Pars Today

Este repudio se intensificó cuando el presidente Emmanuel Macron y otros funcionarios galos apoyaron directa e indirectamente ese acto islamólogo y descarado, dando lugar a que muchos musulmanes boicotearan los productos franceses.

Desde luego, la islamofobia a través de los medios de comunicación ha estado desde hace mucho tiempo en la agenda de los gobiernos occidentales, ya que saben muy bien que la religión progresista del Islam, con lógica y argumentos sólidos y enseñanzas espirituales e inspiradoras, atrae el intelecto y el corazón de todo ser humano.

En consecuencia, los estadistas occidentales apoyan a los medios que intensifican los sentimientos islamófobos y profanan las santidades de los musulmanes, incluido su profeta, que es la manifestación de la misericordia y la orientación divinas.

Desde que los musulmanes se manifestaron en apoyo a su gran profeta, algunos gobiernos y autoridades de países islámicos han condenado el insulto al último mensajero de Dios y han enviado mensajes al gobierno francés pidiendo el cese de la publicación de tales caricaturas sacrílegas.

Desde luego, tal posición de dichos países islámicos siempre se ha repetido en estos casos, pero no ha tenido un gran impacto, toda vez que los occidentales saben bien que dichos mensajes y palabras se quedan en el nivel diplomático y político.

Consciente de esto, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, Líder de la Revolución Islámica de Irán, no se dirige a los estadistas occidentales que están detrás de tales insultos tan repugnantes, sino que, se dirige directamente a los pueblos del Occidente, sobre todo a la juventud.

La carta del Líder iraní, publicada en idioma francés el 28 de octubre a través de las redes sociales, desafía la libertad propugnada por los funcionarios occidentales, especialmente los franceses, con dos preguntas fundamentales. Dirigiéndose a los jóvenes franceses, la masiva señala: “Pregúntenle a su presidente "por qué secunda a insultar al mensajero de Dios en nombre de la libertad de expresión. ¿el insulto a una persona especialmente a una persona sagrada significa libertad de expresión? ¿no es estúpido este acto de insultar a la capacidad de raciocinio de las personas que le eligieron (a Macron)?"

Al hacer estas preguntas, el ayatolá Jamenei de hecho define el límite entre la libertad de expresión e insulto.

La libertad es una de las grandes metas y aspiraciones humanas por las que las naciones han hecho grandes esfuerzos e incluso mucha gente ha muerto en esta senda.

En el Islam también se presta especial atención a la libertad de los seres humanos, considerada como un regalo de Dios a ellos, ya que el hombre es el único ser que goza de la libertad de elegir su forma de vida, creencias y acciones. Por supuesto, también debe asumir la responsabilidad de sus decisiones correctas o incorrectas.

En el Occidente, una vez acabado el despotismo de la Iglesia en la Edad Media, se prestó especial atención a la libertad, pero esta libertad fue perdiendo su significado genuino y constructivo y, en muchos casos, condujo a la corrupción y degeneración

A modo de ejemplo, la desenfrenada libertad sexual en el Occidente ha sumergido al hombre en el abismo de la decadencia y la corrupción moral sacudiendo por completo los cimientos de la familia.

Uno de los principales inconvenientes de la libertad al estilo occidental es el desprecio por la dignidad humana, las santidades y las virtudes morales. El insulto al Profeta Mahoma, quien es la figura más sagrada y suprema del Islam, indica la desviación de los objetivos de la libertad en el Occidente.

En su carta a los jóvenes galos, el ayatolá Jamenei también les advierte del mismo inconveniente de la libertad occidental al insultar y faltar el respeto a las santidades, y lo tilda de estúpido, ya que cuando la libertad, que en sí misma es sagrada y está al servicio de la humanidad, se usa para agredir a otras santidades, resulta en un acto ilógico y tendencioso de hecho, arruina el propósito.

Cuando los políticos de un país, en lugar de prevenir el abuso de la libertad, apoyan el insulto a las santidades de casi dos mil millones de musulmanes con propaganda y desatando polémicas, también insultan a la capacidad de raciocinio de su pueblo, como afirma el ayatolá Jamenei en su carta a la juventud francesa.

Los signos de este insulto de los gobernantes galos a su pueblo se hacen patentes cuando, en ciertos casos, se restringen por completo o en ocasiones ignoran la libertad.

Por ejemplo, a las muchachas musulmanas francesas no se les permite usar el hiyab o velo islámico en las escuelas públicas, y existen fuertes restricciones contra el hiyab en ese país.

Recientemente, el presidente francés Macron, conocido por su islamofobia, presentó un proyecto de ley para aumentar las restricciones a los musulmanes, que representan el 10 por ciento de la población del país.

Pero uno de los temas que muestra cuán politizada y discriminatoria es la libertad en Francia es la restricción y, en algunas ocasiones, la prohibición de la libertad de expresión en cuestiones relacionadas con el régimen israelí, el más importante de las cuales es el Holocausto.

El Líder de la Revolución Islámica de Irán pregunta a la juventud francesa exactamente sobre este tema y escribe en su carta: "La siguiente pregunta que hay que hacer es, ¿por qué es un crimen plantear dudas sobre el Holocausto?" "¿Por qué una persona que escriba estas dudas (sobre el Holocausto) debe ser encarcelada mientras que se permite insultar al profeta?"

Los sionistas afirman que seis millones de judíos fueron asesinados por el gobierno alemán nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Bajo este pretexto, mostraron una imagen de comunidad oprimida e incitaron a la opinión pública y a los gobiernos, lo cual tuvo como resultado, entre otras razones, el visto bueno de las Naciones Unidas al establecimiento del régimen ilegítimo israelí.

Por tal razón, los sionistas se oponen fuertemente a que se investigue la veracidad de este asunto y sus aspectos. Algunos gobiernos occidentales, como el de Francia, a pesar de propugnar libertad de expresión, han criminalizado cualquier escepticismo y opinión contra el Holocausto.

Por ejemplo, el profesor Roger Garaudy fue sentenciado a prisión y a pagar multas en 1998 por cuestionar en su libro la existencia de incineradores en los campos de concentración alemanes y el número de las víctimas judías.

Ocho años más tarde, otro compatriota de Garaudy, el profesor Robert Faurisson, historiador francés, fue multado y encarcelado por cargos similares.

Estos investigadores no negaron la masacre de los judíos y solo señalaron contradicciones sobre el Holocausto basándose en investigaciones científicas.

La prohibición de críticas al Holocausto ahora se ha convertido en un símbolo de la dualidad de la libertad de expresión en Francia y el Occidente.

Desde luego, las autoridades francesas, especialmente Macron, que están fuertemente influenciadas por los sionistas, han ido aún más lejos, considerando las críticas a sus falsas creencias como antisemitismo, además de criminalizarlas.

Esto sucede mientras muchos judíos no aceptan las ideas sionistas y las consideran una herejía en el judaísmo.

De esta manera, el ayatolá Jamenei, con sus dos preguntas, advierte a los pueblos, especialmente a los jóvenes occidentales, que sus funcionarios usan la libertad de expresión para promover sus propios objetivos sin creer en la misma. Si no fuera así, y la revista Charlie Hebdo no hubiera tenido el apoyo, no habría podido insultar al gran profeta de casi dos mil millones de musulmanes, de los cuales, seis millones son franceses, mientras que la más mínima crítica al Holocausto, al sionismo o incluso a la política agresora del régimen israelí se considera un crimen.

P/FE/JP