Han muerto 6.714 migrantes en frontera sur de España desde 1988
Tres décadas después de la primera foto de un migrante muerto en la playa de Los Lances, en Tarifa, el Mediterráneo sigue tragándose la vida de cientos de personas cada año.
Según la federación Andalucía Acoge, 6.714 personas han muerto o desaparecido -8.000 según la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía- en las costas andaluzas cuando intentaban cruzar el Estrecho de Gibraltar."Una gran fosa común", como lo define la presidenta de la entidad, Elena Tajuelo, que echando la vista atrás hasta aquel Día de Difuntos de 1988 denuncia que "nada ha cambiado". "La gente sigue muriendo, España y Europa continúan mirando hacia otro lado y, además, el discurso de odio crece cada vez más", destaca.
Para mirar con perspectiva estos treinta años, Andalucía Acoge ha elaborado junto a la Fundación PorCausa un informe en el que repasa los hitos más importantes de la historia migratoria de la Frontera Sur. El objetivo es analizar lo sucedido y, así, "evitar caer en los mismos errores en el futuro y poner de manifiesto a las administraciones la importancia de tomar medidas de una vez". "No puede ser que tanto tiempo después, las políticas migratorias solo sean parches, que sigamos con problemas de infraestructuras de acogida o exista una descoordinación permanente entre administraciones", subraya Tajuelo.
Son muchas las personas que protagonizan estos 30 años. Las primeras son las que se dejaron la vida en la búsqueda de expectativas, pero también las 235.568 que según el informe han entrado de manera irregular por vía marítima desde 1999 (año en el que empezó el recuento estadístico). Otras muchas han dedicado su vida a luchar por mejorar la acogida de quienes han llegado y reivindicar mejores políticas migratorias. Una de ellas es Encarnación Márquez, que forma parte de Algeciras Acoge desde 1991 participando en su fundación. "Los cambios normativos de ese año tienen mucho que ver con lo que ha pasado desde entonces", señala. Se refiere a la adhesión de España al Acuerdo de Schengen, que significó la exigencia del visado a personas de 110 países, entre ellos todos los africanos, incluido Marruecos. "Así que quienes antes iban y venían en ferri, ahora les tocaba jugarse la vida en patera", recuerda Márquez.
Al año siguiente se abrió el primero Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), el de Tarifa, al que le seguirían ocho más con condiciones "peores que las cárceles", como ha denunciado Andalucía Acoge en numerosas ocasiones. Y, en 1994, se registra la primera llegada de una patera a las Islas Canarias. En ella viajaban dos saharauis, que abrían así una nueva ruta migratoria hacia Europa, aún en vigor.