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El rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunirán este miércoles en el Palacio de Marivent de Mallorca, en lo que será su primer encuentro oficial tras conocerse que Juan Carlos I abandonaba España por la investigación de sus presuntos negocios opacos.

 

El despacho entre el jefe del Estado y el presidente del Gobierno es una tradición cada verano en Palma de Mallorca que sirve para analizar la situación política y económica del país. Esta es la tercera vez que Pedro Sánchez despacha con Felipe VI, ya que se estrenó en 2018 tras triunfar la moción de censura que presentó contra Mariano Rajoy.

 

El rey se trasladó este fin de semana junto a su familia a Baleares donde está manteniendo una intensa agenda institucional. Este año la reunión cobra especial relevancia por las consecuencias socioeconómicas de la pandemia y por la decisión de Juan Carlos I de trasladar su residencia fuera de España que hizo pública en un comunicado el pasado lunes.

 

¿Dónde está Juan Carlos I?

Nueve días después sigue sin conocerse donde se halla el monarca emérito y permanece latente el malestar de Unidas Podemos por las conversaciones entre Zarzuela y Moncloa para gestionar este asunto.

 

Desde entonces se han barajado diversos destinos donde podría estar Juan Carlos I como República Dominicana o Portugal sin que la Casa Real, ni la Moncloa ni el abogado del padre de Felipe VI hayan desvelado hasta ahora su paradero, aunque la seguridad del rey emérito concierne al Estado, tal y como ha reconocido el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Sánchez consideró "adecuada" la medida de la salida de don Juan Carlos, elogió al rey por "marcar distancias" con su padre ante sus posibles conductas irregulares y reivindicó la monarquía frente a las críticas de Unidas Podemos.

 

"No se juzga a instituciones, sino a personas", subrayó en su firme defensa de la Corona y del pacto constitucional después de que Unidas Podemos, sus socios de coalición, advirtieran de que la "huida indigna" del rey emérito al extranjero "deja a la monarquía en una posición muy comprometida y delicada", provocando una nueva grieta en la asociación de Gobierno por las posturas enfrentadas en torno a la organización del Estado.

 

En la misma línea de apoyo, Sánchez dirigió una carta a la militancia socialista en la que defendía la monarquía y el pacto constitucional al subrayar que "una conducta irregular compromete a su responsable, no a la institución".