá y su participación en la estructura de poder de este país.

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