El mayor espectáculo de Europa se está desmoronando
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Pars Today - El boicot a Eurovisión por parte de España, Holanda, Irlanda y Eslovenia en protesta por la presencia de Israel, ahora es una amenaza directa para el presupuesto y el modelo de ingresos de esta competición; un evento que genera cientos de millones de euros de facturación cada año.
(last modified 2025-12-10T03:02:04+00:00 )
Dic 10, 2025 02:54 UTC
  • La participación de un grupo en el concurso de Eurovisión
    La participación de un grupo en el concurso de Eurovisión

Pars Today - El boicot a Eurovisión por parte de España, Holanda, Irlanda y Eslovenia en protesta por la presencia de Israel, ahora es una amenaza directa para el presupuesto y el modelo de ingresos de esta competición; un evento que genera cientos de millones de euros de facturación cada año.

El concurso de canto "Eurovisión", al que durante años se ha hecho referencia como el mayor evento televisivo no deportivo de Europa, se encuentra en uno de los momentos más críticos de su historia de setenta años; una crisis que, a pesar de la apariencia musical y de entretenimiento del programa, tiene una raíz completamente política y económica. Según informa Pars Today citando a Fars, la decisión de la Unión Europea de Radiodifusión de mantener la participación de Israel a pesar de los crímenes de guerra en Gaza y las amplias críticas al comportamiento de este régimen, ahora está afectando al propio concurso y ha enfrentado su estructura financiera a una sacudida sin precedentes.

Eurovisión tiene en Europa un estatus que va más allá de un simple concurso de canto. En él participan las cadenas de televisión públicas de los países miembros de la Unión Europea de Radiodifusión; es decir, los "participantes" no son los cantantes, sino las cadenas nacionales.

Cada cadena, al pagar una cuota financiera específica, no solo desempeña un papel en la realización del concurso, sino que también obtiene el derecho de emisión y participación en la selección del representante de su país. En términos más simples, Eurovisión es un proyecto televisivo conjunto entre 40 países, cuyos costos se cubren con el presupuesto de las cadenas públicas, patrocinios y la venta de derechos de emisión.

Esta misma estructura compleja ha hecho que la salida de varios países, especialmente de los grandes, aseste un golpe directo al equilibrio financiero de este programa; algo que ahora está ocurriendo.

La historia comenzó cuando cuatro países europeos —España, Holanda, Irlanda y Eslovenia— anunciaron el jueves pasado que no participarían en la próxima edición de Eurovisión debido a la negativa de la Unión Europea de Radiodifusión a excluir a Israel.

Esta decisión no solo es un shock mediático, sino que también se considera una amenaza directa para el presupuesto del concurso; porque algunos de estos países se encuentran entre los mayores proveedores financieros de Eurovisión.

Solo España ha contribuido anualmente con más de 330,000 euros en la realización de la competición; una cifra que, con su salida, debe distribuirse entre los demás países, y eso en un momento en que muchos gobiernos europeos enfrentan con la crisis presupuestaria y la presión inflacionaria.

Los expertos en medios europeos han advertido que una reducción en el número de países participantes significa menos audiencia, menos patrocinadores y una caída en el valor publicitario del concurso. Eurovisión ha tenido en los últimos años alrededor de 160 millones de espectadores, pero la salida de los países principales podría reducir esta cifra en millones; una caída que amenaza directamente los ingresos comerciales de la competición.

Sin embargo, esta crisis no es solo un asunto financiero; en su esencia, su narrativa también cuenta una historia de una profunda división política. Muchas cadenas europeas, especialmente la irlandesa, han declarado explícitamente que continuar participando en el concurso mientras "Gaza sigue sufriendo víctimas" es un acto inmoral.

Algunas cadenas también han acusado a los organizadores de haber cedido a presiones políticas y lobbies israelíes, cuestionando la "neutralidad" declarada del concurso.

Por su parte, el régimen sionista y la cadena pública "Kan", alegando victimización, han calificado las críticas de "boicot cultural" y sostienen que excluir a Israel es politizar el concurso; mientras que muchos críticos creen que la politización de Eurovisión ha sido precisamente impulsada por el propio Israel y sus partidarios, no por los países que protestan.

Ahora también ha aumentado la preocupación del anfitrión de la próxima edición, Austria. El director de la cadena ORF ha declarado que la salida de varios países tiene una "carga financiera significativa" y dificulta más la situación presupuestaria del concurso.