Una mirada al liderazgo del ayatolá Jamenei (con motivo del aniversario de comenzar a ocupar este cargo)
(last modified Thu, 04 Jun 2020 05:09:21 GMT )
Jun 04, 2020 05:09 UTC

ParsToday - El mundo islámico y el pueblo de Irán perdieron en 1989 a un imam y un líder. El fundador de la República Islámica de Irán, el Imam Jomeini (que descanse en paz) era un guía único, cuyas directrices emanadas de las enseñanzas islámicas, enseñaron al pueblo cómo derrocar a un sistema de gobierno corrupto, dictatorial y monárquico.

El Imam Jomeni también dirigió el sistema de la República Islámica bajo las más difíciles condiciones durante 10 años exponiendo un modelo de liderazgo religioso en la época actual.  Después de él, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, con la misma firmeza y prudencia, fue puesto a la cabeza del sistema islámico.
 
En los primeros días y años del liderazgo del ayatolá Jamenei, muchos no creían que pudiera desempeñar el mismo papel clave que tuvo el Imam Jomeini en el país y resistir ante los complots de los enemigos y la tormenta de acontecimientos que afrontaba la Revolución Islámica. Los analistas y expertos internacionales imaginaban que después del Imam Jomeini, no quedaría nada de la Revolución. La agencia de noticias Associated Press comentó que la Revolución había tocado su fin con la muerte de Jomeni.
 
Pero no pasó mucho tiempo para que estos políticos se dieran cuenta de que su análisis era incorrecto. El ayatolá Jamenei, como la máxima autoridad del país, estableció un lazo profundo e inquebrantable con el pueblo poniendo los ideales y las metas del Imam Jomeini a la cabeza de los asuntos.
 
En su primer discurso ante el pueblo, el nuevo Líder de la Revolución dijo: "Hemos hecho un pacto con Dios para seguir la senda del Imam Jomeini, que es la del Islam, del Corán y de la dignidad de los musulmanes, y no abandonaremos ninguno de sus ideales".
 
Fue muy decisivo el papel del ayatolá Jamenei en desesperar a los enemigos en aquellos días de turbulencia y agitación. El líder sabio de la revolución, con su gestión sensata, condujo de manera artística los corazones ansiosos hacia la costa segura, y al soplar nuevamente el espíritu de vitalidad, frescura y esperanza en la sociedad, demostró bellamente su mérito y competencia al mundo.
 
El ayatolá Jamenei tuvo una larga presencia en las luchas antes del triunfo de la Revolución Islámica. Era un poderoso orador y escritor y trabajaba duro para la materialización de los objetivos del Imam Jomeini. Gastó su vida en la lucha y conocía profundamente las dificultades de la misma. Dominaba los asuntos culturales y políticos y conocía a prominentes figuras culturales. Por otro lado, la presencia constante del ayatolá Jamenei en distintos cargos de responsabilidad de la República Islámica y en puestos clave y ejecutivos, como el cargo presidencial, había aumentado su dominio de los asuntos internos e internacionales.
 
El Imam Jomeini lo veía digno de servir al pueblo y dijo: ‌"Debo decir que en todo el mundo, entre todos los presidentes y reyes, no se puede encontrar a una persona como el Sr. Jamenei que esté tan comprometida con el Islam con todo corazón".
 
Básicamente, en el gobierno islámico, el líder debe ser una persona conocedora de la religión y del tiempo, firme y piadosa, y que determine las macro-políticas basándose en el Islam.
 
Allí donde los problemas complejos dificultan el avance de los asuntos, el guía ofrece soluciones como una referencia capaz de tomar decisiones explícitas y correctas. Por eso, si se ignora el tema del liderazgo y el Velayat-e-Faqih (liderazgo del jurisconsulto supremo), en el gobierno islámico, no se manifiestan algunas de las grandes capacidades de la religión para manejar los asuntos de la sociedad.
 
La religión es un conjunto de creencias y enseñanzas, pero lo que armonizan los temas sociales y políticos en las enseñanzas religiosas y los hace ejecutables en la vida de la gente, es el importante papel del líder islámico. Por tal razón, en los últimos tiempos y especialmente en las últimas décadas, la principal pugna de las potencias arrogantes con la Revolución Islámica ha estado en torno al gobierno y al liderazgo.
 
 El líder de la Revolución Islámica puso énfasis en la independencia del país en todos los aspectos. Consideró que la independencia cultural es más importante que la independencia política y económica, insistiendo en que hay que avanzar hacia la plena independencia económica.
 
En este sentido, puso en su agenda la política de "ni el Este ni el Oeste"; apoyo a los oprimidos y desheredados; la unidad y la solidaridad del mundo islámico; avanzar hacia hirvientes talentos internos; y construcción de la juventud. Por otra parte, la atención del Líder Supremo a la enseñanza de la ciencia allanó el camino para el progreso, considerando que la función principal de la ciencia es crear poderío.
 
Por esta razón, al obtener conocimiento de las nuevas ciencias y carreras científicas en el mundo y apoyándose en el talento de jóvenes y estudiantes élites, creó un movimiento científico brindando apoyo material y espiritual a instituciones científicas.
 
El resultado de estas atenciones han sido los avances en ciencias tecnológicas, ciencia nuclear, ciencia aeroespacial, ciencias médicas, la biotecnología, la nanotecnología y las células madre, lo que se considera una gran obra en el escenario científico.
 
Los grandes logros de Irán en el campo nuclear, desde el establecimiento de las instalaciones nucleares de Isfahán, Natanz, Arak, Bandar Abbas y Fordo, hasta la producción de la segunda, tercera, y más  generación de las centrifugadoras de enriquecimiento de uranio; la construcción del reactor de Agua Pesada de Arak, etc. representan un símbolo de las altas capacidades de la generación joven iraní, lo que se logró bajo el liderazgo del ayatolá Jamenei poniendo de relieve que, cuando una nación libre e independiente decide obtener algo, los monopolios y las barreras físicas y psicológicas de los sistemas hegemónicos no podrán derrotar su voluntad.
 
En la coyuntura actual, resulta interesante tomar atención a la respuesta del Líder de la Revolución Islámica a la pandemia del nuevo coronavirus. Como una pequeña parte de las medidas del ayatolá Jamenei para resolver este problema se puede referir a la publicación de un video para dar moral a la comunidad médica iraní, reunirse con el presidente de la Academia de Ciencias Médicas, llamar a movilizar a todas las instituciones que operan bajo su mando para ayudar al Ministerio de Salud; exigir el respeto a las normas higiénicas, aconsejar a la gente que no ignore las recomendaciones de los funcionarios  y prestar atención a Dios y al factor de la espiritualidad como manera de resolver los problemas.
 
Al respecto y refiriéndose a las medidas y el apoyo del ayatolá Jamenei en la lucha contra la enfermedad de la COVID-19, el Dr. Namaki, ministro de Salud iraní, dijo: "El apoyo más firme y más científico lo recibimos del Líder Supremo de la Revolución. Uno de mis más grandes estímulos en estos días ha sido la existencia del guía supremo como el mayor capital del sistema. Este gran hombre nos defendió y consideró vinculantes que las decisiones del Cuartel de Lucha contra Coronavirus, lo fue muy sorprendente".
 
Una de las características más interesantes del Líder de la Revolución es su dominio sobre asuntos a los que parece que un destacado islamólogo o un político prolífico no hacen mucho caso.
 
El ayatolá Jamenei tiene un gran interés en la poesía y la literatura persa y, a veces, participa en reuniones de poetas. Además de su extenso estudio y dominio de las colecciones de poesía, él mismo también compone poemas. Su interés en el arte y charlar con artistas, es otra característica interesante del guía supremo, además de que es experto en algunas ramas artísticas. Al mismo tiempo, no descuida el deporte y, además de los ejercicios cotidianos, de vez en cuando practica montañismo en las bonitas alturas de la cordillera de Alborz.
 
El mismo carácter afectivo y espiritual, cuando se trate de defender el país y la dignidad y el orgullo del mundo islámico, encuentra un espíritu resistente e intransigente y reprime al enemigo con determinación y fuerza.
 
Un analista en temas de seguridad nacional en la Universidad Stanford en EE.UU., en un artículo se refirió a las sanciones occidentales y al aumento de la presión sobre la República Islámica durante el último año asegurando que "(el ayatolá) Jamenei no cederá ante estas presiones".
 
Ahora, bajo el liderazgo sabio y prudente del gran líder de la Revolución Islámica, la nación iraní está a punto de convertirse en una potencia internacional, además de tener el poder de disuasión militar contra cualquier amenaza, incluido EE.UU., al lograr los principales componentes del poder.
 
Durante 31 años de administrar la sociedad revolucionaria de Irán, el ayatolá Jamenei ha demostrado que es un líder prudente, poderoso y perspicaz, en el que el pueblo persa puede confiar como el sucesor justo del Imam Jomeini (que descanse en paz).
 
Ahora, todos aquellos que han observado de cerca al Irán islámico, reconocen que, gracias a las inteligentes medidas del Líder de la Revolución Islámica, los sentimientos puros y los talentos brillantes de la nación iraní han sido conducidos a las áreas de la reconstrucción y progreso del país produciendo crecientes éxitos en los escenarios internos e internacionales.
 
P/FE/NL