Sep 03, 2020 08:23 UTC

ParsToday - Los países occidentales afirman estar preocupados por la propagación del terrorismo en el mundo, mientras que crece cada día el número de víctimas del terrorismo creado por el Occidente. La razón de esta dualidad son los objetivos que el Occidente sigue detrás de la lucha antiterrorista.

La determinación mundial para combatir el terrorismo ha tenido muchos altibajos. Para re-leer este esfuerzo, hay que echar un vistazo al pasado.
 
El 10 de diciembre de 1934, la Liga de Naciones adoptó por unanimidad una resolución que insistía en que todos los países deberían hacer todo lo posible para prevenir actos terroristas y cooperar con otras naciones en este sentido.
 
 
 
El resultado del trabajo de la Liga de Naciones fue redactado en forma de una convención titulada "Convención para la prevención y represión del terrorismo", el 16 de noviembre de 1937. Esta Convención definía el terrorismo de manera amplia en su artículo 1 como “los hechos criminales dirigidos contra un Estado y cuyo fin o naturaleza es provocar el terror en personas determinadas, en grupos de personas o en el público”.
 
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, estos esfuerzos fueron opacados por las condiciones bélicas y no llegaron a una conclusión definitiva.
 
Después de la fundación de las Naciones Unidas, el tema del terrorismo se planteó nuevamente en la Comisión de Derecho Internacional, que preparó una declaración sobre los derechos y las funciones de los gobiernos. Sin embargo, el terrorismo se extendió aún más y adquirió nuevas dimensiones.
 
Así, entre 1947 y 1955, estos esfuerzos resultaron con la aprobación de la resolución 1186 en la Asamblea General de la ONU sobre la agresión y el terrorismo.
 
Los acontecimientos post-Guerra Fría de la comunidad internacional provocaron que distintos países se vieran afectados por las intervenciones de las grandes potencias y los vencedores de la guerra, lo que enfrentó a la comunidad internacional con nuevos problemas, mientras que se volvió menos eficaz el esfuerzo de la ONU para identificar los actos terroristas.
 
Todo esto se intensificó por lo ocurrido durante la división de una parte de Asia Occidental, incluida la ocupación israelí de Palestina.
 
En esa coyuntura, el terror y el pánico para desalojar a miles de palestinos mostró al mundo una nueva forma de terrorismo destinado a alcanzar nefastos objetivos de colonialismo y ocupación.
 
Los grupos sionistas intentaron sembrar el pánico y el miedo entre los palestinos, y grupos paramilitares criminales como Stern y Haganá cometieron horribles masacres, incluida la famosa masacre de Deir Yassin.
 
 
 
Una vez establecido el régimen sionista, el terrorismo fue puesto de manera más obvia al servicio de los objetivos israelíes. De este modo los sionistas ejecutaron todo tipo de actos terroristas, ataques armados y masacres colectivas.
 
Estos movimientos se desarrollaron en condiciones en que ni las resoluciones antiterroristas de la ONU ni las convenciones sobre la definición e identificación del terrorismo podían condenar tales acciones como muestras del terrorismo.
 
La única medida a destacar en este sentido a finales de la década de 1990, fue una resolución aprobada el 11 de septiembre de 1995 en la Asamblea General de la ONU.
 
En ese documento, se recordó que, en caso de que la paz y la seguridad internacionales se vean amenazadas es necesario que el Consejo de Seguridad de la ONU desempeñe su papel en la lucha antiterrorista.
 
Aun así, hasta 1999, el CSNU condenaba el terrorismo de forma específica dependiendo del tema.  En ese año, el Consejo aprobó por primera vez una resolución que sólo recogía recomendaciones sobre el terrorismo.
 
Pero los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU., brindó una oportunidad diferente a Washington y bajo la cobertura de la lucha antiterrorista, obtuvo la autorización del CSNU para sus llamadas medidas preventivas.
 
 
 
El primer paso en este sentido se dio con la invasión estadounidense a Afganistán y la ocupación de ese país.
 
Pero no pasó mucho tiempo para que se hicieran más patentes las políticas de doble rasero del Occidente ante los grupos terroristas.
 
Y con el surgimiento de nuevos fenómenos del terrorismo bajo nombres de Al-Qaeda y EIIL (Daesh, siglas en ingles), quedó claro que el Occidente no tenía la voluntad de contrarrestar el terrorismo.
 
Estos procesos provocaron que el terrorismo se convirtiera en un problema global y una amenaza destructiva y generalizada contra el orden y la seguridad nacionales e internacionales.
 
De hecho, el enfoque dualista del Occidente hacia el terrorismo abonó el terreno para la promoción del terror y asesinatos en todo el mundo, de modo que ahora el terrorismo se ha convertido en una amenaza para el mundo y la seguridad de todas las naciones.
 
Estados Unidos, en lugar de combatir el terrorismo, encubre su apoyo a los terroristas y acusa a otros países de respaldar esta lacra, mientras que la fuente de inseguridad en la región y en el mundo, es el terrorismo apoyado por Washington y sus aliados regionales.
 
 
 
Por esta razón, la lucha contra el terrorismo requiere una atención global. En el calendario iraní, el día 8 del mes de Shahrivar (correspondiente al 29 de agosto), que se ha denominado como el día nacional de la lucha contra el terrorismo, representa una oportunidad al respecto.
 
 
 
P/FE/JP

 

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