Shams, un prodigio en el mundo de las palabras
Pars Today- Saludos cordiales a todos ustedes queridos amigos de la Voz en español de Parstoday. El 29 de septiembre en Irán se ha denominado Día de Shams Tabrizi, famoso místico; una conmemoración que se celebra cada año en los centros científicos y culturales de todo el país persa.
Hay muy poca información sobre la vida de Shams Tabrizi, a quien el prominente poeta y místico iraní Molana Yalal al-Din Mohammad Molavi (Rumi), ha dedicado muchos de sus sonetos.
Cuando Shams Tabrizi llegó a Konya en el año 642, tenía unos 60 años Rumi, 39. Hay poca información sobre cómo Shams extasió a Rumi, conocido jurisprudente, filósofo y erudito, que daba clases en cuatro escuelas acreditadas. Pero, lo que está claro es que este encuentro cambió la vida de Rumi y Shams.
Según muchos eruditos, si Rumi no hubiera conocido a Shams, nunca habría sido conocido como una figura singular y prominente de la literatura y el misticismo persas. De hecho, Rumi escribió sus obras Masnavi y Divan después de familiarizarse con Shams Tabrizi. Al mismo tiempo, si Shams no hubiera conocido a Rumi, su nombre no se habría eternizado. Entonces, cabe preguntar ¿Quién era Shams al-Din de Tabriz que produjo tal cambio en la vida de Rumi?
Sham al-Din Mohamad ibn Ali Malikdad Tabrizi nació a finales del siglo VI de la hégira lunar (casi el año 582 de la hégira lunar) y falleció el año 645 de la hégira lunar.
No existía mucha información sobre la vida y las circunstancias personales de Shams antes de la publicación del libro Maqalat. La obra más antigua en la que se puede encontrar información sobre Shams es Ibtidaname, escrita por el sultán Valad, hijo de Rumi y Aflaki Manaqibul Arifin.
En el libro de Maqalat, aunque Shams Tabrizi no describe sus antecedentes, se pueden reconocer por las descripciones y recuerdos que ha citado sobre su vida. Las descripciones que ha presentado en varias ocasiones sobre las personas y los discursos sirven para conocerlo.
Sipehsalar Faridun Ahmad (fallecido en 1284) describe a Shams como aquella persona que ha alcanzado la gloria de la proximidad de Dios mientras estaba vivo.
Shams se asemejaba a Moisés en su conexión cercana con Dios y era como Jesús, en su modo de vida solitario y en retiro. Shams tenía una gran personalidad, amaba a Dios como Rumi, además, había viajado a muchos sitios y conocido a un gran número de eruditos y sheijs. Al respecto, en sus propias palabras, no fue capaz de encontrar lo que estaba buscando en ninguno de ellos. Nadie pudo entender realmente su estado espiritual. Nadie pudo entender la verdad de sus secretos. Rumi había logrado alcanzar los niveles de la perfección, se había asentado en Konya, se había convertido en maestro y en guía espiritual a los cincuenta años de edad, por tanto, no precisaba ya dirigirse a otros lugares del conocimiento. Shams, sin embargo, tenía más de sesenta años y aún se hallaba de viaje, buscando un guía espiritual, todavía incapaz de establecerse en ningún sitio.
En Maqalat también nos familiarizamos con los padres de Shams. Shams Tabrizi, en este libro, los califica de amables y cariñosos. Shams Tabrizi, en una parte de este libro, expresa el amor y respeto a su padre, con estas palabras: "Era un buen hombre, pero no estaba enamorado… Ser un buen hombre es una cosa y estar enamorado es otra. Mi padre no me conocía. Era extraño en mi ciudad, mi padre era extraño para mí".
A través de algunas partes del libro Maqalat, Shams nos lleva a su infancia. Con palabras cortas, Shams describe su vida y se puede entender que era diferentes desde su niñez en comparación con otros menores de su edad. Él creció de otra manera y tradición.
Lo vemos como una persona que sufre una dura austeridad, hay un fuego del amor en su interior y eso le inquieta. El padre no le entiende, no lo considera sabio ni puede pensar que está loco. Shams se esfuerza por convencer a su padre para que no lo detenga. Le cuenta a su padre el cuento de una gallina que pone huevos de patos. Los pollos salieron del huevo, y cuando crecieron un poco, llegaron al mar, y cuando vieron el agua, se dirigieron al mar. La gallina, que no puede entrar en el mar, camina al lado del agua.
Shams se dirige a su padre y dice: Ahora, padre, yo he llegado al mar, que es mi casa, es mi patria. Si eres de mi yo soy de ti, entra en el mar, si no, vete con las otras gallinas, le dijo.
Han llamado a Maqalat el conjunto de las palabras de Shams, que probablemente fueron recopiladas por el sultan Valad, hijo de Rumi. El escritor de una de las copias de esta colección, que se atribuye a la época de la vida de Shams, ha presentado su colección bajo el título de "Los secretos de al-Din Tabrizi".
Los investigadores creen que la razón de este nombramiento es el nombre que Rumi le dio a Shams y que consideraba sus palabras como "secretos". Shams también ha enfatizado repetidamente que "dice secretos y no pronuncia palabras". En Maqalat se lee: "Un arrogante vino y me pidió que le revele un secreto. Yo le dije que no le podía decir un secreto a él, porque puedo decir un secreto a quien vea como a mí mismo en esa persona y no puedo verme en ti. Veo a otra persona", contó Shams.
Por otro lado, es interesante saber que la copia de Maqalat de Shams no era conocida con este nombre entre los seguidores de Rumi, sino que se conocía como "Jerqa (capa de) Shams Tabrizi". Esta interpretación viene de sus palabras. Según el punto de vista de los místicos, la capa demuestra la rendición de los discípulos respecto al jeque. Shams se alejaba de estos rituales y aun se consideraba más alto que estos niveles.
Cuando Shams era joven, seguía a Abubakr. En su libro Maqalat, Shams escribe: "Abandoné Tabriz para encontrar un guía espiritual, dejé la ciudad, pero no pude encontrar a dicho guía espiritual. El Universo no está vacío, así pues, debe haber un maestro espiritual en algún sitio... Tuve un sheij en Tabriz, cuyo nombre era Abu Bakr. Hacía cestas y se ganaba la vida con ello. Me favorecí en gran medida de él", relató al respecto.
Shams, fue un gran místico, pero desafortunadamente no escribió ningún libro a pesar de todos los puntos de referencia y los discursos que daba. Quizás si él escribiera, su obra habría sido la obra maestra más grande de la prosa persa. En sus sonetos, Rumi ha hablado en repetidas ocasiones sobre el poder de la palabra de Shams e incluso a veces se siente avergonzado por sus maravillosos sonetos ante las dulces palabras de Shams.
En Maqalat, Rumi sobre Shams dice: "Quien habla conmigo, le parecerá fría y amarga la conversación con los demás... será tan fría... que no podrá hablar con él".
Citando a Shams, Rumi también dice: "Desde que te conocí, estos libros me parecen indignos".
Shams afirma que la gente de su época no tiene la culpa por no entender sus palabras en voz alta y en un tono épico. "Es verdad que la gente no entienda mis palabras… escuchan las palabras, que no concuerda con su necesidad, ni su petición, desde las alturas", explica. Pero, incluso los enemigos de Shams elogiaron el poder de su pluma y sus palabras.