Una aleya:
La igualdad de los seres humanos según el Corán
Pars Today – El Sagrado Corán, libro de guía y orientación para la vida humana, está lleno de enseñanzas éticas que iluminan el camino hacia la felicidad individual y social. Estas enseñanzas no solo ayudan al desarrollo personal, sino que también sientan las bases de una sociedad sana, justa y humana.
Una de las aleyas (versículos) más destacados en el ámbito de la ética social es la aleya 13 de la sura Al-Huyurat, que con una visión profunda y humanitaria aborda cuestiones como la igualdad, el conocimiento mutuo y el verdadero criterio de valor de las personas:
يَا أَيُّهَا النَّاسُ إِنَّا خَلَقْنَاكُم مِّن ذَكَرٍ وَأُنثَى وَجَعَلْنَاكُمْ شُعُوبًا وَقَبَائِلَ لِتَعَارَفُوا؛
“¡Oh humanidad! En verdad, os hemos creado de un varón y una hembra, y os hemos hecho pueblos y tribus para que os conozcáis unos a otros”
La aleya se dirige a toda la humanidad y dice: “¡Oh gente! Os hemos creado de un hombre y una mujer”, lo que indica que todos los seres humanos tienen un origen y una esencia comunes, y que no existe diferencia innata o esencial entre los pueblos y las naciones. Por lo tanto, la pretensión de superioridad racial o étnica carece de sentido, y todos los seres humanos son iguales en su creación.
A continuación, Dios enfatiza que creó a los seres humanos como pueblos y tribus, es decir, diversos grupos étnicos y clanes. Esta diversidad tiene un propósito claro mencionado en la aleya: “para que os conozcáis”, es decir, para que las personas se reconozcan y establezcan vínculos entre sí. No es para el conflicto o la enemistad, sino para la convivencia, el entendimiento y el intercambio cultural.
Esta aleya destaca que el propósito de las diferencias étnicas y lingüísticas es generar oportunidades de conocimiento mutuo y cooperación, no de arrogancia o fanatismo. La belleza de la creación reside precisamente en estas diferencias, que fomentan la interacción y el desarrollo.
Este versículo nos recuerda que debemos tratar a todos los seres humanos, independientemente de sus diferencias externas, con respeto y fraternidad, y que en lugar de enemistad y discriminación, debemos fomentar la comprensión y el afecto.