Ene 13, 2021 18:30 UTC
  • EEUU sanciona a cinco personas pretextando nexos con Irán y Al-Qaeda

EE.UU. ha impuesto sanciones por motivos de terrorismo a cinco personas a las que acusa de ser miembros de Al-Qaeda y tener supuestamente vínculos con Irán.

El sitio web del Departamento de Estado ha incluido este martes a tres ciudadanos iraquíes, un saudí y un marroquí en su lista negra de personas vinculadas al terrorismo, después de que acusara algunos de ellos de comandar las operaciones del grupo terrorista Al-Qaeda “en la frontera entre Irán e Irak”.

El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, ha matizado que “como resultado de estas designaciones, la población estadounidense tendrá prohibido realizar transacciones con estos individuos”, cuyos bienes y activos “bajo jurisdicción estadounidense han sido bloqueados”.

Pompeo ha hecho el anuncio durante un discurso en Washington D.C., la capital, después de que afirmara, sin pruebas, que Al-Qaeda ha establecido su nueva base de operaciones en Irán. El jefe de la Diplomacia estadounidense ha acusado además a Teherán de brindar apoyo a la organización terrorista y de desempeñar un papel “peor” que Afganistán en el momento de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

Desde Irán, han desmentido la información y condenado, en duros términos las acusaciones sin fundamentos de Pompeo contra Teherán.

El canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, ha rechazado vía Twitter las acusaciones de su homólogo estadounidense, al que se ha referido como “señor Mentimos, Engañamos, Robamos”, y le ha acusado de acabar de forma “desastrosa” y con “mentiras” su carrera al frente del Departamento de Estado.

Zarif ha confiado en que “nadie se deja engañar. Todos los terroristas del 11 de septiembre [de 2001] procedían de los destinos favoritos de Pompeo en Asia Occidental; NINGUNO de Irán”.

Las autoridades persas, rechazando rotundamente su implicación en los atentados del 11-S perpetrados por Al-Qaeda, aseguran que estas imputaciones forman parte de los planes de la saliente Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, e Israel para difamar a Irán y desvincular a Arabia Saudí de los ataques.

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