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La perspicacia como estratega militar de Soleimani era conocida, pero nadie sabía que él tuviera tanta influencia en la región. Se conocían sus combates valientes, pero, en realidad, su misión era el establecimiento de la paz en el mundo. Siempre tenía una sonrisa atractiva, pero su corazón estaba lleno de dolor por las injusticias.

 

El suceso del 13 de dey del año 1398 de la hégira solar, correspondiente al 3 de enero de 2020, de repente, mostró que él estaba en los corazones de muchos y nadie sabía que le amaban tanto; su martirio hizo temblar al mundo.

 

Hach Qasem era el tercer hijo de Hach Hasan y tenía un hermano y una hermana mayor. Antes de la Revolución Islámica de Irán vivía con su familia en la ciudad de Kerman. Cuando era pequeño, su familia dejó su aldea natal. En Kerman, tanto se dedicaba al deporte como a trabajos de vinculados a la construcción de edificios. Era una persona valiente. Su hermano menor también estaba con él en la ciudad. Hach Qasem y Sohrab, su hermano, junto con dos de sus sobrinos, vivían en una misma casa. En aquel tiempo también apoyaba a los demás.

 

Hach Qasem era una persona bondadosa y cada año, antes del inicio del nuevo año, llevaba algunos alimentos y los repartía entre los habitantes de las aldeas de la región del sur de Kerman. Él no distribuía los alimentos solamente entre sus cercanos, sino que, como corroboró una anciana de 60 años que vivía en otra aldea, Hach Qasem le llevaba a ella también víveres. Ella narró: cuando el general venía a Kerman, normalmente, visitaba a algunas familias y participaba de las actividades de la mezquita. Él ayudaba a todos. En Año Nuevo, llevaba arroz, carne y azúcar y lo distribuía entre la gente. Pero, para nosotros que no teníamos a nadie, nos ayudaba más que a los demás.

 

Sin embargo, indudablemente, el punto culminante de la relación de Hach Qassem y el pueblo fue durante las graves inundaciones de Farvardin del año 1398 cuando las diferentes ciudades de la provincia de Juzestán se estaban hundiendo bajo agua unas tras otras. En ese momento, Hach Qasem Soleimani abandonó los frentes de la resistencia en los países islámicos y se fue al sur de Juzestán para ayudar a aquellos pueblos que se enfrentaban con las inundaciones destructivas. El pueblo desesperado por encontrar un camino y evitar la destrucción de sus casas y sus tierras agrícolas, vieron a Soleimani como una luz en la oscuridad, y su presencia sencilla entre el pueblo y sus palabras en lengua árabe, convirtieron en dulce las dificultades de aquel tiempo.

 

El comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica de Irán, en aquel mes del año 1398, durante los días que estuvo en la provincia de Juzestán, en una entrevista histórica, anunció que, entonces, mucha gente insistía en ser enviada a Siria a defender los santuarios sagrados de la familia del Profeta del Islam (P),  pero, con lo ocurrido en esa zona iraní, la defensa de Juzestán era un tipo de la defensa de los santuarios sagrados de las familias del gran Profeta del Islam.

 

Aquí entendemos que Qasem Soleimani es un ejemplo claro de las palabras del ayatolá Jamenei, el Líder de la Revolución Islámica de Irán, que dijo: "Un militar es creyente, es valiente, es sacrificado, es inteligente y resiste con todo su poder ante los enemigos pero, ante sus amigos, no se enorgullece. Estas son las características de un militar verdadero, como Malek Ashtar, compañero antiguo del Imam Ali (la paz sea con él)".

 

La personalidad mística del general Soleimani se reflejaba en su gran sinceridad. La sinceridad es una de las más supremas formas del complemento espiritual. La sinceridad significa no ver a nadie excepto a Alá y realizar todos los actos solamente para la satisfacción de Él. Alguien que tiene sinceridad, no se esfuerza por atraer la atención de los demás y su objetivo de la oración es atraer la satisfacción del Creador del Universo y de nadie más. El gran Profeta del Islam (saludos sean para él y sus descendientes) decía que a través de la sinceridad de una persona se puede entender su superioridad entre otros creyentes.

 

El mártir Soleimani es popular y, por eso, era el siervo bueno de Alá; es decir, tenía las características de aquellos creyentes que el sagrado Corán presenta como buenas personas.

 

En la aleya 63 de la sura El Criterio leemos: Los siervos del Compasivo son los que van por la tierra humildemente y que, cuando los ignorantes les dirigen la palabra, dicen: Paz. Y pasan la noche ante su Señor, postrados o de pie.

 

De igual modo, en la aleya 128 de la sura La Vaca leemos: !Y haz, Señor, que nos sometamos a Ti, has de nuestra descendencia una comunidad sumisa a Ti, muéstranos nuestros ritos y vuélvete a nosotros¡ !Tú eres, ciertamente, el Indulgente , el misericordiosos¡

 

P/MK/NL