Revolución Islámica, impulsora de justicia y progreso

Ya hemos mandado a nuestros enviados con las pruebas claras. Y hemos hecho descender con ellos la Escritura y la Balanza, para que los hombres observen la equidad.

 

A lo largo de la historia, los profetas divinos también han estado al lado de los oprimidos y se han preocupado por el establecimiento de justicia en la sociedad.

 

El sagrado Corán, en la aleya 34 de la sura  Los saba (Saba) dice:

 

No hemos enviado monitor a una ciudad que no dijeran sus ricos: «No creemos en vuestro mensaje».

 

Además, todas las religiones están de acuerdo en que el final de este gran movimiento histórico es la esperanza de establecer la justicia y la religión perfecta de Dios. Todos los profetas, todas las religiones y todas las profecías han indicado este final, y todos estos insisten en la justicia en el origen, en el camino y en el final. La religión del Islam, la única religión aprobada por Dios, es la escuela de justicia y moderación, y la ummah del Islam (comunidad islámica) se ha introducido como una comunidad moderada y una balanza para otras naciones.

 

Uno de los objetivos a largo plazo de la Revolución Islámica de Irán es implementar el pensamiento de los profetas y la realización de las aspiraciones de todos los fieles; es decir, la formación de una comunidad de personas que viven según las enseñanzas del Islam y las enseñanzas de los profetas. En este sentido, el ayatolá Ali Jamenei dice: "Creemos que el camino hacia la felicidad humana es a través de las enseñanzas de los profetas, la más completa de las cuales son las enseñanzas del Islam. El ser humano sin las enseñanzas de los profetas, no solo no conseguirá la ascensión al alto conocimiento humano celestial, sino tampoco logrará progreso material. Este es el camino hacia la felicidad humana. Se necesitaba un movimiento a largo plazo y duradero para impulsar el pensamiento de los profetas en la sociedad. Esta revolución fue creada para este propósito”.

 

 

 

El Imam Jomeini, el fundador de la Revolución Islámica (que Dios lo bendiga), vio esta revolución distinta a otras revoluciones en el mundo porque se basaba en ideales en los que la justicia y la espiritualidad se distribuían ampliamente por sus arterias. El ayatolá Ali Jamenei, por primera vez en 2008, definió que el discurso dominante del país en la cuarta década de la Revolución Islámica se basaba en la justicia y el progreso, con el objetivo de lograr la justicia y el progreso generalizado en esta década.

La justicia es un concepto, cuya verdad está enraizada en la naturaleza divina humana. Todos tienen sed de justicia en su brillante vena e incluso se grita al infiel cuando sufre injusticia. Sin lugar a dudas, la administración de justicia es la clave para garantizar la dignidad humana; por esta razón, la administración de justicia forma la base del movimiento y la acción de los profetas divinos.

 

La justicia ha sido durante mucho tiempo el anhelo de las personas oprimidas a lo largo de la historia. Hoy, cuando los seres humanos se ven abrumados por ideas materialistas y el dominio de la fuerza y ​​el poder en los sistemas sociales, requiere del establecimiento de la justicia y la buscan como una perla escasa, ya que si no se escapa de la injusticia,  la crueldad y la violación convierten la vida en el infierno. Al respecto, el ayatolá Jamenei dice: "Si se establece la justicia, se garantizarán los derechos humanos y la dignidad humana, y las personas alcanzarán sus derechos y libertades. De modo que la justicia es el centro de todo".

 

Justicia significa poner todo en su lugar y dar a todos su derecho. El Imam Ali (P), el Imam de los Jueces y la manifestación de la piedad y la justicia, considera que el establecimiento de la justicia es imposible en los grandes niveles de la sociedad, excepto en caso de que empiece con el individuo y desde dentro del individuo. El Imam Ali ha dicho: "Quien es el líder del pueblo, antes de enseñar a los demás, tiene que enseñarse a sí mismo". Considera  que el propósito del gobierno y la razón para aceptar el liderazgo es luchar contra la opresión, luchar contra la discriminación y defender a los oprimidos. De modo que el elemento más destacado en su curso político y su lógica práctica es la justicia. Dado que la República Islámica de Irán sigue al modelo teórico y práctico del gobierno del Imam Ali, todo el pueblo y las autoridades deben atender su curso teórico y práctico del Imam Ali  y ninguno de los intereses individuales ni colectivos es comerciable con la justicia.

 

La fase más difícil de cualquier revolución y gobierno es la administración de la justicia y esto requiere la formulación de políticas y la planificación, en medio de dificultades y costos. La nación iraní ha organizado su revolución basada en la religión, y es el espíritu de justicia de la Revolución Islámica lo que ha llevado a la arrogancia global a resistir y luchar contra ella. Por lo tanto, la vigilancia y la resistencia de la nación y los funcionarios de la República Islámica contra los enemigos es una de las herramientas serias en el camino de la justicia. De ahí que sea necesario identificar los casos de injusticia y tratar de resolverlos. Cuestiones como la aristocracia, falta de acceso a las instalaciones, recursos y oportunidades, la distribución injusta de la riqueza y los ingresos, desigualdad de las comunidades urbanas y rurales en el disfrute del bienestar y los medios de vida, entre otros,  figuran entre los casos de la injusticia que deben ser eliminados con mucho esfuerzo. 

 

Como dijimos, el ayatolá Ali Jamenei determinó que el discurso dominante del país en la cuarta década de la Revolución Islámica se basaba en la justicia y el progreso, y consideró  que estos dos principios se complementan. La interpretación del progreso en cualquier sociedad depende de su cosmovisión. El progreso en la cosmovisión material que resume al hombre entre la cuna y la tumba es muy diferente del progreso en la cosmovisión divina que considera al hombre como un ser eterno.

 

En la cosmovisión divina, el hombre posee un alma eterna y un alma que es el origen de todos los pensamientos, creencias, emociones y tendencias sensuales, así como de todas sus acciones y conducta. Es por eso que la base del progreso en la cosmovisión divina es la divinidad y la salvación de las personas que se materializa bajo la luz de la autopurificación. Por lo tanto, en la Revolución Islámica de Irán, cuya infraestructura son las ideas coránicas y la cosmovisión divina, el progreso en los aspectos intelectuales, religiosos y prácticos se basa en el marco de las enseñanzas islámicas. Si bien el progreso para Occidente es un progreso material, es decir, la búsqueda de aumentar las ganancias, la riqueza y el poder. En este caso, el progreso se convierte en una víctima de la moralidad y la espiritualidad.

 

 

 

Por lo tanto, la infraestructura del modelo de desarrollo islámico-iraní es la cosmovisión islámica, que se basa en el Corán y la tradición de la familia del Profeta (P), cuyo propósito es elevar a la humanidad, su dirección, la adquisición de la perfección humana, las reglas y regulaciones del islam. El progreso que se define, según el Islam y el pensamiento islámico, no es beneficioso solamente para el hombre musulmán, sino también para toda la humanidad.

 

Conforme a lo dicho sobre la justicia y el progreso, la declaración explícita del ayatolá Ali Jamenei a este respecto puede aclarar completamente la necesidad del progreso y la justicia: "Nosotros, como algunos países y sistemas del mundo, no pensamos solo en el progreso. Queremos el progreso junto con la justicia. Hay muchos países que están científicamente avanzados y su ingreso per cápita, por ejemplo, es muy alto, pero un problema importante es cómo se distribuye este ingreso per cápita entre la nación. Este es un punto que los sistemas arrogantes no prestan atención, pero nosotros no podemos ignorarlo. Queremos un país justo junto al progreso. Ni la justicia sin progreso es agradable, ni el progreso sin justicia".