Trump presenta el “Acuerdos del Siglo”; los objetivos y reacciones (2)
Feb 10, 2020 07:02 UTC
ParsToday-Estimados amigos, les presentamos la segunda y última parte del tema titulado "Trump presenta el Acuerdos del Siglo; los objetivos y reacciones". Por favor, quédense con nosotros.
Después de la publicación del llamado “acuerdo del siglo”, quedó claro que muchas de las especulaciones que hubo antes sobre sus contenidos, eran correctas.
Según Osama Hamdan, encargado de relaciones internacionales del Movimiento de la Resistencia Islámica Palestina (HAMAS), el “acuerdo del siglo” se resume en dos cosas básicas: mayor dominio de EE.UU. sobre la región, sus riquezas y sus recursos, así como presentar al régimen israelí como un régimen normal en la región y acabar con el tema palestino.
Un vistazo a las principales disposiciones de este llamado plan de paz puede mostrar el alcance de las concesiones otorgadas a Israel a cambio de negarles a los palestinos sus derechos básicos. En cuanto a dichas concesiones, hay que referirse a la soberanía inmediata de Israel sobre el 30 % de Cisjordania, incluido el Valle del Jordán; el desarme de HAMAS en la Franja de Gaza y la declaración de este enclave palestino como zona libre de armas; la obligación de los palestinos de reconocer a Israel como un Estado judío; el hecho de que ningún israelí debe ser expulsado de ningún asentamiento; la solución del problema de los refugiados palestinos fuera de las fronteras israelíes, y lo más importante, el reconocimiento de Al Quds (Jerusalén) como la capital indiscutible e indivisible de Israel.
El proyecto prevé igualmente la abolición de la gestión militar de los asentamientos; la anulación de todas las restricciones respecto a las futuras colonias judías; la aprobación de la soberanía israelí sobre los asentamientos y el eventual veto de cualquier resolución contra Israel en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
En cambio, según el acuerdo del siglo, lo que deben hacer los palestinos es especialmente cumplir con todo tipo de obligaciones y algunas concesiones otorgadas a ellos están supeditadas al cumplimiento de los compromisos reclamados; por ejemplo, la creación de un Estado palestino depende del desarme de HAMAS; la declaración de Gaza como zona libre de armas, de ignorar el derecho de los refugiados, el reconocimiento de Israel como el Estado judío, de reconocer las nuevas fronteras de Israe; el reconocimiento de Al Quds (Jerusalén) como la capital indiscutible de Israel, de la suspensión de las pensiones a las familias de los mártires y prisioneros, la obligación de los palestinos de trabajar para combatir al "terrorismo” y el cese de la incitación en los textos educativos palestinos.
En cambio, se promete que la zona de Abu Dis, en el norte de Al Quds, con una superficie máxima de cuatro kilómetros cuadrados, será la capital del futuro Estado palestino y que todo lo que esté fuera del muro de separación en Al Quds, forme parte de las tierras palestinas. También se hace referencia a la creación de un fondo de pago de indemnizaciones a los refugiados palestino; la construcción de carreteras y túneles entre Cisjordania y la Franja de Gaza para el gobierno palestino; la creación de proyectos en el Estado palestino por un valor de 50 mil millones de dólares, financiados por los países del sur del Golfo Pérsico; la construcción de carreteras y túneles entre Cisjordania y la Franja de Gaza para el Ejecutivo palestino; el cese de asentamientos para un periodo de 4 años de cara a negociar con los palestinos para establecer un Estado palestino; proteger el statu quo en Al Quds oriental y otorgar a los palestinos algunas áreas del desierto del Naqab (Negev) para su anexión al Estado palestino y la posibilidad del futuro retorno de los refugiados palestinos a las tierras del Estado palestino.
De esta forma, en el llamado acuerdo del siglo, la Administración Trump se ha posicionado completamente a favor del régimen sionista, especialmente en los dos temas clave de Al Quds y su futuro y el de los refugiados palestinos.
De acuerdo con lo estipulado en el proyecto ofrecido por Trump, el futuro Estado palestino sería un "archipiélago" cuyas islas son interconectadas a través de túneles y puentes. En este plan, la ciudad de Al Quds, el Valle del Jordán y el norte del mar Muerto se encuentran dentro de las fronteras del régimen sionista y están conectados por túneles a Cisjordania y la Franja de Gaza. Asimismo, se agregan nuevas tierras a la Franja de Gaza extendiéndose a la zona del Naqab, donde hay un área industrial, residencial y agrícola.
Dentro de las ciudades palestinas de Cisjordania, hay puntos negros que marcan los asentamientos israelíes. Los asentamientos sionistas dentro de Cisjordania se conectan con Israel mediante vías de comunicación. Dos rutas conectan el Estado palestino y las fronteras de Jordania: una es el puente Al-Amir Mohammad y la otra es el puente Malek Hussein, los cuales pasan por Israel.
Trump dio a conocer el llamado acuerdo del siglo en condiciones en que la otra parte del plan, los palestinos, no solo no fue informada formalmente de su contenido, sino que ninguno de ellos, ya sea la Autoridad Nacional Palestina (ANP) o los grupos militantes, ha aceptado el plan y lo ha rechazado rotundamente.
También el presidente de la ANP, Mahmud Abás, que hasta ahora había tomado medidas conciliatorias ante el régimen sionista, ha desestimado dicho proyecto como inaceptable declarando en comentarios sin precedentes que no contestó a la llamada telefónica de Trump y que se opuso al acuerdo del siglo.
Según el periódico israelí The Jerusalem Post, Mahmud Abás llamó a Trump un "perro" en respuesta a la revelación de su llamado plan de paz. Abás también envió una carta al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu acusándolo de alterar los Acuerdos de Oslo y diciendo que la parte palestina no tenía nada que ver con el proyecto ofrecido por Trump.
El secretario general de la Yihad Islámica Palestina, Ziad al-Nakhala, dijo que el denominado "acuerdo del siglo" no apunta solo al pueblo palestino, sino que es un gran desafío para todo el mundo musulmán.
Todos los grupos palestinos han rechazado explícitamente este plan, al tiempo que varias ciudades palestinas en la Franja de Gaza y Cisjordania organizaron protestas en respuesta a la medida de Trump. Las figuras políticas en los países islámicos también han condenado la iniciativa.
Ante la fuerte oposición de los líderes palestinos, EE.UU. ha optado por amenazarlos. Jared Kushner, yerno y asesor del presidente Trump, humilló a los dirigentes de la ANP, especialmente a Mahmud Abás; amenazó con destituirlo como presidente de esta entidad e insistió en que el "acuerdo del siglo" es la última oportunidad. Dijo que, si el liderazgo actual palestino no se atreve a aceptar este plan, quizás la futura dirigencia la acepte. En respuesta a una pregunta sobre la presencia de cinco millones de palestinos en diferentes países, Kushner remarcó: "Un gran número de palestinos, cinco millones de personas, viven en campamentos de refugiados. El plan exige la formación de un Estado palestino que debe poder acomodar a muchos de estos refugiados".
El encargado de Irán en el Departamento de Estado norteamericano, Brian Hook, también calificó el acuerdo del siglo de Trump como "la mejor oportunidad para la paz" afirmando que el tema palestino va perdiendo cada día su prioridad para los líderes de la región. Hook, quien también participó en las negociaciones sobre el acuerdo del siglo, afirmó que Mahmud Abás siempre había perdido buenas oportunidades para reconciliarse con Israel. Añadió que por esta razón los dirigentes de la zona han criticado energéticamente a Abás considerándolo como una persona que nunca ha perdido una oportunidad para obtener una buena oportunidad.
Hook afirmó que el llamado "acuerdo del siglo" es “solo una oferta” y que los palestinos pueden acudir a la mesa de negociaciones con el régimen sionista y bajo los auspicios de Washington para obtener lo que reclaman. Añadió: “Hogaño, la prioridad de los líderes árabes de la región son las actividades de Irán; la preocupación por el regreso del EIIL (Dash, en árabe); la guerra civil en Siria; la amenaza de extremismo violento y cosas como éstas, mientras que el conflicto palestino-israelí va bajando más y más cada día en la lista de las prioridades de la región”.
Pese a tales pronunciamientos absurdos, lo importante es que el anuncio del acuerdo del siglo ha provocado protestas incluso dentro del sistema de gobierno estadounidense. El senador demócrata Chris Murphy y los precandidatos a la presidencia Bernie Sanders y Elizabeth Warren han criticado el enfoque de Trump ante la cuestión palestina subrayando que tal acuerdo unilateral carece de validez.
Debido a que el acuerdo del siglo contraviene el enfoque de las Naciones Unidas y de los otros miembros del Cuarteto, es decir la Unión Europea y Rusia, sobre cómo resolver el problema palestino, el plan de Trump chocó con su oposición desde el principio y también se enfrentó con su reacción fría una vez anunciado formalmente.
En este sentido, el presidente ruso, Vladimir Putin, en una carta dirigida a Mahmud Abás en mayo de 2019, dijo que el acuerdo del siglo era contrario a las resoluciones de la ONU y al Derecho Internacional. En la misiva, Putin dijo: "Rusia está preocupada por cualquier intento de pisotear las normas de la ONU y las reglas internacionales". Refiriéndose a los avatares de Al Quds ocupado y al acuerdo del siglo, el mandatario ruso aseguró que su país apoya la legitimidad internacional de Palestina.
Después de que Trump diera a conocer su llamado plan de paz, los demás miembros del Cuarteto tomaron posturas al respecto. El canciller ruso, Serguéi Lavrov, dijo que “los estadounidenses no nos pusieron al tanto de los detalles de su iniciativa; siempre quieren resolver los problemas de forma unilateral, lo que no dará resultados positivos”. Según Lavrov, no se trata de una crisis sencilla que se pueda zanjar unilateralmente, por lo que Rusia pide la participación de la Unión Europea y la ONU en esta tarea.
A su vez, Mijaíl Bogdanov, representante especial del presidente ruso para Oriente Medio y África, también recriminó el plan estadounidense de paz diciendo que EE.UU. debería haber consultado antes con los palestinos sobre el plan, ya que esta medida unilateral no llevará a ningún puerto.
Asimismo, la ONU declaró que respecto al proceso de paz en Asia occidental, se adhiere a las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General sobre los asentamientos o Al Quds. El portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, recalcó que esta organización no había recibido ningún borrador del plan de paz de Washington, pero está claro que la ONU seguirá pegada a las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General sobre los asentamientos o Al Quds.
Los europeos también reaccionaron con frialdad ante el denominado acuerdo del siglo. El gobierno alemán declaró que el proyecto estadounidense es ambiguo y discutible. El ministro de Exteriores germano, Heiko Maas, declaró el 29 de enero en un comunicado que "el plan de EE.UU. ha despertado dudas que discutiremos con nuestros socios en la Unión Europea". Maas señaló que entre estas dudas destacan la ausencia de las partes involucradas en el conflicto y la inobservancia de las normas internacionales.
En cambio, el primer ministro británico, Boris Johnson, afirmó en un discurso que el plan de Trump para Asia Occidental allana el camino para la solución de dos Estados.
El jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, por su parte, tomó una postura cautelosa al decir que el bloque comunitario debería estudiar y evaluar la propuesta de Trump; ya que esta iniciativa es una oportunidad para reanudar las negociaciones y una solución duradera en relación con el conflicto palestino-israelí.
Trump intenta impulsar su llamado plan de paz en el marco del unilateralismo y la coerción, además de demostrar su sumisión Israel. Aun así, el rechazo integral de los palestinos así como la reacción negativa y cautelosa de los otros miembros del Cuarteto, es decir Rusia, la ONU y la Unión Europea, al acuerdo del siglo, y pese al apoyo de algunos pequeños Estados árabes tales como Baréin, Omán y los Emiratos Árabes Unidos, cuyos embajadores estaban presentes en la ceremonia de la presentación del plan en mención, así como la oposición de la Liga Árabe y de muchos países del mundo, el proyecto no reportará nada más que un humillante fracaso para la Administración Trump y su aliado, el régimen sionista, mientras que básicamente no puede tener éxito un plan en cuya redacción no ha participado una parte del conflicto, es decir los palestinos.
P/FE/NL
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